610 caballos de fuerza y un sistema de manejo de doble tracción controlado electrónicamente reemplazaron al Gallardo como el ícono de los Lamborghini y dieron entrada al Huracán, que se coloca como un nuevo paradigma dentro de los autos superdeportivos de lujo.   Dos asientos de piel Nappa y Alcántara de color beige con el icónico logo del toro tatuado en la cabecera dan la bienvenida al conductor y al copiloto. El tablero, la palanca e incluso partes del volante encuentran en sus características la inspiración del diseño de un jet. Una pequeña compuerta roja se levanta para dejar ver el botón de encendido, el cual se presiona como si se estuviera disparando un misil y al hacerlo se escucha el rugido del motor V10 de 5.2 litros. Las luces del tablero iluminan una serie de controles totalmente digitales, dejando atrás los tradicionales tacómetros análogos de su predecesor. En el volante se encuentra un switch rojo en el cual se indican tres palabras: strada, sport y corsa. Se trata de los tres modos de conducción en los que este deportivo italiano puede dominar el asfalto. Cada uno de ellos modifica su comportamiento en varios sistemas como la caja de velocidades, el motor, el sonido y el control electrónico de estabilidad.   Lamborghini Huracán   El interruptor se coloca en la primera modalidad, la cual silencia levemente al motor. Strada encuentra el equilibrio entre un carro de ciudad y uno de pista permitiendo que se adapte a las calles urbanas al disimular el sonido del su poderoso motor y ofreciendo la opción de levantar la defensa para poder pasar sobre los topes. Incluso añade la modalidad de Stop & Start con la que se pone en una especie de hibernación cuando el auto está parado, una manera de gastar menos combustible y, por lo tanto, ser más ecológico. Y así arranca la primera vuelta por la pista Pegaso en Toluca en una modalidad que lo hace sentir suave en las curvas y rápido en las rectas sin que la potencia de sus caballos resulte intimidante. Una facilidad de manejo que lo separa de otros deportivos. Sport es la segunda modalidad que se prueba en la pista. Al cambiar el switch el rugir del motor vuelve a hacerse presente, el volante se endurece y las rectas son dominadas con una aceleración de 0 a 100km en 3.2 segundos. La doble tracción se hace presente y las llantas se pegan a las curvas al momento de girar, generando un chillido electrizante. El volante se endurece aún más al pasar el switch al modo Corsa en el tercero y último recorrido por la sinuosa pista. La modalidad desactiva algunas de las funciones automáticas dándole mayor protagonismo al conductor. El auto, cuyo precio base se encuentra en 335 mil dólares, entonces deja ver su mayor potencia. Las curvas se sienten con más fuerza pues se elimina el control electrónico por lo que e conductor puede jugar con el ladeo del vehículo que tiene la facultad de llegar a alcanzar una velocidad máxima de 325 km/h a través de la nueva transmisión de doble embrague de 7 velocidades.  
  Más información en: @Lamborghini www.lamborghini-mexico.com

 

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