Rodrigo Herrera tiene un plan en marcha para recuperar el terreno perdido por Genomma Lab. Los pilares de la estrategia de son la especialiación y el trabajo duro, sobre todo en lo que refiere a esfuerzos de internacionalización.  Para el cierre de 2013, las ventas de Genomma Lab Internacional ya comenzaban a caer en México, pero fue hasta el año pasado que registró su peor desempeño anual, lo que ocasionó que el mercado castigara a la compañía con una baja de más del 40% en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). No, la compañía no necesita un milagro para recuperarse. Para Rodrigo Herrera, fundador y presidente de Genomma Lab, el trabajo, esfuerzo y la especialización son necesarios para lograr cualquier objetivo. “Cuando haces eso, yo creo que cosas muy buenas pasan”, dijo el antes directivo de la empresa de productos de cuidado personal como Asepxia, Cicatricure y Lomecan, en entrevista con Forbes México. Para acelerar su recuperación, la compañía espera concentrarse en la fuente productiva local, para aumentar sus exportaciones, que actualmente representan más del 60% de las ventas de la empresa. “Estamos aprovechando, tenemos más del 60% de las ventas en el extranjero y sentimos que México puede ser una gran oportunidad para concentrar aún más la fuente productiva, para exportar no sólo a Estados Unidos”, dijo. Las ventas internacionales representan cada vez más en el negocio de Genomma Lab. En 2011, las operaciones en México abarcaban el 77% y el resto se concentraba en el extranjero, mientras que el estimado para el 2016 es de 34% y 66%, respectivamente. Te puede interesar: Ventas de Genomma Lab bajan 4.6% por negocio en México La firma comercializa en aproximadamente 20 países, entre ellos Estados Unidos, Chile, Argentina, Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y algunos de Centroamérica. Herrera señaló que en el continente americano aún hay mucho espacio para exportar, sobre todo algunos medicamentos y productos de cuidado personal de tamaño pequeño, pues se pueden fabricar en México y enviarlos al extranjero con mayor facilidad. “México ya es muy competitivo y yo creo que este gobierno ha logrado buenos acuerdos bilaterales en materia de tratados comerciales, y como compañías hay que aprovecharlo”, dijo el empresario. Aseguró que la mano de obra en México es muy calificada y competitiva, al tiempo en que existen grandes ventajas geográficas. “Hay una cadena completa de producción que ayuda a integrarte verticalmente y hay proveedores que pueden suministrar desde materia prima, maquinaria, refacciones y otros”, agregó. A finales de 2013, la firma cotizaba en poco más de 35 pesos por título, mientras que ahora se encuentra en niveles de los 20 pesos por papel, con una disminución de más del 40% de su valor. Incluso, la firma llegó a tocar los 10 pesos durante el 2015. El año pasado, las ventas de la compañía se desplomaron en 36% a 3,918.20 millones de pesos (mdp), la peor tasa de crecimiento en la historia de la firma en México, donde había logrado aumentos mayores al 60%, de acuerdo con información financiera de la empresa. Una caída en el mercado de medicamentos de libre venta (OTC) y la debilidad en el consumo en 2014, un ajuste de inventarios, así como la salida de Casa Saba, un importante jugador en la distribución de medicamentos y productos de cuidado personal, impactaron a la firma. Para revertir dichas caídas, el año pasado la empresa dio a conocer un plan que incluía el enfoque en planogramas y categorías con bajos inventarios, en lugar de concentrarse en la demanda impulsada al 100% por publicidad en televisión y altos inventarios para tener mayor exhibición. Con los cambios, entró a la dirección Maximo Juda, en lugar de Rodrigo Herrera. El nuevo directivo se enfoca en objetivos basados en la creación y uso de sus principales marcas, mejoras en los márgenes, ajuste en inventarios en México y el impulso internacional, así como la expansión de margen, sobre todo en Estados Unidos.   Venta de Marzam El 29 de septiembre del 2015, a través de su subsidiaria Gibart, la empresa vendió el 50% más una acción de Grupo Comercial e Industrial Marzam y subsidiarias al fondo de inversión holandés Moench Coöperatief por 1,350 mdp a pagar en dos bloques. Te recomendamos: Genomma Lab concreta la venta de Grupo Marzam De acuerdo al contrato de compra, la empresa recibió 1,050 mdp y los 300 mdp restantes tienen que ser pagados este mes, pues se había acordado liquidar un año después de la venta de las acciones, el 29 de septiembre de 2016. Sin embargo, según lo informado por Aristegui Noticias el pasado 6 de abril de este año, el monto con el que presuntamente el grupo holandés compró a Marzam eran de Marina Matarazzo, la esposa de Pablo Escandón, quien comanda Nadro, líder en el mercado de distribuidores de medicamentos. Lo anterior tendría que ser investigado por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), quien sería la encargada de emitir una resolución sobre si se registraron operaciones ilícitas.

 

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