A más de 20 años del TLCAN y la reciente reforma energética, es necesario continuar en busca de nuevos rubros de especialización e inversión en México.   Por David Ken Fujii El sector industrial en México representa la columna vertebral de nuestra economía, convirtiendo a la industria automotriz en la más destacada, al sobrepasar los ingresos registrados en materia de petróleo, turismo y remesas. Dentro de la industria automotriz, las empresas de autopartes juegan un papel fundamental, siendo su tendencia actual el concentrarse y reducirse a unas cuantas proveedoras dominantes, como lo son: Bosch, Denso, Aisin, Magna, Continental, Mobis, entre otras, y esta misma tendencia se refleja en el control ejercido por los grandes fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) como: Toyota, General Motors (GM), VW, Hyundai, Ford, Nissan-Renault Daimler, Chrysler, y BMW. La inversión anunciada por GM a finales de 2014, por un monto de 5,000 millones de dólares en México¹, la cual se destinará en gran medida al incremento en la capacidad de producción de sus plantas actuales en Toluca, Ramos Arizpe, Silao y San Luis Potosí, sobrepasa cualquier inversión anunciada por parte de las OEM japonesas, pero no debemos olvidar que actualmente la inversión japonesa en México para la industria automotriz es la segunda más importante, después de la inversión de EU. Pese a ello, la inversión extranjera directa (IED) de Japón a México en 2013 fue de 1,750 md, que representa tan sólo 1.3% de la inversión japonesa directa total, comparado con Brasil (4,000 md), Estados Unidos (43,703 md), Reino Unido (13,310 md) Tailandia (10,174 md) y China (9,104 md), lo cual muestra una inversión directa relativamente baja en nuestro país. De acuerdo con Jetro (Japan External Trade Organization), se estimaba que a finales del 2014 en México existían cerca de 680 empresas japonesas, y de éstas más de 300 pertenecen al sector automotriz. El flujo de inversión japonesa que presenta el país ha sido tal que la Cámara Japonesa de Comercio e Industria en México actualmente cuenta con alrededor de 370 miembros registrados en nuestro país. Como reflejo de dicho flujo de inversión, la Cámara Japonesa recientemente ha establecido su primera oficina regional en el estado de Guanajuato, tras haber mantenido su operación durante 50 años únicamente en la Ciudad de México, y bajo esta línea, no podemos dejar de mencionar la inclusión en el presupuesto fiscal del gobierno japonés para la apertura tentativa de una representación consular en León, Guanajuato, la cual se encuentra a reserva de la aprobación del Congreso japonés. Entre el 2010 y el tercer trimestre del 2014, cifras de la Secretaría de Economía señalan que la inversión japonesa en el país sumaba 5,867 millones de dólares. Sin duda, la reciente movilización e inversión japonesa es consecuencia de la política exterior implementada por Shinzo Abe, primer ministro de Japón, a través de su plan económico conocido como Abenomics, que pretende impulsar a las empresas japonesas a invertir en el extranjero, fomentar el consumo interno, la creación de una tasa de inflación inexistente en Japón, entre otras medidas, con el objetivo de estimular la economía de Japón. En Japón suele pensarse: “Cuando a la industria automotriz le va bien, al país le va bien.” Partiendo de esta premisa, México debe lograr que la inversión automotriz genere el mismo significado de prosperidad y no sólo se vea reflejado en una mano de obra barata de calidad. Como país debemos proponernos atraer los dos ejes principales del proceso automotriz: desarrollo e innovación, y la producción de maquinarias y moldes, dando el siguiente paso para poder ofrecer un servicio de proveeduría local con una ventaja técnica competitiva, y así enriquecer al país con conocimientos y habilidades a través de claros esfuerzos e inversiones en materia de educación y capacitación, como son los casos de las recientes inversiones anunciadas por la Universidad Tecnológica de Huejotzingo o el Instituto Estatal de Capacitación (Ieca) de Guanajuato, por mencionar algunas. De lo contrario corremos el riesgo de repetir la historia de la ya quebrada ciudad de Detroit. Los datos y cifras de producción del 2014 para México son alentadores, ya que en comparación con Brasil (nuestro principal competidor en la región), durante 2014 nuestro país logró superarlo por primera vez en la producción de vehículos ligeros, produciendo México alrededor de 3.2 millones y Brasil 3.1 millones de unidades. Las expectativas de producción para los próximos años indican esta tendencia al alza para nuestro país. No obstante, el mercado interno de Brasil supera las ventas existentes en México, ya que en Brasil el 85% de la producción de autos va dirigida al mercado interno, mientras que en México más de un 80% de los vehículos producidos va dirigido a un mercado externo de exportación, donde la mayoría va hacia EU. En 2014 en México el consumo interno de vehículos (automóviles y camiones ligeros) fue de alrededor de 1 millón de vehículos anuales, mientras que en EU fue de cerca de 17 millones de vehículos anuales. Actualmente, el parque vehicular en México es de 5 vehículos por cada 10 personas, y se estima que el consumo de autos en el país crecerá exponencialmente durante los próximos 5 años. En función de lo anterior, debemos tomar en cuenta que en México no contamos con la infraestructura necesaria para soportar un parque vehicular de dicha magnitud (a diferencia de EU), ni representamos una economía de consumo. En EU, el 70% del PIB proviene de impuestos al consumo, mientras que en México únicamente el 5% del PIB proviene de impuestos al consumo². En su gran mayoría, el PIB de nuestro país proviene de las actividades terciarias relacionadas con servicios y el comercio (70%) y de actividades secundarias como la industria de manufactura (18%). En 2011, Baker & McKenzie se dio a la tarea de crear el Mexico Japan Desk, generando un puente entre nuestras oficinas de México y Tokio, contando con asesoría 24/7 en los idiomas japonés, inglés y español. A través del Mexico Japan Desk se ha venido apoyando a las empresas japonesas, principalmente de los sectores automotriz, energético, farmacéutico, aeronáutico, entre otros, brindándoles asesoría legal y fiscal en su idioma, apoyando al entendimiento y comprensión de los retos y oportunidades que presenta nuestro país como destino de inversión. Gracias a nuestro nivel de especialización y la confianza de nuestros clientes, hemos logrado consolidar a lo largo del tiempo en nuestras oficinas de México a más de 120 clientes de origen japonés. Sin duda, a más de 20 años del TLCAN y la reciente reforma energética, es necesario continuar en la búsqueda de nuevos rubros de especialización e inversión en nuestro país.   ¹Comunicado de Prensa, Secretaría de Economía. ²OCDE – Impuesto como proporción del PIB.   David Ken Fujii, asociado de la firma legal Baker & McKenzie y líder de la iniciativa Mexico Japan Desk.   Contacto: Twitter: @bakermckenzie Facebook: BakerMcKenzieMexico LinkedIn: Baker & McKenzie México (Grupo) Página web: Baker & McKenzie in Mexico   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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