La temporada estival exige lugares que inspiren, al tiempo que seduzcan por una inigualable propuesta cultural. Citadinos y amantes del dolce far niente se refugian en alojamientos con carácter. Te presentamos dos hoteles con arte.    Por Raquel Azpíroz   A la conquista del Mediterráneo A Dimitris Tsitouras le apasionaba el arte, pero también Santorini. En 1985 adquirió una antigua mansión construida en 1780 para renovarla y albergar a los amigos que acudían de visita vacacional. El edificio, que anteriormente había sido escuela, oficina de correos y casa privada, terminó convirtiéndose en un delicioso hotel a orillas del Mediterráneo. La mansión es el ejemplo perfecto de arquitectura vernácula, de un blanco tan intenso que deslumbra. Se fragmentó en cinco suites independientes con estilo y personalidad propios gracias al diseñador británico David Hicks, y en ellas Dimitris imprimió su sello: cuatro mil piezas de su colección privada, Picasso incluido. Los ilustres invitados del coleccionista griego le convencieron para convertir esta joya en un hotel, The Tsitouras Collection -miembro de Aqua Vista-, destinado a los espíritus más exigentes. No se equivocaban, en su libro de visitas reconocemos la firma de Gianni Versace, Joan Kennedy, Catherine Deneuve, Pedro Almodóvar, Nana Mouskouri o Domenico Dolce, por nombrar solamente algunos.
www.tsitouras.com
  En la capital de la democracia El ethos de Ámsterdam se palpa en cada milímetro del hotel. Las energéticas avenidas, el placer de lo sencillo y la vibrante cultura impregnan los rincones, pues está situado en el bullicioso centro de la ciudad y se rodea de la escena creativa y dinámica del Jordaan district además de numerosas galerías de arte. Siguiendo la premisa de latir al unísono con la urbe, cada aspecto del diseño fue minuciosamente detallado por Marcel Wanders; integró la herencia urbanística circundante, el hecho de estar ubicado en la antigua Biblioteca Pública, los típicos colores azul y naranja y el emblemático tulipán. Parte importante del concepto es la colección de videoarte, la mayor del mundo, con 40 obras únicas de artistas emergentes y reconocidos como Ryan Gander, Erwin Olaf o Mark Titchner. Cada espacio es irrepetible, moderno y audaz. Pretende crear un escenario propicio para motivar a las mentes más brillantes a compartir sus pasiones, ideas y sueños. El resultado es una conexión de polaridades que manifiesta la fusión cultural de Ámsterdam, su tolerancia y esencia democrática, consiguiendo aunar elementos opuestos en una propuesta ilógicamente coherente.
www.amsterdam.prinsengracht.andaz.hyatt.com
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