La tarifa anual por atracar una embarcación de 100 metros en un muelle puede alcanzar los 350,000 dólares; el seguro, 240,000, el combustible, 400,000, el sueldo de la tripulación, 275,000… Por Alicia Adamczyk   ¿Qué tienen en común el CEO de Google, Eric Schmidt, el Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos y Steven Spielberg? Además de ser fabulosamente ricos, también son miembros de la lista de élite de los pocos propietarios de súper yates en el mundo. No es ningún secreto que los súper yates son, bueno, caros. La embarcación privada más grande del mundo, el Azzam de Khalifa bin Zayed Al Nahyan, alcanza la asombrosa cantidad de 180 metros y su fabricación tuvo un costo de 600 millones de dólares (mdd). De hecho, ocho de las diez adquisiciones de lujo más caras de todos los tiempos entran en la categoría de súper yates. Y aunque un súper yate puede costar decenas –o, a veces, como en el caso del Azzam, cientos– de millones de dólares, los costos anuales de mantenimiento también pueden llegar a los siete dígitos, según un informe de Towergate Insurance. Pero, ¿cuánto cuesta de verdad un súper yate? Los informes dicen que, en promedio, un súper yate de 100 metros con una velocidad máxima de 25 nudos y una tripulación de 50 miembros debería costar alrededor de 275,000 dólares. Teniendo en cuenta que los 30 súper yates más grandes miden más de 100 metros, ese precio es con gran frecuencia mucho mayor. Los precios del combustible, el mantenimiento en general, los impuestos y los salarios de la tripulación componen típicamente la mayor parte de los gastos añadidos para los propietarios. Towergate estima que el costo anual de un muelle es de 350,000 dólares, el seguro promedio ronda los 240,000 dólares y el mantenimiento y las refacciones pueden ser de millones, así como la nómina de la tripulación. En general, el propietario debe esperar a gastar cerca de 10% del costo inicial del yate en mantenimiento anual.  
The Katara, a 124 meter superyacht owned by the emir of Qatar, docked in Nice’s harbor. (Valery Hache/AFP Photo/Getty)

The Katara, a 124 meter superyacht owned by the emir of Qatar, docked in Nice’s harbor. (Valery Hache/AFP Photo/Getty)

  Los capitanes ganan entre 70,000 dólares anuales por embarcaciones pequeñas y 180,000 por buques más grandes, mientras que los otros miembros de la tripulación reportan ingresos significativamente más bajos. Pero teniendo en cuenta que el Azzam emplea a unas 50 personas, el gasto es significativo. Barcos más pequeños, incluyendo el Maltese Falcon, de 88.12 metros, y el Venus de 79.25 metros emplean, según reportes, entre 18 y 22 personas. El Al Said, propiedad del sultán de Omán, emplea a 154 personas en la tripulación. Puede que los precios de los combustibles estén bajando en tierra, pero en altamar la historia es completamente diferente. Un yate de 71 metros usa 500 litros de diesel marítimo cada hora, lo que eleva ese costo anual a alrededor de 400,000 dólares. ¿Qué más nos dice el informe acerca de estas impresionantes embarcaciones? Mucho acerca de sus propietarios, por ejemplo. Towergate descubrió las nacionalidades de 125 propietarios : 14% de Estados Unidos, seguidos por los rusos, pero al igual que la mayoría de los otros sectores de lujo, los que en verdad van al alza son los asiáticos, que han comprado 11% de los súper yates entregados en 2014, en comparación con sólo 3% en 2011. En 2013, 355 súper yates fueron vendidos por un total de 3,400 millones. Diez por ciento de las compras fueron pagadas en una sola exhibición, y los compradores generalmente son propietarios de sus buques durante no más de tres años antes de venderlos. Y el precio y la duración no son las únicas características de las que vale la pena jactarse. Muchos están equipadas con ventanas a prueba de bombas, sensores de movimiento, entradas con instrumentos biométricos y lectores de huellas digitales y cápsulas de escape. El Venus, propiedad de la familia de Steve Jobs, tiene un gran panel de vidrio especial en uno de sus costados para que luzca como una tienda de Apple. El Eclipse, propiedad del empresario ruso Roman Abramovich, cuenta con un sistema de defensa antimisiles y un submarino para “ocio” con capacidad para tres personas. Otros notables propietarios de súper yates mencionados en el informe incluyen al director Steven Spielberg, al magnate estadounidense David Geffen y a la griega propietaria de fondos de riesgo Elena Ambrosiadou.

 

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