El socialismo del siglo XXI en América Latina era un modelo económico a seguir para los líderes populistas. Pero Venezuela en este momento vive semejante a Alemania antes del ascenso de Adolf Hitler al poder, porque para pagar unos cigarrillos y comida se necesita llevar los billetes en una bolsa o en una carretilla. Por ese camino iba Argentina, y con la llegada de Mauricio Macri dio un giro. Ecuador, un país afín al socialismo desde 2000, tiene como tipo de cambio al dólar, una divisa odiada y amada en Sudamérica. “Ya casi estamos en el caso de Alemania en los años veinte cargando una carretilla con billetes para comprar (una caja de) cigarrillos”, describe Luis Mata Mollejas, presidente de la Academia de Ciencias Económicas (ANCE) a Forbes México. Ésa es una de las miles de escenas a ser narras del gobierno socialista del XXI de Nicolás Maduro; todos los días se lee en la prensa venezolana el desabasto de papel de baño, cerveza, harina, pan, pollo y un sinfín de alimentos. En los últimos días, también se hizo eco de la crisis y el racionamiento del consumo de energía eléctrica y hasta la caza de mascotas, como perros y gatos, para ser comidos por el desabasto alimenticio. La falta de billetes es producto de que hay una inflación que casi llega a 2% diario, señala el economista venezolano. “La inflación de Venezuela es la más alta del planeta en este momento”, advierte. En 2015, la economía venezolana tuvo una inflación de 170%, según Mata Mollejas. “Ahora las estimaciones son de 2%, o sea que estamos hablando de una inflación de 500% sólo en lo que va del año. Imagínese lo que significa subir los precios en promedio 2% diario”, expresa el economista. Esos cálculos del incremento de precios en la nación gobernada por Maduro son optimistas y están por debajo de lo que el Fondo Monetario Internacional proyectó para este año. En enero de este año, el FMI pronosticaba que en 2016 se batiría un récord al llegar a una inflación de 720%, es decir, que los precios se multiplicarían por ocho. Pero en abril —unos cuatro meses después— el informe del organismo va más allá y eleva la tasa inflacionaria hasta 2,200% al cierre de 2017. Para los años siguientes el problema se agudiza hasta llegar a 4,600% de inflación en las proyecciones de 2021. Una locura sólo vista en la Gran Depresión. “Para sostener esa inflación, el gobierno debe imprimir billetes”, recuerda Luis Mata Mollejas. “El origen de la inflación es que el gobierno se dedicó a regalar los recursos del petróleo a terceros países”, dice. Y ahora no tiene dólares para pagar el papel moneda exportado de Inglaterra.   ¿Así se vivía Alemania antes de la llegada de Hitler al poder? “Hay una falta de papeles adecuados para imprimir bolívares, porque hay que comprarlos en el exterior”, expresa el presidente de la Academia. En Venezuela, por fortuna, se pueden imprimir bolívares, porque todavía parece que aquí hay tinta, dice. “En una inflación tal alta, los billetes tienen que aumentar de valor nominal, entonces tienen que producirse billetes de más alta denominación. Sin embargo, sólo hay billetes de baja denominación”, explica el responsable de la ANCE. Ahí no termina el problema, pues actualmente la cesta familiar vale 8,000 bolívares. “Con ese dinero sólo te compras medio kilo de pan, 250 gramos de mantequilla y medio kilo de otros productos comestibles”, afirma. Para pagar los alimentos necesitas 80 billetes de 100 bolívares, pero como el Banco Central de Venezuela y la banca comercial sólo tienen billetes de 10 bolívares, entonces requieres de 800 billetes, aclara. En enero de 1923, una barra de pan costaba 250 marcos. Nueve meses después, el precio de la misma se había disparado a 200,000 millones. Algunas anécdotas ilustran la situación por la que tuvieron que pasar los ya castigados alemanes durante ese periodo. Un periódico que costaba 1 marco en mayo de 1922, se ponía a la venta en noviembre de 1923 por 70 millones de marcos. Era más barato quemar billetes en la estufa que usarlos para comprar carbón o madera.   