Del impuesto de un peso por litro a las bebidas endulzadas que se recauda en México, sólo se destina alrededor de un 10% anual a programas de prevención de la obesidad y la diabetes en adultos y en niños, así como a bebederos de agua potable en escuelas.  Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), desde 2014, cuando entró en vigor ese gravamen, a junio de este año se han recaudado 51,285.8 millones de pesos (mdp). Este impuesto se impuso con la finalidad de disminuir el consumo calórico de los mexicanos y erradicar la obesidad, la diabetes y enfermedades crónicas relacionadas. Sin embargo, el estudio La industria de las bebidas no alcohólicas en México, del Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), establece que el aumento en costo de los refrescos sólo ha representado una baja en consumo comparable con una cucharada o un sorbo al día. “La SHCP no etiqueta como tal los recursos recaudados de ningún impuesto. Lo que podría hacerse es un comparativo del monto del gravamen y lo que se destina del Presupuesto de Egresos a temas de prevención. Los rubros presupuestales correspondientes a prevención de obesidad en adultos, niños y bebederos de agua potable en escuelas suman alrededor del 10% de lo que se recauda anualmente”, comentó Luis Manuel Encarnación, coordinador de la Coalición ContraPESO. El especialista señaló que a fin de lograr una mayor transparencia y administración de los recursos se podría abrir un fondo para que lo recaudado por el impuesto a bebidas endulzadas se vaya a programas específicos para el combate a la obesidad o el tratamiento de la diabetes. La senadora panista Marcela Torres Peimbert había propuesto aumentar los recursos establecidos en el programa de la reforma educativa para proveer bebederos con suministro continuo de agua potable para uso humano en los inmuebles escolares con lo recaudado por el impuesto a las bebidas azucaradas. De acuerdo con la legisladora, hasta el momento se han instalado bebederos en 11,000 escuelas, de las 40,000 que se tienen como objetivo para el cierre de la actual administración. “Esta cantidad no alcanza ni una cuarta parte de los colegios, cuando hay muchos más recursos para que en este sexenio ya se hubiera cubierto el 100% de las escuelas con bebederos”, señaló. El costo de cada bebedero es de aproximadamente 4,000 pesos en zonas donde existe agua potable. Sin embargo, en otros puntos del país tendría un costo mayor a 15,000 pesos. “En México hay poco acceso al agua, pues no hay bebederos en los parques públicos, en las plazas, en las calles y en las escuelas, por lo cual era necesario actuar de alguna manera. El impuesto por sí solo no resuelve la problemática, pero era importante poner en la conciencia este problema y tratar de disminuir el consumo de refrescos y aumentar el consumo de agua potable”, dijo. Afirmó que lo recaudado con el impuesto no se refleja en las acciones para eliminar problemas de sobrepeso, obesidad y diabetes, que ocupan tres de cada cuatro camas de hospital público en el país.   ¿Para qué alcanzan los más de 50,000 mdp recaudados del impuesto al refresco? De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), el costo de atención de la diabetes es de 707 dólares al año por persona, por lo que con los 51,285.8 mdp (casi 2,704.94 mdd) que se han recaudado desde que entró en vigor el impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas, se podría atender a casi cuatro millones de los 6.4 millones de adultos mexicanos que padecen diabetes mellitus tipo II en el país. “Durante las últimas décadas, el número de personas que padecen diabetes en México se ha incrementado y actualmente figura entre las primeras causas de muerte en el país”, indica la Ensanut más reciente (2012). Hasta ahora, 9.2% de los adultos en México han recibido ya un diagnóstico de diabetes, indica la encuesta. De acuerdo con el análisis Carga económica de la diabetes mellitus en México, 2013, de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), los recursos destinados a la atención de la diabetes se estiman en 362,859.82 mdp, es decir, 2.25% del producto interno bruto (PIB) de ese año. Además, Luis Manuel Encarnación afirmó que ese 10% anual que se destina a campañas y bebederos podría duplicarse y destinarse al fortalecimiento de programas para combatir la obesidad. Javier Lozano, fundador de Clínicas del Azúcar, una empresa que lucha por revertir el problema, indicó que con los recursos recaudados por el gobierno se podría ayudar a fondear programas piloto que permitan mejorar los tratamientos de salud, y que éstos puedan adoptarse en los sistemas de salud pública. “También se podría ayudar a fondear inversiones en infraestructura y (otorgar) créditos para la construcción de clínicas, consultorios de nutrición y todo tipo de infraestructura que permita a los distintos proveedores de salud llegar a más personas, así como para la capacitación de médicos, para tener un mejor control”, dijo. Instalar una clínica que permita diagnosticar problemas como diabetes y sus derivados tiene un costo de entre 3 y 4 millones de pesos, agregó Lozano. Clínicas del Azúcar atiende a pacientes con diabetes, por lo cual la empresa cuenta con laboratorios especializados donde se hace el análisis de hemoglobina glucosilada, para el manejo y control de esa enfermedad. Además de educadores en diabetes, estas clínicas cuentan con médicos especializados, nutriólogos y psicólogos, con lo cual se ayuda al paciente a seguir un tratamiento correcto.

 

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