Al día siguiente de jurar el cargo de presidente de Estados Unidos, Donald Trump solicitará a la Convención de Comercio Internacional (ICC) un informe acerca del peso que tiene para su país el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La razón de esta solicitud es que desde la perspectiva del mandatario republicano, este acuerdo comercial que involucra a Estados Unidos, Canadá y México no ha sido favorable para su país, por lo que su apuesta es renegociarlo lo antes posible, o incluso abandonarlo. Estos avisos han sido tomados en serio por los empresarios mexicanos, quienes han aprovechado los dos meses transcurridos entre la elección del 8 de noviembre y la toma de posesión de Trump  para organizar la defensa del TLCAN con carácter de emergencia. “Lo que está en juego es todo… en la parte económica. Para los empresarios mexicanos está en juego algo que puede cambiar el paradigma de cómo se hacen los negocios en México”, dice a Forbes México Moisés Kalach, director de Grupo Kaltex. Poner en duda la permanencia del TLCAN es cosa seria, principalmente porque le da a México dirección de hacia dónde vamos, coincide Luis de la Calle, director de De La Calle, Madrazo, Mancera. “Que Estados Unidos se vuelva proteccionista es un peligro para todo el mundo, incluidos, obviamente, nosotros, que somos su segundo mercado, en vías de ser el primero”, agrega De la Calle, uno de los participantes en la negociación original del TLCAN a principios de los 90. También puedes leer: Incertidumbre por Trump detendrá inversiones en México, advierte IMEF   Dos Méxicos El TLCAN no ha resuelto todos los problemas de la economía mexicana, pero le ha dado algunas fortalezas, como pasar de ser una de las más cerradas del mundo a una de las más abiertas al mundo. Sin el TLCAN, en 1993, México recibía de Estados Unidos inversión extranjera directa (IED) por 15,000 millones de dólares (mdd), menos de una sexta parte de los 100,000 mdd que recibió el año pasado. Las exportaciones han mostrado un cambio similar: su valor pasó de significar el 12.1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 1993 a 35% el año pasado, es decir que casi se triplicó con el tratado. Gracias a estas cifras, México se convirtió en potencia exportadora, con notoriedad en áreas como productos agrícolas o automotrices. No es casual que este último sector sea uno de los más atacados por Trump; tan sólo en el último mes, el mandatario electo ha lanzado advertencias de encarecer la entrada de productos automotrices a su país contra Ford, Toyota, Fiat Chrysler, BMW y General Motors. “Finalmente está sucediendo, Fiat Chrysler anunció planes para invertir mil millones de dólares en sus plantas de Michigan y Ohio, para crear 2,000 empleos, esto luego de que Ford dijera la semana pasada que crecería sus operaciones en Estados Unidos en lugar de México”, escribió Trump el pasado 9 de enero en su cuenta de Twitter. De acuerdo con datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en los más de 22 años que lleva el acuerdo, el valor del comercio entre los tres países participantes pasó de valer 290,000 mdd a 1.1 billones. Esto significó un crecimiento de más del 265%. El TLCAN no únicamente ha sido benéfica para el país, sino para toda la zona, ya que permite a Norteamérica ser competitiva frente a economías poderosas como China o Rusia, señala Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo de Kimberly Clark México. *Puedes consultar el reportaje completo “Estamos listos para Trump: Empresarios”, en el número de enero de Forbes México.

 

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