Ahora es cuando hay que transformar a fondo nuestra educación. No será fácil, pero bien lo vale, porque en este tema nos jugamos el futuro.   Por Claudio X. González Guajardo La educación es libertad, crecimiento, seguridad, equidad y democracia. La educación es bienestar. Y, sin embargo, hemos descuidado la educación. Nuestros niños van menos horas, días y años a la escuela que sus pares del mundo; hasta 80% de cada generación de nuestros jóvenes reprueba o pasa “de panzazo” las pruebas internacionales; menos de 1% de nuestros estudiantes tiene nivel de excelencia en matemáticas. El tema no admite remedios superficiales. Se requieren cambios sistémicos. Nada de administrar la educación; se tiene que transformar.   Proponemos las siguientes metas:
  • Alcanzar al mundo en cantidad educativa, es decir, lograr 13 años de escolaridad promedio por mexicano después de cursar ciclos escolares de 200 días, de por lo menos 6.5 horas cada día.
  • Alcanzar al mundo en calidad educativa obteniendo resultados en PISA equivalentes a los de los países de la OCDE en comprensión lectora, matemáticas y ciencias. México tiene que levantar la mirada, aspirar alto y estar dispuesto a luchar y sacrificar para concretar los cambios y alcanzar las metas.
  ¿Cuáles son esos cambios?
  1. Que el Estado mexicano recupere la rectoría en la materia Ésta es condición necesaria del resto de los cambios. Con el arreglo político-corporativo actual no es posible abordar las transformaciones necesarias. El Estado tiene que recuperar el volante, el acelerador y el freno. Durante la presente administración se registraron avances en este rubro, pero es preciso ir más lejos.
  2. Si no se recuperan las plazas, no se recupera la plaza Urge la profesionalización docente. Todos tenemos que estar a favor de los buenos maestros y directores. Sin ellos no puede haber calidad educativa. La palabra clave para la mejora docente es “mérito”. Pugnamos por condiciones para que sean los mejores los que más prosperen. Y para lograrlo es indispensable que todas las plazas se concursen, que todos los maestros en servicio se evalúen y mejorar su formación inicial. Afortunadamente, esto ya está en marcha, aunque de manera imperfecta, gracias a las recientes reformas legales. Recordemos: el derecho a la educación no es el derecho de ir a la escuela, es el derecho de aprender.
  3. Mayor autonomía para las escuelas y mucho mayor participación de los padres Dotar a las escuelas de identidad jurídica propia y de mayores facultades de gestión es clave para lograr calidad. En este rubro vamos muy atrasados. Tenemos que reconocer que todos somos responsables de la situación de nuestra educación y todos debemos contribuir a su mejora. Cada quien tiene que determinar a nivel personal, familiar, de su comunidad escolar y del país qué hacer para adelantar la educación de calidad.
  4. Gasto transparente y eficaz ¿Cómo vamos a combatir la corrupción en México si la tenemos enquistada en la educación? Es imperativo que se eliminen las prácticas de despilfarro e ineficacia. No son eventuales y marginales (responden a condiciones estructurales). Para cambiar esta situación se requiere un padrón confiable de maestros; una nueva fórmula –más auditable y progresiva– de gasto; más eficaces esquemas gubernamentales y ciudadanos vigilantes del uso de los recursos. En este tema, mención especial merecen los comisionados no educativos y los aviadores. Mexicanos Primero documentó la existencia de decenas de miles. El costo al erario de mantener a ese personal es de miles de millones de pesos anuales. Ante este agravio tan evidente a la educación, a la hacienda pública y a todos los mexicanos, nosotros tenemos una propuesta: ¡Fin al abuso! ¡Fin a las comisiones no educativas! Si el sindicato quiere comisionados, que los pague. Los miles de millones de pesos liberados se deben destinar a capacitación y estímulo de los verdaderos maestros y directivos de México. Afortunadamente, hay muchos y buenos.
Ahora es cuando hay que transformar a fondo nuestra educación. No será fácil, pero bien lo vale, porque en este tema nos jugamos el futuro.
Claudio X. González Guajardo es presidente de Mexicanos Primero, iniciativa ciudadana que trabaja para asegurar el derecho de las niñas, niños y jóvenes a una educación de calidad.   Contacto: Twitter: @ClaudioXGG   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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