- Seamos francos, nadie quiere fracasar.
- A veces el fracaso es un catalizador del aprendizaje, pero en otras ocasiones, como hemos escuchado en FuckUp Nights, puede llevar a un divorcio, intento de suicidio o despidos masivos. ¿Por qué celebrar esos fracasos?
El peligro de celebrar el fracaso
¿Tu empresa está en modo de ejecución o en modo de innovación? Ésa es la clave para decidir si un fracaso debe ser o no celebrado.
A finales de año pasado conocí, vía Skype, a otros activos participantes de la “industria del fracaso” en el mundo: Cassandra Phillips, fundadora de FailCon; Ashley Good, fundadora de Fail Forward, y Wayan Vota, fundador de Fail Fare.
Son personas brutalmente innovadoras, disruptivas y colaborativas. El mejor ejemplo es esa videollamada que no tenía más propósito que conocernos. Lo que nos une es que todos trabajamos en torno del fracaso. Lo que nos diferencia es el enfoque.
Fail Forward fomenta la cultura del fracaso a través de failure reports. Sí, son como los reportes anuales de las cosas buenas que hacen las empresas, pero enfocados en sus fracasos.
Fail Fare es un evento anual para hablar del fracaso en torno del tema más importante que enfrenta la humanidad: el desarrollo social, o la falta del mismo. “Si en los negocios el fracaso es un tabú, créeme que en la esfera del desarrollo internacional es aún peor”, dijo Wayan aquel día.
FailCon es una conferencia de un día para celebrar el fracaso. Nació en San Francisco en 2009 y ha sucedido en 30 ciudades en el mundo. Cassandra fundó FailCon porque estaba harta de ir a pláticas motivacionales de negocios y escuchar siempre lo mismo. Así decidió organizar una conferencia en la que se contaran historias con las que la mayoría de la gente se pudiera identificar.
Desde entonces, cada año en octubre reúne a 500 personas para celebrar el fracaso, hasta que en 2014 el evento fue cancelado. “En Silicon Valley el fracaso ya no es un tabú, y me pareció que la conferencia sería superflua. Sin embargo, hay otras ciudades donde aún nadie quiere relacionarse con este tema”, explicó Cass.
Desde luego, no pude evitar pensar que en San Francisco hay FuckUp Nights. Creo que será un buen experimento para averiguar si contar historias de fracaso realmente se vuelve superfluo con el paso del tiempo. De hecho, si eso sucede, quizá quiere decir que deberíamos dedicarnos a la pesca y no al fracaso, pues hemos logrado nuestra misión.
Sin embargo, eso es lo que menos nos preocupa a los cinco cofundadores de FuckUp Nights. El movimiento no busca celebrar el fracaso ni reflexionar acerca de él. Nuestro único propósito es poner el tema sobre la mesa y que cada quien lo use como mejor le sirva.
Somos especialmente críticos del concepto de “celebrar el fracaso” por dos motivos: