- Recipiente. Según los expertos se recomienda elegir el vaso o copa en el que se va a degustar. Para el blanco es mejor optar por el tradicional caballito.
- Color. Esto determina si fue reposado o no en alguna barrica durante un determinado tiempo. Pero en el caso del tequila blanco, en el centro del caballito se podrá admirar un color blanco y plata en las orillas.
- Aroma. Para impregnarse de su olor es infalible colocar el caballito debajo de la nariz y aspirar profundamente para tratar de identificar su aroma predominante, ya sea agave, o la barrica si fue añejado. Se debe hacer una segunda aspiración para revelar el resto de aromas ocultos en el tequila.
- Sabor. A partir de un pequeño sorbo, debe ingerirse lentamente. Ya en boca, se toma un segundo sorbo y se respira. Esto servirá para sentir el sabor (afrutado, especiado, dulce, ácido o amargo) más allá del primer impacto del alcohol.
4 claves para catar un tequila blanco
El tequila es una de las bebidas más emblemáticas de México. De sabor y olor penetrante, este destilado del agave presenta varios secretos que hay que tomar en cuenta a la hora de disfrutarlo.
Dependiendo de las características adquiridas en procesos posteriores a su destilación, el Tequila se clasifica en: Joven u Oro, Reposado, Añejo, Extra Añejo, Reserva y Blanco o Plata,
El tipo blanco o plata es transparente y de sabor astringente. Su color se debe a que es el líquido que se obtiene de inmediato de la destilación, sin que descanse dentro de una barrica o que tenga una maduración menor a los dos meses en una barrica de roble o encino. A dicha destilación se le añade sólo agua de dilución, para ajustar la graduación alcohólica permitida comercialmente.
Se tiene la falsa idea de que el tequila blanco es sólo para cocteles, pero de hecho se puede disfrutar excelentemente bien derecho o en las rocas. A continuación, cuatro claves para catar un tequila de este tipo: