El impuesto especial a las bebidas endulzadas fue uno de los más polémicos y criticados por la industria refresquera y otros participantes durante la presente administración. El gravamen de un peso por litro a las bebidas azucaradas entró en vigor en 2014 con la reforma fiscal, junto con el impuesto de 8% para la comida ‘chatarra’, con la finalidad de combatir problemas de salud como obesidad y diabetes y disminuir el consumo de estos productos, sin embargo, especialistas indican que ese objetivo no se cumplió. “Como autoridad fiscal fue bueno el impuesto porque el organismo encargado busca cómo recaudar más y sabemos que México es uno de los que más refresco consume a nivel mundial y que la dieta está basada en productos con azúcar…Una forma de obtener más dinero es gravando lo que más consume la gente”, comentó Alejandro Bolaños Pérez, integrante de la Comisión de Desarrollo Fiscal Sur del Colegio de Contadores Públicos de México. Puedes leer: Impuesto al refresco: ¿en qué se gastan los recursos? Sin embargo, lo recaudado no funcionó para combatir problemas de salud, añadió el especialista. “El impuesto a bebidas saborizadas, principalmente ha sido regresivo, inflacionario, recaudatorio, e ineficaz, pues el consumidor es quien paga el precio. El impuesto se tradujo en un incremento en precios de 4.2% en 2017”, de acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac). En el primer semestre de 2018 se recaudaron 12,525.4 millones de pesos (mdp) por el impuesto a bebidas, 73.2% más que en el mismo periodo de 2014, cuando entró en vigor el impuesto, de acuerdo con últimos datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). En el acumulado de 2014 al primer semestre de 2018 se recaudaron 98,708.6 millones de pesos por dicho gravamen, añade información de la dependencia. Sin embargo, al parecer el consumo no bajó. “El impuesto es ineficaz para disminuir la ingesta calórica, de las 3,072 calorías que diariamente consumimos los mexicanos, la reducción del consumo de calorías provenientes de refrescos no ha sido significativa, menos de 7 calorías a 4 años de implementación del impuesto”, agrega la Anprac. De la ingesta calórica diaria, los mexicanos consumen 400 mililitros de refresco, lo que representa un 5.5% del total. Te recomendamos: Los pobres en México pagan la mayoría del impuesto a refrescos

 

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