No importa dónde me encuentre. Puede ser al norte del país, en la Costa del Pacífico o en la Península de Yucatán, hay una pregunta que la gente me repite de manera constante: ¿Cuál es la diferencia entre el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y otras administraciones? De manera tajante yo les contesto que, a lo largo de los últimos cuatro años, este gobierno ha establecido una nueva visión de Estado. Es decir, México vive hoy un desorden en materia urbana. La falta de instrumentos de planeación y ordenamiento provocó que la mancha en algunas ciudades se expandiera sin control. Millones de mexicanos viven hoy en la periferia de los centros urbanos. Están lejos de los lugares de trabajo y pierden horas en el transporte, lo que afecta la productividad y provoca desintegración familiar pues los hijos se quedan solos. El Infonavit, que es la principal hipotecaria de Latinoamérica, construyó casi 1 millón de casas de una sola habitación, lo que contribuyó a que 10 millones de mexicanos -aproximadamente 2.5 millones de familias- vivan en hacinamiento, una de las más lacerantes formas de la pobreza urbana, lo que también provoca violencia intrafamiliar. Esta expansión, este crecimiento desordenado, es un modelo que hizo crisis en el año 2012. Sin embargo, la administración del presidente Peña Nieto reconoció desde su inicio que nuestro país requería de una visión moderna, acorde al Siglo XXI. Gracias a esta nueva visión, el Estado mexicano ha recuperado su papel de rector en materia de planeación y desarrollo urbano, así como en todo lo referente al modelo de crecimiento de las ciudades mexicanas. El primer elemento de esta nueva visión es la creación de la propia secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en la cual se definen las políticas nacionales en la materia y se coordina a los tres niveles de gobierno, a fin de que todos caminemos con objetivos bien definidos. Encabezada por la Sedatu, el gobierno de la República también ha puesto en marcha una Nueva Política Nacional de Vivienda que representa un parteaguas en la historia de México pues, entre sus múltiples beneficios, ha impedido que los diferentes organismos del sector sigan su propia lógica. Cierto, la ley establece que son los municipios quienes tienen la facultad de definir los usos de suelo y legislar en la materia. Sin embargo, ahora lo hacen desde una visión nacional para darle el rumbo correcto al crecimiento de nuestras ciudades. Los hogares de los mexicanos ahora se construyen en perímetros perfectamente definidos, cerca de los centros de trabajo, cerca de las redes de transporte y de los servicios públicos. Ya no son cajones de 30 metros cuadrados levantados de acuerdo al interés de un desarrollador que consiguió un terreno barato para hacer un buen negocio. En el gobierno del presidente Peña Nieto, construir vivienda es construir ciudad. Las más de 4 millones de acciones de vivienda de la administración incluyen, únicamente,  casas de dos recámaras. En este sexenio hemos puesto en marcha el programa “Un Cuarto Adicional”, también conocido como “Cuarto Rosa”, que ha permitido levantar cerca de 285 mil edificaciones. La iniciativa se ha consolidado como un elemento fundamental para combatir el hacinamiento y la violencia contra niñas y adolescentes, a nivel nacional. Adicionalmente, en esta Nueva Política Nacional de Vivienda hemos incorporado la visión de género. Establecimos caminatas nocturnas junto con la secretaría de Gobernación, a fin de identificar las zonas de riesgo. Desarrollamos la “Ciudad de las Mujeres” que ha permitido capacitar y empoderar a mujeres de Guerrero, Hidalgo y, próximamente, de Querétaro, Michoacán y el Estado de México. Los beneficios de esta Nueva Política son evidentes. Justamente, entre 2012 y 2013, el sector de la vivienda mostraba caídas del 6% y perdía más de 230,000 empleos. Las tres empresas más grandes del sector, que concentraban 60% de la edificación, estaban quebradas y dejaron la Bolsa Mexicana de Valores. Hoy, por el contrario, tenemos un sector pujante que representa 14% del PIB y genera 3 millones de empleos. Adicionalmente, a iniciativa de la Sedatu, el Poder Legislativo hizo su parte al aprobar la Nueva Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano. Entre sus elementos más relevantes, por primera ocasión se establece en la ley el Derecho a la Ciudad. Esto significa que los centros urbanos no pueden ser el resultado de intereses privados; deben ser patrimonio de todos los ciudadanos y el motor del desarrollo de sus habitantes. La anterior legislación tenía 40 años de atraso. No reflejaba las actuales circunstancias de nuestro país ni, menos aún, contaba con esta nueva visión de la que hemos hablado. Así pues, suelo contestar, la diferencia de este gobierno con los anteriores es una nueva visión de nuestro desarrollo donde el Estado norme el crecimiento de ciudades que deben ser un factor de desarrollo para todos los mexicanos y donde se promueva el desarrollo de las mujeres.   Contacto: Twitter: @Rosario_Robles_ Facebook: rosarioroblesberlanga Página: gob.mx/sedatu   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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