A pesar de que dejó el Tonight Show hace dos años, el comediante Jay Leno no ha relajado su ritmo de trabajo. Éste es su secreto.   Por Zack O’Malley Greenburg Muy dentro de un garaje del tamaño de un campo de futbol cerca del aeropuerto Bob Hope de Burbank, Jay Leno se inclina sobre un Corvette plata 1957, poniendo aceite en el motor en una mañana tan activa como todas las que ha vivido desde su “retiro”. Desde que dejó su programa televisivo nocturno hace dos años, Leno ha distribuido uniformemente su tiempo entre el standup comedy y su colección de 267 automóviles y motocicletas, mostrando muchos de ellos en su programa de la CNBC, Jay Leno’s Garage. Para otras personas que se acercan a un retiro activo, el ejemplo de Leno es un auto perfectamente afinado. “Terminé el Tonight Show un jueves por la noche, y el viernes tuve tres presentaciones en Florida”, dice. “No soy una de esas personas que suelen sentarse a descansar.” Entrar al garaje de Leno hace más fácil comprender cómo es que ocupa Buena parte de su tiempo con los coches que tiene ahí. La colección de autos raros son un espectáculo asombroso: un puñado de Lamborghinis por ahí; un rincón lleno de Bugattis por allá, que ayudo a Leno a empujar mientras llevamos a cabo una entrevista en medio de una sesión fotográfica. La mayor parte de los Bugatti, todos fabricados antes de la Segunda Guerra Mundial, tienen actualmente valores que rondan el millón de dólares, aunque Leno me dice que los compró por mucho menos. Ese es el caso de muchos de sus autos, desde un viejo Chevrolet Corvair por el que pagó 600 dólares hasta un McLaren F1 que compró por 850,000. El Corvair tiene un valor de 12,000, y recientemente rechazó una oferta de 12 mdd para los McClaren. Con todo, Leno estima que sus vehículos comprenden aproximadamente entre 10 y 15% de su patrimonio neto. Eso no es del todo escandaloso –uno puede imaginar a alguien con un patrimonio neto de 500,000 dólares que tiene un coche de 50,000 junto con los activos como una casa de 250,000 y una cuenta de ahorros de 200,000. Aún así, los gurús de las finanzas personales recomiendan dejar las colecciones de autos a los profesionales. “Para alguien como Jay Leno, no está mal”, dice Stacy Bakri, asesora financiera de The Family Firm en Bethesda, Maryland. “Pero no te puedes comer tus coches, no puedes comerte tu colección. Tienes que tener activos líquidos suficientes para poder crear un flujo de ingresos para solventar tus gastos diarios.” Sin embargo, de todos los artistas centimillionarios en el mundo, Leno podría ser el que más valga la pena emular cuando se trata de planear el retiro. Siempre ha sido frugal, compró su primer coche a los 14 años –una camioneta Ford 1934 maltratada– por 350 dólares. Pasó gran parte de los siguientes dos años bajo el cofre, y para el momento en que tuvo edad suficiente para conducir, no tenía sólo un auto, tenía una pasión duradera. “Cuando estás en un negocio como el mundo del espectáculo, todo es subjetivo”, dice Leno. “Algunas personas creen que eres gracioso, algunas personas piensan que apestas, y los dos tienen razón desde su punto de vista. Cuando algo se rompe y lo arreglas, nadie puede negar que lo estás haciendo bien.” Leno es muy consistente. Cuando asistía a la Universidad Emerson tenía un segundo empleo como mecánico en un concesionario de Rolls Royce en Boston. Algunas noches, llevaba los autos a sus clientes en Nueva York, donde se presentaría en un club de comedia, antes de regresar a Massachusetts a tiempo para asistir a clases el día siguiente. “No tengo más pasatiempos que trabajar en mis coches2, dijo al New York Times en 1989, tres años antes de asumir el Tonight Show, y en una época en la que ya ganaba 3 millones de dólares al año