El gobierno de la ciudad apuesta al desarrollo tecnológico y por ello es dueño de Cyberport, una empresa privada que funciona como incubadora de negocios, conozcan su historia.   Por Karsten Strauss   La comunidad tecnológica de Hong Kong, Cyberport HK, no es una incubadora ni un espacio de coworking promedio. Por un lado, es enorme. Con 9,300 metros cuadrados de espacios de oficina, situada a unos 15 minutos del centro de Hong Kong, Cyberport es una bendición para las más de 150 empresas que la llaman hogar y representa una iniciativa costosa por parte del gobierno de la ciudad. Es la perla de silicio de Oriente. Como el Director de Operaciones, Mark O. Clift, explica, la empresa es técnicamente privada, pero sus acciones son 100% propiedad del gobierno de Hong Kong. En cierto modo, actúa como espacio de oficina en renta para empresas establecidas, Microsoft, IBM, CSL y Rockwell Automation y el gobierno de la República de Corea son arrendatarios. “Pero el gobierno sólo nos permite arrendar el espacio de oficina para empresas que estén en el campo digital o tecnológico, o de empresas que apoyen este tipo de sociedad de alguna manera”, dice Clift, un británico que ha vivido en Hong Kong desde 1996. De acuerdo con su informe anual, la compañía generó más de 386.3 millones de dólares (mdd) en ingresos en 2012, sin embargo, registró una pérdida de 134 mdd debido al impacto que representa el costo del alquiler: la renta promedio por metro cuadrado ronda los 30 dólares al mes, e incluye todos los servicios. Dadas sus finanzas, Cyberport esencialmente equivale a una inversión por parte del gobierno de la RAE de Hong Kong en sus credenciales tecnológicas locales. Otras compañías que utilizan el campus van desde pequeñas startups en fase de incubación hasta pequeñas empresas en el extranjero que buscan establecer un centro de operaciones en Asia, e incluso empresas medianas relativamente establecidas y empresas de Hong Kong. Las oficinas van desde 65 metros cuadrados hasta 6,500 metros cuadrados. El hotel de 170 habitaciones adyacente a las oficinas, es también propiedad de Cyberport y sirve como fuente adicional de ingresos. En el frente de desarrollo, Cyberport dirige un microfondo que apunta a las mentes universitarias de las startups y los recién graduados para formar parte de su programa de pre incubación. “Dos o tres veces al año se abren las aplicaciones”, explica Clift. “Hay un proceso de selección, hacen sus presentaciones.” Las startups elegidas reciben una pequeña cantidad de capital inicial –8,000 dólares–, así como seis meses de tutoría en su propia oficina. “Después de seis meses tienen que presentar su idea de nuevo y en ese momento deberían haber alcanzado a una fase de prueba de concepto.” Una vez completada, la incipiente startup recibe otros 8,000 dólares. Aquellos que se gradúan de la etapa de incubación reciben espacio de oficina gratuito durante dos años en el campus de Cyberport Hong Kong o de sus otras ubicaciones en Shanghai, Guangzhou, Wuxi o Tianjin. Las empresas incubadas que trabajan fuera de las instalaciones siguen recibiendo ayuda financiera para la comercialización, capacitación, servicios profesionales o contratación de practicantes. Permanentemente hay unas 30 empresas en fase de incubación. Otro programa en Cyberport ayuda a startups o empresas extranjeras que llegan a Hong Kong por primera vez. Hay estaciones de trabajo fijas que pueden ser rentadas por 100 dólares mensuales para hacer viajes de exploración a China, oficinas más pequeñas para las empresas que deciden establecer su propia oficina en China y grupos de estaciones de trabajo que las empresas que comienzan a desarrollarse realmente y ampliar sus operaciones. Pese a hacer lo imposible para acomodar a las nuevas empresas, Cyberport no exige una participación accionaria ni una parte de las ganancias futuras. Se trata de dar a luz nuevas empresas de tecnología y hacerlo en Hong Kong. “En parte, lo que estamos haciendo es tratando de ayudar a desarrollar una escena digital y tecnológica nativa en Hong Kong”, afirma Clift. Una compañía que está creciendo en el programa de incubación de Cyberport es CoachBase (antes llamada J-Plus), una aplicación para iOS y Android que ayuda a los entrenadores deportivos a elaborar jugadas de su equipo en tiempo real o antes del partido (aquí hay un video de demostración). Al fundador y director del proyecto, Keith Rumjahn, se le ocurrió la idea en 2009, mientras trabajaba como entrenador de baloncesto de niños menores de 14 en Toronto. Creó su aplicación de pizarrón de entrenamiento y la puso en la App Store de Apple. De regreso a su país natal, China, creó una oficina en Hong Kong y Tianjin. “Me sentí como si hubiera un gran potencial en China, es por eso que quiero estar ahí”, dijo Rumjahn. “Luego me enteré del programa Cyberport y probé suerte y conseguí entrar.” “Cyberport me dio mucho apoyo”, dice. “Sin ellos no habría figurado en el mapa, me ayudaron con las relaciones públicas y estar allí también me ayudó a contratar a la gente porque si sólo fuera un tipo con un escritorio en algún otro espacio de coworking, sería poco probable que las personas quisieran trabajar conmigo, pero como somos parte del programa de incubación siento que es más legítimo. Después de desarrollar aún más su producto y su modelo, presentó su empresa a 15 jueces y mentores de Cyberport en 2011, después de lo cual se le dio acceso a la oficina del campus de forma gratuita, más el patrocinio. Algunos de los aspectos destacados de CoachBase incluyen acumular más de 150,000 usuarios de pago y asegurar unos 315,000 dólares en fondos de inversionistas, incluyendo al inversionista de Hong Kong Teddy Lo, Ironfire Angel Partners LP y Felix Lam, de Red Chapel Advisors. Los productos de la compañía se presentaron en la película Thunderstruck de 2012, protagonizada por James Belushi y el NBA All-Star Kevin Durant. La estancia de dos años de CoachBase dentro de la incubadora termina en noviembre. Por el momento, Rumjahn y su joven compañía están en Portland, Oregon, participando en el programa acelerador Nike+, como parte de TechStars. El futuro de CoachBase parece brillante. En cuanto a Cyberport, Clift dice que el siguiente curso de acción es el de establecer vínculos con centros extranjeros de alta tecnología como Silicon Valley, con el fin de difundir el mensaje de que Hong Kong y otros lugares son lugares sanos para que las empresas extranjeras abran nuevas oficinas. Al mismo tiempo, las empresas chinas podrían buscar socios en otras costas. Cyberport tiene actualmente una ocupación del 85% y cerca de 5,500 personas trabajan dentro de sus paredes. Su espacio disponible representa para Clift más espacio para asignar a cualquiera de los nuevos inquilinos o arrendatarios actuales que están creciendo. “Somos 150 empresas ahora”, dice. “Espero que seamos alrededor de 200 a finales de este año, 250 el año que viene, y no veo ninguna razón para que no siga creciendo.” Ese es optimismo, pero las aceleradoras, por su propia naturaleza, pueden moverse rápido. La apuesta del gobierno de Hong Kong en digital y tecnología es un paso valiente. Veamos si sigue dando sus frutos. cyberport

 

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