El problema con la contaminación del aire en la Ciudad de México y su área metropolitana llegó a tal grado que la población comenzó a cuestionar la calidad de las gasolinas y el diesel que se consumen en el país, a tal grado que se esparció un rumor de que se estaba importando gasolina de China y, presuntamente, de mala calidad. La Secretaría de Energía y Pemex desmintieron esto y dijeron la semana pasada que la calidad de los combustibles comprados del exterior cumplen con los estándares de calidad, aunque aclararon que en México es donde se le agregan los oxigenantes. Si bien las gasolinas consumidas en el país no son de calidad inferior, también podrían ser mejores y adecuarse a los estándares internacionales más altos. ¿Qué hace falta? Primero, que los combustibles consumidos en todo el país sean de ultra bajo azufre, y no solamente en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, como sucede ahora. Lo que sobra, a juzgar por algunos, son los oxigenantes utilizados con MTBE, un éter usado para oxigenar la gasolina, pero que ya no se usa en Estados Unidos desde hace 10 años por ser potencialmente contaminante y cancerígeno, y se sustituyó por etanol, mezclado al 10% con la gasolina. El director de Pemex, José Antonio González Anaya, dijo que no era recomendable “por la altura” usar etanol en la Ciudad de México. Lo cierto es que en la nueva propuesta de Norma Oficial de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) propone este biocombustible como oxigenante   Lo que falta: más gasolina de ultra bajo azufre Se comercializan gasolinas ultra bajas en azufre en las áreas metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, pero no en todo el país. “Quedan algunos pendientes, como tener gasolinas de ultra bajo azufre en toda la República Mexicana, no sólo en las zonas metropolitanas. En lo que se refiere a estas zonas, donde se podría atribuir la contaminación del aire, las gasolinas adoptan las mejores prácticas internacionales”, comenta Pablo Zárate, un vocero de la Asociación de Combustibles Eficientes de Latinoamérica (ACELA). Entre las economías que integran el G-20, México está clasificado en el grupo 2, entre Argentina, Australia, Brasil, China, India, Rusia y Turquía, que falta por adoptar completamente el uso de gasolinas de bajo azufre, de acuerdo con un estudio del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés). En otro estudio del ICCT, se estima que Brasil, China, India y México tendrían que invertir entre 2,000 y 4,000 millones de dólares (mdd) para actualizar sus refinerías y abastecer gasolina que cumpla con los estándares más altos.   Más opciones para oxigenantes El propósito de agregar oxigenantes a las gasolinas es mejorar la combustión interna en los motores y reducir la producción de gases de efecto invernadero (GEI). En México se usa el metil-ter-butil-éter (MTBE) como oxigenante. Pero en varias partes de Estados Unidos este químico se dejó de usar hace 10 años, ya que se considera contaminante para las aguas del subsuelo en caso de que haya fugas en tanques  contenedores o derrames de gasolina mezclada. Cabe mencionar que en México, hasta ahora, no se tienen registros de contaminación en el agua por MTBE. Aunque en EU ya no utilizan el MTBE, también considerado potencialmente cancerígeno, lo sigue produciendo y exporta aproximadamente 40,000 barriles diarios, que en su mayoría tienen a México como destino. En la Unión Americana se utiliza el etanol (un alcohol derivado del maíz o la caña de azúcar) como oxigenante, que se mezcla en una proporción de 10%. El etanol es considerado un biocombustible que, de acuerdo con diversos estudios, puede contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los vehículos, aunque al ser biomasa (se obtiene del bagazo, desperdicio que queda de extraer el jugo de caña) puede aumentar las emisiones de óxidos nitrosos, que a su vez contribuyen a la formación de ozono, la razón de las últimas contingencias ambientales en la Ciudad de México. “Si quieres resolver el problema de la calidad del aire en la Ciudad México, que tiene que ver con alta concentración de ozono, no puedes traer un producto que promueva la emisión de ozono”, comenta Pablo Zárate. No obstante, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) considerará al etanol como una alternativa en oxigenantes en su próxima norma. En el proyecto de Norma Oficial Mexicana (NOM), publicado en el Diario Oficial de la Federación, se establece por primera vez que la gasolina regular pueda contar con un máximo de 5.8% de etanol como oxigenante para mejorar la combustión, aunque también podrá seguirse usando el MTBE. Ramses Pech, analista en Caraiva y Asociados, considera que si la norma aumentara a 10% la mezcla de etanol, como en Estados Unidos, el combustible que se importaría del país vecino sería más barata porque ya no se compraría gasolina cruda y se ahorraría en costos de almacenaje y mezclado.   Falta de infraestructura El pasado 10 de mayo, el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya, dijo que “por la altura no es recomendable” el uso de etanol en el Valle de México. No obstante, en Colombia, donde muchas ciudades superan los 2,000 metros de altitud, es ampliamente usado el etanol en el combustible y con resultados benéficos. Un estudio encargado en 2012 por el Ministerio de Minas y Energía de Colombia mostró que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los biocombustibles producidos en Colombia pueden ser reducidas en un 74% y 83%, al usar etanol de caña de azúcar y biodiesel de palma de aceite, respectivamente, comparadas con las producidas por el uso de los combustibles fósiles que sustituyen (gasolina y diesel). “Si todas las plantas existentes de biocombustibles en Colombia operaran a plena capacidad se podrían reducir alrededor de 1.8 millones de toneladas de CO2 por año”, según el estudio. Miriam Grunstein, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León, dice que la razón por la que Pemex desestima el uso del etanol es la falta de infraestructura, más que por una razón técnica o ambiental. Un análisis hecho por la Secretaría de Energía (Sener) en 2009 mostraba que Pemex tendría que invertir casi 3,000 millones de pesos para comprar etanol hecho en México y distribuirlo en sus terminales de abastecimiento y reparto y adecuar su infraestructura. El gasto parecería muy elevado, aunque las ganancias a largo plazo proyectadas no eran despreciables: ventas de 32,490 mdp en 2020 y más de 9,000 empleos permanentes generados. Además, hizo un experimento alimentando autos con etanol mezclado a un 5.8% con gasolina. “No se reportaron quejas ni incidentes por consumo de combustible en la operación de vehículos o por su manejo en las estaciones de servicio. “Como efecto positivo se presentaron algunas reducciones en las emisiones a la atmósfera de los óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono en las emisiones, y como efecto negativo se presentaron algunos incrementos en las emisiones de acetaldehídos y formaldehídos, promotores en la formación de ozono”, según el estudio de la Sener. La gasolina vendida en México no es tan contaminante como se dice, pero lo cierto es que faltan muchos avances e inversión para que cumplan los estándares internacionales más altos. “No es la peor gasolina, pero tampoco la mejor. Es de un estándar que podría no cumplir con las normas oficiales mexicanas. Ahora, eso tendría que constatarlo un verificador independiente”, comenta Miriam Grunstein.

 

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