Los datos, como pedidos en el seguro de desempleo, así como una suave inflación, podrían generar preocupaciones sobre el impacto de unas medidas de austeridad del Gobierno que comenzaron en enero y la caída en recesión de la zona euro.   Reuters WASHINGTON – La economía de Estados Unidos mostró nuevas señales de un crecimiento más lento, con una contracción de la actividad fabril en la región norte de la Costa Este en mayo mientras que los inicios de construcciones de viviendas cayeron en abril. Otros datos publicados el jueves mostraron una fuerte alza en los nuevos pedidos del seguro de desempleo la semana pasada, así como también una suave inflación subyacente que podría apuntar a una débil demanda en la economía. “Estamos viendo un suave comienzo para el crecimiento en el segundo trimestre”, dijo Sam Bullard, economista de Wells Fargo en Charlotte, Carolina del Norte. Los datos podrían generar preocupaciones sobre el impacto de unas medidas de austeridad del Gobierno que comenzaron en enero y la caída en recesión de la zona euro. También podrían elevar la presión para que la Reserva Federal siga imprimiendo dinero en su esfuerzo por apuntalar la economía estadounidense. El Banco de la Reserva Federal de Filadelfia dijo que su índice sobre la actividad fabril en la zona norte de la Costa Este cayó a -5,2 en mayo, su menor nivel en casi un año. Las lecturas negativas en el índice apuntan a una contracción en la actividad manufacturera. Caídas en los nuevos pedidos y en el empleo pesaron sobre el índice, que cubre a fábricas en el este de Pensilvania, el sur de Nueva Jersey y en Delaware. El informe se sumó a recientes señales de que la debilidad de las manufacturas en marzo y abril se habría extendido a mayo. “No estamos recuperándonos de un reciente desmayo”, comentó Jacob Oubina, economista de RBC Capital Markets en Nueva York. El crecimiento en la economía estadounidense se aceleró en los primeros tres meses del año tras un débil cuarto trimestre del 2012, pero se prevé que el período de abril a junio muestre una expansión más apagada a medida que los esfuerzos de Washington por recortar el déficit presupuestario golpeen a los consumidores y las empresas. El Gobierno federal aumentó los impuestos en enero e inició recortes presupuestarios generalizados en marzo. Las señales del impacto de estas medidas sobre el consumidor fueron evidentes en un informe de Wal-Mart que mostró que las ventas cayeron un 1.4% durante el primer trimestre en sus tiendas de Estados Unidos abiertas hace al menos un año. Los datos ejercieron presión a la baja en las acciones estadounidenses que cotizaban con pocos cambios hacia el mediodía del jueves. También presionaron a la baja los rendimientos de la deuda del Gobierno mientras que el dólar se debilitó frente a una cesta de monedas principales.   Inicios lentos en la construcción Los inicios de construcciones de casas en Estados Unidos cayeron más de lo esperado en abril, desplomándose un 16.5% a una tasa anual de 853,000 unidades, dijo el Departamento de Comercio en otro informe. Aun así, los pedidos de permisos para construir nuevas viviendas subieron, apoyando las expectativas de analistas de que el sector inmobiliario contribuirá a la recuperación económica este año. Adicionalmente, buena parte de la debilidad en los inicios de construcción se centró en el volátil segmento de viviendas multifamiliares. Un tercer reporte del jueves mostró que la inflación no está agregando presiones para que los consejeros de la Fed reduzcan los programas de compras de bonos. Una fuerte baja en los costos de la gasolina llevó a que los precios al consumidor estadounidense registraran en abril su mayor caída en más de cuatro años. El Departamento del Trabajo dijo que su índice de precios al consumidor (IPC) bajó un 0.4%, el mayor declive desde diciembre del 2008, cuando Estados Unidos estaba en uno de los peores momentos de la crisis financiera. Los analistas esperaban un descenso más modesto, de un 0.2%, en los precios del mes pasado. En los 12 meses a abril, el IPC subió un 1.1%. Esto está muy por debajo de la meta de inflación de la Fed, de un 2%. El banco central estadounidense apunta a una lectura diferente de los precios, que tiende a ser más suave que el índice del Departamento de Trabajo. Buena parte del declive de los precios de abril se debió a una caída fuerte de un 8.1% en el costo de la gasolina, la mayor baja desde diciembre del 2008. Sin embargo, la debilidad en el índice de precios también se extendió a una medición de inflación subyacente que excluye los volátiles precios de la energía y de los alimentos. Esa medición se elevó sólo un 0.1% y se aceleró un 1.7% respecto a un año atrás, el menor avance en 12 meses desde junio del 2011. “Nuevas caídas en la inflación subyacente en los próximos meses podría hacer que algunos funcionarios de la Fed se preocupen por una inflación muy baja, o incluso una deflación”, dijo Paul Dales, economista de Capital Economics en Londres. La deflación conlleva declives en los precios y en los salarios que son difíciles de combatir por parte de las autoridades.   Mayores solicitudes La inflación se mantuvo baja en gran parte debido a la debilidad en el mercado laboral. La semana pasada, el número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de subsidios por desempleo subió a su ritmo más veloz en seis meses, aunque los analistas afirmaron que el dato de una semana no es suficiente para descarrilar la lenta pero constante recuperación del mercado laboral. Los pedidos iniciales de beneficios por desempleo saltaron en 32,000, a una tasa desestacionalizada de 360,000, dijo el Departamento del Trabajo. Se trató del mayor incremento desde noviembre y desconcertó a analistas que esperaban un incremento más moderado.

 

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