Los guiños hechos por Bernanke a los mercados sobre la reducción del estímulo cuantitativo no han hecho sino provocar pánico, sin embargo el fin del QE es inminente y Yellen será quien comande el cambio.   Por Agustino Fontevecchia   La Fed ha sido el jugador dominante en el mercado desde la crisis financiera de 2008 que mantuvo a la economía mundial al borde del desastre, llevando su balance a un nivel superior a los 3,600 millones de dólares en su intento por reactivar el crecimiento. El final del mandato de su presidente, Ben Bernanke, marca el momento en el que la Fed tendrá que empezar a recortar sus programas de compra de activos, o QE, al mismo tiempo que telegrafía a los participantes del mercado que no está endureciendo su política monetaria. Sí, es una tarea monumental para Janet Yellen, quien será la primera persona en la historia en reducir dichos niveles extraordinarios de estímulo monetario. A principios de 2013, Ben Bernanke informó por vez primera a los mercados que preveía condiciones para disminuir el QE, lo que podría poner fin al programa de compra de activos a mediados de 2014, a medida que el mercado laboral continuaba fortaleciéndose y la recuperación económica continuaba. Lo que siguió al anuncio fue una muestra de pánico puro, ya que las condiciones financieras se apretaron de manera espectacular, sobre todo en el mercado de la vivienda, donde las tasas hipotecarias subieron, lo que obligó a la Fed a dar marcha atrás y asegurar a los inversionistas que no emprendería la reducción. Ése será el desafío de la Fed en 2014: encontrar la forma de endurecer su política sin asustar al mercado. Yellen ya ha dejado claro que su intención es fortalecer la comunicación de la Fed. Según Peter Newland, de Barclays, el tema es cómo gestionar la política monetaria una vez que la compra de activos, a la que el mercado se ha aferrado, haya concluido. La atención se centrará en el desarrollo de una política que mantenga anclado el extremo frontal de la curva de rendimientos, según explica el equipo de investigación de renta fija de Nomura, intentando diferenciar la reducción del endurecimiento de la política monetaria. La última ronda de actas del FOMC reveló que los participantes de la Fed luchan con el QE, ponderando las diferentes opciones para reducir el estímulo mientras los mercados alcanzan nuevos máximos. Tanto Bernanke como Yellen han hablado de reducir el umbral de desempleo, actualmente del 6.5%, pero el consenso parece ser que el FOMC prefiere los medios de comunicación “cualitativoa” a “cuantitativos”, con el fin de evitar quedar atrapado en una esquina. Se espera que la economía se acelere el próximo año, ya que la carga fiscal causada por las continuas batallas políticas Washington se disipe y ya que las empresas y los hogares vean sus finanzas mejorar. Nomura espera un crecimiento de 2.7% en el primer semestre de 2014, y de 3% para el segundo y el año siguiente. Los precios de las viviendas deberían subir entre un 4% y un 5% en 2014, y luego el 3% al 4% en adelante, mientras que la tasa de desempleo debe deslizarse a 7% para finales del próximo año, explicó. El mercado laboral tendrá un papel importante en las decisiones de la Reserva Federal. La reducción gradual del estímulo es un hecho, de hecho Newman de Barclays espera que el QE concluya en el segundo semestre de 2014, sin embargo, la Fed necesita ver una mejora sustancial en el mercado laboral. El endurecimiento de las condiciones financieras del verano evidencia los riesgos de la perspectiva de riesgos a la baja de la Fed, ya que tasas más altas dañarán a sectores como el de vivienda y el automotriz que han soportado la recuperación nacional, como lo demuestran las acciones de KB Home, Toll Brothers, GM y Ford. La Fed mantendrá un ojo vigilante sobre la tasa de desempleo, pero también seguirá de cerca el índice de participación con el fin de medir la cantidad de holgura se mantiene en los mercados laborales. La investigación realizada por Barclays indica que la tasa de desempleo es una buena medida del mercado laboral, mientras que Nomura señala el mercado de trabajo comenzará a reducirse, ya que espera que las nóminas no agrícolas alcancen una tasa de 205,000 por mes para finales del próximo año. Según Bernanke, la Fed se ha abierto a un grado sin precedente, dando informes detallados de sus decisiones. Esta política ha actuado como una espada de doble filo, dando a la flexibilización cuantitativa mucho poder ya que el mercado anticipa la inundación de dinero barato de la Fed. Sin embargo, también ha tenido la consecuencia no deseada de atar la expectativa del mercado de la reducción del estímulo, al ritmo del QE. Un movimiento a umbrales más “cualitativos” para determinar la trayectoria de la política monetaria debe dar a la Fed de 2015 un mayor control sobre las expectativas del mercado. Según Nomura, el primer incremento en la tasa de fondos federales debe llegar a principios de 2016. El escenario está listo. Los participantes del mercado ya están anticipando el final de QE, y sólo falta la confirmación de que Janet Yellen estará a cargo de supervisar el principio del fin de la post-crisis financiera Federal. Bernanke ha repetido constantemente que el FOMC tiene las herramientas y conocimientos necesarios para gestionar una estrategia de salida, sin embargo, se trata de algo que no se ha intentado nunca antes. Los primeros pasos de Bernanke fueron recibidos con grandes oscilaciones en los tipos de interés que asustaron a la Fed. Al compensar la reducción con una orientación hacia adelante más fuerte, Yellen comenzará a trazar su propio curso en la Fed.

 

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