Las finas manos de Rose Saneuil suman 13 años dominando el minúsculo arte de la marquetería. Su último reto ha sido crear la volumetría de la rosa Yves Piaget en el reloj más delgado que existe en el mundo, el Altiplano. Por Anne García Yves Piaget ama las rosas. “Siempre he estado enamorado de ellas”, afirmó en alguna ocasión. Su devoción era tal que en 1982, en el marco del Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Ginebra, la ganadora fue bautizada ‘rosa Yves Piaget’. Tras haber sido cultivada durante dos años ganó los tres premios más importantes. La compañía Meilland —empresa familiar que produce ocho millones de plantas de esta flor al año y cuyo volumen de negocio asciende a 18 millones de euros— la comercializa. Para Piaget, la rosa es un talismán, un mensaje de eternidad y amor renovado que late cada día. El Altiplano de 38 milímetros vuelve a ser el objeto de deseo de los coleccionistas en 2016. Precisión, paciencia y meticulosidad son adjetivos con los que podríamos describir el trabajo de Rose: dos carátulas con sendas rosas en marquetería y madera con madreperla. Son la traducción física de la palabra ‘allure’. “Cada capa que representa un pétalo tiene un espesor de 0.6 mm. Se colocan de una en una, de afuera hacia adentro. La tolerancia de espacio es realmente mínima en este reloj”, afirma la experta en marquetería mientras nos tiende los dos relojes y una pequeña lupa para que comprobemos el acusado enanismo de la flor. Esta técnica alcanzó su apogeo en los siglos XVII y XVIII en Francia bajo la influencia del ebanista André-Charles Boulle. Rose supo desde el principio que este antiguo arte iba a orientar su camino profesional. Lo que nunca intuyó es que llegaría el día en el que insertaría una rosa extremadamente complicada de ensamblar en el guardatiempo más delgado del mundo. “La marquetería en miniatura es la expresión más compleja de esta disciplina. Se necesita perseverancia y disciplina. Seleccionar los colores adecuados y cortar fragmentos de madera para colocarlos uno a uno formando el volumen de una rosa ha sido retador. Son 96 elementos dentro de un diámetro de 32 mm. Pétalo a pétalo”. Piaget siempre ha mantenido un espíritu vanguardista en su estudio de creación, compuesto por ocho diseñadores que conciben unas cien referencias relojeras cada año. El desarrollo de un reloj requiere casi un año de trabajo, desde los primeros diseños, pasando por el modelo en tres dimensiones, hasta los prototipos que se realizan para comprender mejor las limitaciones técnicas y estéticas. Esta vez fue diferente. Rose tuvo que enfrentarse a solas a una esfera vacía y lograr dar vida a la rosa de Yves a través de una explosión de colores nácar, rosa palo y rojo sicomoro. A cada rosa le dedicó 25 horas. Toda una declaración de amor a la mujer. rosa Yves Piaget

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