Como cada 5 años desde 1851 varios países se unen en una extensa exposición que dura 6 meses con un tema en común. Este año se rigió bajo el lema “Nutrir al Planeta, Energía para la Vida” (del 1 de mayo al 31 de octubre) y ha causado una respuesta extraordinaria en la perspectiva internacional. Tal como se realiza para otros eventos internacionales, como las Olimpiadas, los países compiten para convertirse en la sede de la expo universal, aportando a ella la inversión inicial y el espacio en el cual cada uno de los países participantes – 140 en esta ocasión – colocará su pabellón para demostrarle al público su involucramiento en el tema que atiene al evento. Este año fue la ciudad de Milán la sede de la expo y la inversión de la misma se elevó hasta 66.3 millones de euros. Para participar, cada país realiza una inversión inicial de 2 millones de euros más la suma que se necesite para la construcción de su pabellón. Estas piezas de arquitectura artística fueron totalmente diversas, desde aquellos países que optaron por unirse y hacer un solo pabellón en conjunto llamado The Cluster, hasta unos en donde el avance tecnológico era notable, como el de Kazajistán el cual tuvo un costo de construcción de alrededor de 8 millones de euros.  
El pabellón de México

El pabellón de México

  Las impactantes muestras arquitectónicas que se aprecian en estos pabellones, así como la importancia del tema que se trata, el cual es de impacto global, ha hecho que edición tras edición el número de visitantes vaya en aumento. En esta ocasión se tenía esperada la asistencia de 20 millones de personas, meta que fue superada en el mes de septiembre. La asistencia ha aumentado con los meses, tanto así que también en septiembre se presentó el record de visitantes en un solo día: 245 mil personas. Algo que resulta importante destacar es la segunda vida de los pabellones. En cada expo las construcciones después regresan a su país de origen para tener una nueva función (en 1889 el pabellón de Francia fue lo que hoy es la Torre Eiffel). Escuelas, museos, estadios o albergues es en lo que dichas piezas arquitectónicas se convertirán después del 31 de octubre. Uno de ellos, el realizado por Kinder + Sport (uno de los patrocinadores de la expo) se convertirá en una escuela en una comunidad de escasos recursos en África. De igual forma, el espacio dedicado en la ciudad de Milán (1.1 millones de metros cuadrados) evolucionará como un centro de investigaciones universitarias.  
  Nutrir al planeta El derecho a la comida saludable, segura y suficiente fue el núcleo del mensaje que se buscó transmitir a través de este magno evento. La sustentabilidad y elevar la conciencia del cuidado de los recursos naturales se reflejó en cada uno de estos pabellones de manera clara y original. La expo buscó plasmar las contradicciones que se viven hoy en día en cuanto al tema de la comida: el preocupante número de personas que sufren de hambruna, contra las cantidades de comida que se desperdician día a día. De acuerdo con las cifras que presentan, aproximadamente 870 millones de personas en el mundo están desnutridas, alrededor de 2.8 millones de personas mueren por problemas ocasionados por obesidad y cada año se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimento. Los alarmantes datos respaldan la elección del tema de esta edición que no sólo tiene el objetivo de educar a las personas, sino a que se impulsen cambios culturales, sociales y políticos en todo el globo. Cada uno de ellos presentó el mensaje de distintas maneras. Por ejemplo, el de Suiza lo hizo regalando manzanas. Al inicio del pabellón se encontraba un espacio con capacidad de 20 millones de manzanas (el número esperado de asistentes), el letrero indicaba que si cada visitante tomaba una sola manzana, habrían suficientes para todos los seis meses del evento. Las manzanas se acabaron a los pocos meses de haber abierto sus puertas. El mensaje no lo tuvieron que dar los organizadores, sino que fue construido por la interacción con el público. Al interior de los pabellones se encuentran diversas actividades y presentaciones, entre ellas hay videos que demuestran la gastronomía del lugar o sus esfuerzos para combatir el hambre, mappings sobre la historia de su alimentación, instalaciones fotográficas, demostraciones culinarias, catas, talleres y mercados, entre otros.  
Pantalla al interior del Pabellón Zero

Pantalla al interior del Pabellón Zero

  Pabellón Zero El lugar imperdible dentro de la exposición. Se trata de la introducción del tema a través de un viaje por la historia de alimentación y la evolución de la humanidad en torno a los alimentos. Toca temas como el cambio en el paisaje, la cultura y los rituales que han envuelto a la comida a lo largo de la historia y cómo ha cambiado el concepto detrás del consumo de los alimentos. El impactante pabellón de madera, diseñado por Michele de Lucchi y curado por Davide Rampello, inicia con el comienzo de la humanidad y su relación con la naturaleza (las plantas y los animales) y concluye con las paradojas actuales sobre la nutrición. Lo que aquí se trata va de la mano con el tema de las Naciones Unidas The Zero Hunger Challenge. United for a Sustainable World (el reto de la hambruna nula, unidos por un mundo sustentable). Es por ello que además de los apoyos visuales que se encuentran al interior (videos, instalaciones fotográficas, maquetas históricas, entre otros) también hay guías especializados que pueden ahondar en lo que se encuentra en cada sala.  
Vista aérea de la Expo

Vista aérea de la Expo

  Dentro de este pabellón es importante observar:
  • La pantalla, una de las más grandes del mundo, que narra un día en la vida de un niño de campo y su relación con los alimentos.
  • La gran pantalla que hace referencia a cómo los alimentos son tratados como un bien más en la bolsa de valores.
  • En la sala de los utensilios históricos de cocina se encuentra un jarrón gigante a donde se puede entrar, al alzar la vista hay una proyección de los alimentos básicos que nutren al planeta que parece que “caen” sobre quien las observa.
  • Un cuarto entero es dedicado al desperdicio de alimento. En éste se encuentra una montaña gigante de comida que equivale a lo que se tira a la basura diariamente.
  • Al exterior se encuentra un árbol gigante que atraviesa el techo del pabellón haciendo referencia a que no hay que olvidar que por encima de lo que puede crear el hombre está la naturaleza.
  Captura de pantalla 2015-10-11 a la(s) 20.38.29 Datos relevantes
  • Entre los 5 años que separan las expos universales se encuentra la llamada “expo internacional” que es más pequeña y con una duración de 3 meses. La siguiente será en Dubái.
  • La Expo Universal más grande fue la de Shanghai en 2010 con 73 millones de visitantes.
  • Además de los pabellones, la Expo Milán realizó un espacio exterior con más de 12,000 árboles que serán donados para reforestación al finalizar.
Más información: expo2015.org 

 

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