*Este texto fue publicado originalmente el 20 de abril de 2016.   La próxima revolución de los smartphones está en camino. Huawei trabaja en el diseño de una batería que puede resolver el mayor problema que hoy tienen los teléfonos inteligentes: el tiempo que tardan en cargar. El protagonista detrás de esta investigación se llama grafeno, conocido como ‘el material de Dios’. La apuesta de Huawei con este derivado del carbono es parte de su estrategia para posicionar a sus equipos como líderes en una industria que hoy dominan los dispositivos de Apple y Samsung. Cualquier teléfono inteligente promete más de dos días de batería, pero basta con activar los datos 4G para que la vida de una carga se reduzca a menos de 10 horas. Esta limitación puede cambiar en cinco años, estima la firma tecnológica originaria de China. “Huawei investiga un nuevo material para que la siguiente generación de baterías tenga una capacidad de carga muy rápida, 50 veces más veloz que las actuales. Hoy puedes cargar tu batería en dos o tres horas, pero en el futuro tomaría cinco o 10 minutos cargarla por completo, dice en entrevista con Forbes México Tyrone Liu, CEO de dispositivos para Huawei en América Latina. La compañía tecnológica ha gastado más de 9,200 millones de dólares (mdd) en investigación y desarrollo durante 2015, equivalente a 15% de sus ingresos totales y 45% más en comparación con el gasto de 2014, de acuerdo con su último reporte anual. Y el grafeno puede ser el fruto de esta apuesta por la innovación.   ‘El material de Dios’ Al grafeno se le conoce como ‘el material de Dios’. ¿Por qué recibe ese nombre? En primer lugar,  no desperdicia energía al conducir electricidad y es más eficiente que el cobre, además no emite calor, una cualidad vital para el funcionamiento de los chips. Otro punto a su favor es que existe en abundancia; incluso en los lápices hay pequeñas porciones de grafeno. También es más resistente que un diamante, tan ancho como un átomo, pero aun así puede tocarse. Las bondades del grafeno y su potencial para la industria tecnológica fueron descubiertos por los físicos rusos Andréi Gueim y Konstantin Novosiólov, ganadores del Premio Nobel de Física en 2010 por sus trabajos sobre este material. El entusiasmo por este cristal de carbono no se detuvo en el premio. El gobierno de Inglaterra financió el primer centro de grafeno para que ambos investigadores rusos se quedaran en el país europeo. La Comisión Europea, consciente del potencial, destinó 1,000 millones de euros (mde) para investigar al grafeno en 2013. Y no sólo los gobiernos tienen los ojos en el grafeno. En noviembre de 2015, la Universidad de Manchester anunció una alianza con Huawei para desarrollar tecnología basada en grafeno. Pese a sus virtudes, la atención del mundo académico, gubernamental y empresarial, el grafeno tiene un problema: es el material más costoso del mundo. Un copo (como los de nieve) de grafeno puede costar más de 1,000 dólares. Esto lo convierte en uno de los materiales más caros del planeta gramo por gramo, según la publicación Nature. Tyrone estima que es posible ver resultados en cinco años. La idea de innovar a largo plazo comenzó en 2012, cuando Huawei abrió centros de investigación para productos que enfrenten el futuro con nuevos desarrollos tecnológicos. La primera muestra de esta visión llegó en septiembre de ese año, cuando la firma china anunció una inversión de 2,000 millones de dólares en un centro de iniciativas de excelencia, investigación y desarrollo y compras locales en el Reino Unido. Tres meses más tarde, el 12 de diciembre de 2012, Huawei anunció la creación de otro centro de investigación y desarrollo en Helsinki, Filandia, tras una inversión a cinco años de 70 mde. “Si una compañía puede resolver el tema de la batería, imagina el producto y las posibilidades de comunicación a través de una pila que dura mucho más”, advierte Liu.   Fotografía regional  Mientras el futuro de almacenamiento alcanza a los dispositivos, la compañía no ignora el cambio de deseos y necesidades de sus consumidores actuales. Un botón de muestra: en Londres presentaron su teléfono P9 con una cámara dual diseñada por la empresa alemana Leica, con la cual los consumidores pueden capturar imágenes artísticas, en una apuesta por el mercado premium. América Latina no es la excepción. Huawei tiene una participación de mercado de 13% y ha vendido en esta región 12 millones de dispositivos. ¿Y en México? La empresa ha comercializado 2.5 millones de equipos en nuestro país, mientras su participación de mercado es de 7%. Huawei posee cinco oficinas en la Ciudad de México; otra en Monterrey, Nuevo León, y un centro de distribución y manufactura en Jalisco, con más de 1,400 empleados en total. Además, la empresa ha dicho que en los próximos años invertirá 1,500 mdd para construir su centro global de atención técnica.   El futuro de los smartphones Al preguntarle cómo se imagina el smartphone del futuro, después de que éste casi ha eliminado otros dispositivos (como cámaras, despertadores, calculadoras o grabadoras) de la vida de las personas, el ejecutivo afirma que estamos ante un abanico amplio de posibilidades. “Hace 10 años no imaginábamos que los teléfonos tendrían cámaras como hoy las conocemos.” El directivo de origen chino considera que los wearables podrían ser la siguiente evolución del smartphone. La batería es una barrera que empresas como Huawei tienen que  derribar, pues la vida de un dispositivo es aún menor que la del smartphone. Para el futuro, el  CEO de Devices para América Latina comenta que quizá los wearables del futuro sean capaces de proyectar imágenes que harían irrelevantes los teléfonos inteligentes. “Los telefónos móviles tal vez desaparezcan”, concluye.

 

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