Este lunes fue histórico para Colombia, ya que este día el gobierno firmó con las FARC el acuerdo de paz que concluye con el conflicto armado más extenso de América Latina, celebración en la que estuvieron presentes varios mandatarios de la región. Con una bala de ametralladora convertida en bolígrafo, el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, firmaron el histórico documento que da el primer paso firme hacia el fin de medio siglo de conflicto. “Se imaginan ustedes una Colombia sin conflicto, esa Colombia maravillosa es posible, la paz es posible y estamos ante una oportunidad real, la mejor de nuestra historia y tal vez la última de poner fin al conflicto armado”, dijo Santo. A mediodía se realizó una ceremonia litúrgica en la Iglesia de San Pedro Claver, oficiada por el cardenal Pietro Parolín, secretario de estado del Vaticano; mientras que la ceremonia oficial se celebró en la Plaza de Banderas del Centro de Convenciones, en Cartagena. A esa ceremonia asistieron una delegación de los jefes de la guerrilla, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; jefes de Estado de la región –entre ellos el mexicano Enrique Peña Nieto–; 250 víctimas invitadas desde las zonas más afectadas por el conflicto armado, además de empresarios, medios de comunicación y académicos. El conflicto armado colombiano dejó 220,000 muertos, millones de desplazados e impidió un mejor desempeño a la cuarta economía latinoamericana, y en este contexto la sociedad colombiana se encuentra polarizada sobre si realizará o no el referéndum para dar el aval definitivo al llamado Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. El plebiscito, que se celebrará el domingo 2 de octubre, se enfrenta a los promotores del ‘No’, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, del partido conservador Centro Democrático, y el ex Procurador general Alejandro Ordóñez, quienes se oponen al texto que daría el perdón a los guerrilleros a cambio de dejar las armas. El acuerdo incluye complejos temas como el acceso a la tierra para los campesinos pobres, garantías para que los guerrilleros desmovilizados conformen un partido político, la lucha contra el narcotráfico, justicia, víctimas, desminado y la implementación de los pactos.

 

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