Hace menos de un año Cipriani abrió sus puertas en Avenida Masaryk y es sin duda uno de los favoritos para los amantes del buen comer a la italiana. Este es el lugar a donde se va ver y a ser visto. Sin importar de qué día de la semana sea, sus mesas están llenas de hombres de negocios, celebridades y socialités. El restaurante, el primero en México, sigue la tradición que Giuseppe Cipriani creó en 1931 en el primer lugar que abrió – Harry’s Bar – sobre uno de los canales aledaños a la Piazza San Marco en Venecia. “Servir a los demás como te gustaría que te sirvieran a ti mismo” es el lema bajo el cual se rige y la esencia del lujo que implica comer en este sitio. Hoy, 82 años después y cuatro generaciones involucradas, tienen 25 establecimientos alrededor del mundo y en Forbes Life asistimos al que está en México para crear un #MenuForbes que deleitará a cualquier paladar. Aquí destacan las mesas redondas con sillas color café en un gran salón abierto, adornado con un candil de Murano al centro. La decoración es cálida, en la que impera la madera de nogal y el acero pulido, sobre todo en las grandes columnas que se reparten en el local de altos techos. Los amplios ventanales dan entrada a la luz natural, pero no por ello se pierde la privacidad que aquí garantizan, ya que las persianas resguardan lo que sucede al interior. carpaccio A la entrada el bar es el que recibe a los comensales con bebidas creadas sólo en esta sucursal, así como los clásicos que se sirven en el Harry’s Bar de Venecia, entre los que destacan el tradicional Bellini, creación precisamente de Giuseppe Cipriani. Como entrada vale la pena pedir varias al centro para compartir y poder probar un poco de todo, ya que su menú es bastante extenso. Son recomendables el sashimi de res sellada con aceite de oliva y de ajonjolí, acompañado de salsa Yuzu Ponzu, la ensalada de alcachofas baby con aguacate y queso parmesano, la burrata con jitomate cherry y orégano y el Carpaccio “alla Cipriani”, una creación original y exquisita. cipriani La pasta, por supuesto, es imperdible y por ello son muy recomendables los Ravioli caseros con Ricotta y espinacas con mantequilla. Asimismo, vale la pena probar el Pelo de ángel con bechamel, queso parmesano y jamón cocido. Aunque dentro de sus platos principales hay una buena oferta de carnes, como las chuletas de cordero y la costilla corta de res, después de unas deliciosas pastas elegimos el robalo chileno “alla Carlina”, una exquisita opción. Lo que es una obligación probar es el helado de vainilla. Aún si no se es de paladar dulce, este postre está creado para conquistar. Lo hacen al día, no guardan nada para el día siguiente, y ese es uno de los secretos que lo hace tan cremoso y fresco. El mejor cierre. Ya que si se es aficionado al pan y los pasteles, esta temporada tienen el tradicional Panettone, el cual también venden para llevar. Como es un tipo de pan seco lo acompañan con dos salsas, una de vainilla o de una de mascarpone. Y si se trata de experimentar en casa, nos comparten la receta de sus salsas… ¿Lo intentan?

 

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