Argentina se alejó del camino “No es mucho dinero, sino que es mucho papel”, agrega Mata Mollejas. Por ese camino iba Argentina, que era gobernada por Cristina Fernández de Kirchner, pero con la llegada de Mauricio Macri dio un giro radical a su política económica. Una escena que todos recordarán del gobierno de Cristina Fernández es la del pago del Boden 2015 o deuda contratada por el gobierno a acreedores argentinos y extranjeros. El pago de ese bono fue presumido como: “El capítulo final del gran endeudamiento”. La operación de pago se hizo dándoles dólares en efectivo a cada uno de los acreedores, un hecho que no sucede por el mundo moderno, donde todas las operaciones las hacen a través de máquinas sofisticadas y a un solo clic. “El pago de los bonos que hace Argentina es en efectivo, casi no hay ejemplo en 120 países que seguimos nosotros (o calificamos) que paguen su deuda en efectivo, pues en todo el mundo hacen roll-over”, decía Gabriel Torres, vicepresidente y analista de Moody’s. “Cuando los países se ven obligados a pagar en efectivo es porque están en una crisis grande. Entonces, en este caso, a Argentina no le quedó de otra y representa un problema”, aseguraba Torres a inversionistas que se dieron cita en la Conferencia Anual de Moody’s Latin America, realizada el 7 de octubre de 2015 en Buenos Aires. La historia poco usual en otras economías del mundo se dio con la importación de dólares a través de las panzas de los aviones para pagar bonos en efectivo el martes 29 de septiembre de 2015. Ese día, varios camiones de caudales Brinks se acercaron a un avión de American Airlines, que había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Desde ahí salieron 5,900 millones de dólares que serían entregados en efectivo a los compradores del Boden 2015, una década atrás. “Ésta es la primera vez que un gobierno emite una serie de bonos, y es ese mismo gobierno el que lo paga y no se lo deja a otro”, decía Cristina Fernández. El pago a los tenedores del Boden 2015 es “el capítulo final del gran endeudamiento”, señalaba durante su discurso transmitido por cadena nacional. Además calificaba como un acto patriótico el hecho de que Argentina no tenga crédito internacional y en consecuencia tuviera que sacar de sus reservas 5,900 millones de dólares depositados a los inversores. “Fue mucho más que pagar una deuda, fue tomar la decisión de que Argentina iba a comandar la economía nacional sin recetas. No fue sólo el pago de un préstamo, fue una decisión de autonomía política, económica y social”, manifestaba Fernández de Kirchner. “Hay hoy aproximadamente 75,000 millones de dólares en billetes exportados en los últimos siete años desde Estados Unidos a la Argentina”, decía el economista Miguel Bein. “La gran mayoría no están produciendo, no están conectados a la economía”, enfatizaba Bein. Un estudio de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) revela, por otra parte, que Argentina era el segundo país del mundo con el mayor número de dólares en efectivo por habitante en 2006. Circulaban 50,000 millones de dólares en efectivo en aquella época en la economía argentina, igual cantidad de recursos eran movidos en China y 80,000 millones de dólares en Rusia, dice la investigación del banco central estadounidense.   El dólar ecuatoriano Ecuador es una de las pocas economías dolarizadas del mundo y América Latina. Desde el 2000, esta economía sudamericana hizo que todas las operaciones se pagaran en dólares; incluso mandó a crear sus dólares ecuatorianos. “La economía ecuatoriana se dolarizó desde el año 2000, cuando se captaron 400 millones de dólares en billetes de todas las denominaciones; incluso se mandó acuñar más de 86 millones de dólares en moneda fraccionaria”, comenta Fausto Ortiz, ex ministro de Finanzas de Ecuador de julio de 2007 a junio de 2008. Correa es referente de los gobiernos progresistas en América Latina, una región donde hasta hace unos años había una estabilidad financiera y económica. “El Banco Central de Ecuador no tiene reservas para nada; los dólares están en la banca”, sostiene Fausto Ortiz. “En algún momento al inicio del gobierno de Correa, allá por marzo de 2007, la gente se asustó un poco con el nuevo gobierno y retiró depósitos de manera masiva de un banco. Entonces el Banco Central pidió entre 200 y 300 millones de dólares en efectivo para dárselos al banco, quien devolvió la plata a través de la ventanilla”, expuso. —¿En algún país del mundo se hace un pago de deuda con dólares en efectivo? —En teoría puede ocurrir, pero con los sistemas de compensación eso es poco probable. Si compro un instrumento de deuda, seguro pidieron abrir una cuenta en los sistemas de compensación a donde se hará una transferencia bancaria. Y si alguien quiere retirar en efectivo, lo podrá realizar en un banco comercial. —¿El sistema de compensación es una cuenta bancaria? —En Ecuador se les llama depósitos centralizados de valores. A través de ahí hacen el pago a una cuenta de bonos, instrumentos y acciones para transferir a una cuenta corriente. No ocurre que si uno va con el bono físicamente al banco central y pedir el pago en efectivo. Quizá en el pasado y hace mucho tiempo pudo haber ocurrido, pero en Ecuador y todo el mundo deben estar vinculados a pagos electrónicos y transferencia bancarias.

 

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