mientras daba 300 presentaciones al año. “Odio los deportes. Me gusta leer y escribo chistes. ¿Qué más debo hacer?” Sin embargo, después de relevar a Johnny Carson en 1992, Leno mantuvo un calendario de presentaciones frenético, a menudo dando más de 150 shows en vivo al año. Quizás lo más notable de todo sea que, él dice, vivía de exclusivamente de los ingresos generados por el standup y se ahorró su salario en el Tonight Show. Eso es mucho dinero: hubo un punto en el que ganaba 36 mdd anuales. Al mismo tiempo, Leno vivió un estilo de vida razonable. Él y su esposa compraron sus casas en efectivo y acordaron no tener hijos. Leno no bebe, fuma ni apuesta. Su único vicio parecen ser los coches, e incluso esa afición le ha estado pagando dividendos. Jay Leno’s Garage tendrá una segunda temporada luego de registrar un debut con rating récord. “Cada semana, los espectadores tienen la oportunidad de viajar al lado del máximo fan de los coches”, dijo en un comunicado Jim Ackerman, vicepresidente ejecutivo de Primetime Alternative de la CNBC. “La pasión de Jay Leno por los coches y su narración única que resuena con los espectadores y estamos muy contentos de salir a la carretera otra vez esta primavera.” Aunque Leno calcula que actualmente gana cerca de la mitad de lo que ganaba en su punto más alto en el Tonight Show, es más que suficiente para mantener su estilo de vida turbocargado. Es también un modelo para quienes buscan un retiro activo: desarrolla una actividad secundaria razonablemente lucrativa que ames mientras tienes un trabajo principal, ahorra lo más que puedas y puede ser suficiente para mantenerte durante tus años dorados. “Algunos de estos coches realmente no valen nada”, dice Leno, terminando nuestro recorrido antes de ir a un Scottsdale, donde hará una aparición con fines caritativos. “Ése de allá es un viejo coche oficial de la KGB. Colin Powell me lo dio.” Arqueo las cejas con incredulidad. “Sí”, continúa Leno. “Colin Powell es un gran fan de los coches. Él restaura Volvos.” “¿Volvos?” Pregunto, pensando inmediatamente en camionetas para mamás. “¿Por qué Volvos?” “A él le gusta Volvo2, dice Leno. “En esto no aplica la lógica.” Y ése es quizás el mejor activo en el considerable arsenal de coches de Leno: a pesar de que tiene confianza en su trabajo y se siente orgulloso de ello, no se toma a sí mismo demasiado en serio. Él me habla de un amigo suyo, una celebridad que le preguntó cuál era el auto nuevo más cool. Leno recomendó rápidamente un Ferrari. “Eh, todo el mundo tiene un Ferrari”, dijo el amigo. “No, no todos tienen un Ferrari”, respondió Leno. “Si alguna vez repites eso te van a golpear hasta matarte. La mayoría de las personas nunca ha visto un Ferrari. ¡Tienes que salir de Beverly Hills!” Leno se relaja un poco y me cuenta que su esposa y él viajaron una vez a Hawai, se sentaron en medio de otros turistas, mirando las olas ir y venir. “Está bien, ya entendí. ¿Ya nos podemos ir?”, recuerda, Maui no es ciertamente mi ideal de jubilación. “La idea es sentarse frente a la playa? No funciona para mí.” Por supuesto, Leno siendo Leno, contó una anécdota muy parecida al Times en 1989: Hawaii, dijo, “era como la muerte”. Podría haber sido el mismo viaje que me contó, pero casi no importa. El punto es que no quería detenerse en ese entonces como no quiere detenerse ahora, casi 30 años después. ¿Quién podría culparlo? “Cuando trabajas con tus manos, aprecias lo fácil que es hacer dinero sólo con hablar”, dice. “Es el mundo del espectáculo, y la gente hace que sea difícil. Sólo sé educado. ¿Qué tan difícil es no ser un cretino? No es tan difícil… Si eres amable y tratas de ser honesto, es probable que te vaya bien.”

 

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