La Reserva Federal ve cerca la reducción paulatina de su programa de compra de bonos. ¿Podrá la economía más grande del mundo seguir sin la ‘máquina’ de billetes?   Desde que cayó en coma, en 2008, la economía estadounidense ha sido sostenida por una inyección de dólares  a la que se ha hecho adicta. Pero esta situación podría cambiar muy pronto si, como amenaza la Reserva Federal (Fed), se comienzan a retirar los estímulos en los próximos meses. Aunque hay indicios de una mejora económica, el pasado jueves 20 de junio, los mercados financieros se desplomaron ante el simple temor de perder un poco de la inyección de dinero de parte del banco central estadounidense, por lo que nada garantiza, hasta hoy, que la enferma economía de Estados Unidos podrá salir de terapia intensiva. Desde que hace cinco años que se echó a andar la ‘máquina de billetes’, se sabía que algún día tenía que parar. La semana pasada, Ben Bernanke, presidente de la Fed, dio pistas de que a finales de este año podría reducir el monto de la compra de bonos del programa de estímulo monetario, para retirarlo completamente en 2014. Esta noticia cayó muy mal entre los mercados, que en mayo alcanzaron máximos históricos y el pasado jueves 20 se derrumbaron. La sola idea de que está cerca el fin del programa de estímulo hizo que todos los índices, bonos, divisas y commodities bajaran. Los mercados se hicieron adictos a la liquidez monetaria, pero la Fed sabía que en algún momento tenía que retirar la medicina. La pregunta es: ¿el paciente podrá seguir sin el estímulo? Hay señales de recuperación en la economía de Estados Unidos, pero podría continuar la volatilidad, indican especialistas.   Cinco años en terapia intensiva Desde que estalló la crisis financiera en 2008, la Fed ha lanzado tres rondas de estímulo monetario, conocidas como Quantitative Easing (QE), que consisten en aumentar la oferta de dinero, mediante la compra de bonos del propio gobierno para reducir las tasas de interés a largo plazo. El QE3, lanzado en septiembre de 2012, compra mensualmente 40,000 millones de dólares mdd en deuda hipotecaria, pero en diciembre del mismo año se incrementó hasta 85,000 mdd. “Esta compra de bonos tenía la intención de dar la seguridad al mercado, principalmente apoyando al sector inmobiliario. Sabíamos desde que anunciaron esta compra de bonos, iba a generar mucho ruido en los mercados, a hacerlos apreciarse más de la cuenta”, comenta Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CI Banco. El estímulo que causó la compra de bonos provocó una fiesta en los mercados, la cual llegó a su clímax en mayo, cuando las bolsas de Wall Street y Europa registraron las mayores ganancias en cinco años. Pero no podía durar para siempre.   Se acabó la fiesta El pasado miércoles, Ben Bernanke puso fin a la fiesta. En su conferencia y en las minutas de la Fed, decía que hay señales de recuperación en la economía estadounidense, por lo que podrían contemplar una reducción en la compra de bonos a finales de este año y retirarlo finalmente en 2014. Al día siguiente los mercados reaccionaron a la baja, lo que se conoció como “jueves negro”. “Los mercados son muy sensibles y, como en el mundo de los negocios hay quien saca ganancias especulando, entonces el que tomes un rumbo diferente en tu política monetaria, te mueve los mercados y no hay manera de que puedas hacerlo sin causar ese efecto”, explica Haydeé Moreyra García, coordinadora del programa Executive MBA, EGADE y Profesora de Economía y Finanzas  del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe. La decisión fue muy criticada inclusive por algunos gobernadores de las reservas federales estatales, pues consideran que aún no hay una recuperación sólida de la economía más grande del mundo. Pero algunos datos darían la razón a Bernanke:
  • Los inicios de construcciones de casas ascendieron 6.8% a un ritmo anual desestacionalizado de 914,000 unidades en mayo, según el Departamento de Comercio.
  • Los precios de casas unifamiliares subieron 1.7% en abril, su mayor incremento en siete años, de acuerdo con el índice compuesto de S&P/Case Shiller.
  • El ciclo de endeudamiento de los hogares bajó 10.6% en comparación con el tercer trimestre de 2008, según la Fed.
  • La creación de empleos ha promediado 172,000 puestos mensuales en los últimos 12 meses.
“Parece que hay indicativos de que la economía estadounidense va recuperándose, quizá no lo veamos en el PIB en este año, pero sí las variables indican que va a mejorar”, menciona Haydeé Moreyra.   Superar la adicción Un reporte de CI Banco indica que los mercados se volvieron “dependientes y adictos a la liquidez monetaria, lo que incentivó a las inversiones especulativas, mismas que ahora toman utilidades”. Pese a que la volatilidad continuará en los próximos días o semanas, los mercados tendrán que entender que el dinero fácil se acabó, comenta Jorge Gordillo, director de Análisis Económico. “Sabíamos que cuando acabara esta compra de bonos, generaría ruido. La señal no le gustó a los mercados, pero el mensaje es que la economía se está fortaleciendo y necesita menos estímulos”, agrega. Haydeé Moreyra señala que hay gente que dice que el anuncio fue una buena decisión y otros piensan lo contrario, pero “por un lado, no puedes seguir estimulando artificialmente la economía”. Saxo Bank indica en un análisis que la disminución gradual de la compra de activos de la Fed comenzará en octubre, “generando una mayor volatilidad y seguida de un aumento en el valor en riesgo”. La académica del Tec coincide en que podría seguir viéndose volatilidad en la segunda mitad del año, aunado con los riesgos externos, como la ralentización económica de China y la crisis del euro. Aunque no se prevé que la Fed baje las tasas hasta 2015, indica Jorge Gordillo, de CI Banco, los mercados y la economía tendrán que seguir su camino sin la inyección de liquidez que duró por cinco años. “Creemos que poco a poco tendrán que fijarse más cómo está la economía antes de invertir”, comenta. Steen Jakobsen, economista en jefe de Saxo Bank, dice en el análisis que esta puede ser una oportunidad para “reeducar” a los mercados. “La única manera en que los inversionistas puedan entender el riesgo y el apalancamiento es haciéndoles perder dinero”.

 

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