Japón defiende política de tasas negativas
En un hecho que destacó la alarma de Tokio sobre la incesante caída en los precios de las acciones, el primer ministro japonés
Reuters
Las autoridades japonesas dijeron el viernes que buscarán una respuesta global de los países del G-20 a la turbulencia en los mercados, luego que el gobernador del banco central de Japón descartara que la ola vendedora haya surgido por la decisión de la entidad de adoptar tasas de interés negativas.
En un hecho que destacó la alarma de Tokio sobre la incesante caída en los precios de las acciones, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, discutió con Kuroda por primera vez en casi cinco meses sobre la economía y el mercado global.
“Expliqué el enfoque del Banco de Japón sobre el alivio cuantitativo y cualitativo con tasas de interés negativas y sus efectos”, dijo Kuroda a la prensa tras la reunión, al agregar que Abe no hizo declaraciones específicas en política monetaria.
Kuroda declinó hacer comentarios sobre las recientes fluctuaciones del yen y lo que discutió con Abe en materia de política monetaria.
El índice Nikkei de la bolsa de Tokio cayó más de 5% a un mínimo en 16 meses el viernes y el yen saltó a un máximo en 15 meses frente al dólar, luego de que los inversores buscaron la seguridad de la moneda japonesa por la preocupación sobre la salud de los bancos europeos y las perspectivas económicas mundiales.
Una sugerencia de intervención por parte del ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, no logró presionar al yen. El alza de la moneda se ha sumado a los problemas que afrenta el banco central, cuya decisión el mes pasado de adoptar tasas de interés negativas no ha generado un impacto positivo sostenido en las acciones ante la extensa ola vendedora en el mercado.
Aso y sus colegas en el Ministerio de Finanzas dijeron que esperan que las autoridades que asistirán a la cumbre del G-20 acuerden una acción coordinada en políticas económicas cuando se reúnan en Shanghái este mes.
Kuroda dijo que las tasas de interés negativas ayudarán a estimular la economía a la larga mediante la reducción de los costos de endeudamiento, rechazando las críticas de que la medida agravó las turbulencias del mercado por el temor a que reduzca las ganancias de los bancos.
