cintillo-seleccion-forbes *Este texto fue publicado originalmente el 25 de julio de 2016. SAN FRANCISCO, California.- El smartphone, como lo conocemos, está muer­to. Esa pequeña computadora que muchos de nosotros llevamos a todos lados se ha vuelto indispensable a pesar de haber surgido hace menos de una década, y aun así su evolución se ha estancado. Hoy, quien llegue a una tienda buscando un nuevo teléfono encontrará pocas diferencias entre los modelos disponibles. Lo común a la hora de decidirse por un equipo es hacer un balance entre las especificaciones más altas y el precio más justo. Motorola quiere acabar con eso. Forbes México platicó con Aymar de Lencquesaing, recién nombrado presidente de Motorola Mobile Group y el hombre que comanda este esfuer­zo de transformación. La charla tuvo lugar minutos después de la presen­tación del Moto Z, el nuevo teléfono modular de la compañía. “Dado que nuestro teléfono es un dispositivo tan universal y que lo llevamos con nosotros todo el tiempo, creemos que sería muy cool poder usarlo como una plataforma para hacer otras cosas, y dejar de ponerle límites; ésa es nuestra perspectiva. Es hora de dar a los consumidores la oportunidad de elegir”, asegura De Lencquesaing, quien reemplazó en el cargo a Rick Osterloh hace apenas un par de meses. El concepto del Moto Z es simple: se trata de un teléfono que debajo del cofre tiene todo lo que podría esperar­se de un modelo de gama alta (mucho RAM, mucho poder de procesamien­to, mucho de todo). El verdadero secreto está en el reverso, donde un sistema de pins magnéticos permite adherirle módulos (MotoMods) que pueden convertir al gadget favorito de todos en un proyector, una bocina o un teclado virtual, por ejemplo. “Las opciones son ilimitadas. No sólo están los módulos que nosotros hemos desarrollado; hemos abierto la plataforma a los desarrolladores, así que técnicamente podrías tener tan­tos módulos como imagines”, afirma De Lencquesaing. Unas horas antes de la conversa­ción, sobre el escenario principal del Masonic Center de San Francisco, Yang Yuanqing, CEO de Lenovo, la compañía que adquirió a Motorola en 2014, daba detalles sobre esa pla­taforma de desarrollo: “Más que una presentación de productos, se trata de compartir nuestra visión para los próximos años. Las adquisiciones de Motorola y System X (el negocio de servidores que compró a IBM tam­bién en 2014) son los ladrillos con los que construiremos nuestro futuro.” Una muestra de esos afanes revolucionarios es que Lenovo no se limita a buscar que empresas de todos tamaños hagan su aportación en forma de MotoMods; quiere convertir su plataforma en el estándar de la industria y que otros fabricantes de teléfonos la adopten para crear un ecosistema modular interopera­ble entre marcas. “Éste es un habilitador para negocios de todos tamaños, los que podrán aprovechar la plataforma para ofrecer servicios y aplicaciones conectadas a la nube”, añade De Lencquesaing. Lee también: Moto presenta su primer smartphone modular   El santo grial Con la línea Z, Motorola se suma a lo que aparentemente será una gran tendencia este año: la de los teléfonos modulares, inaugurada oficialmente por LG, que lanzó su G5 en el Mobile World Congress de Barcelona a prin­cipios de año. Ambas propuestas buscan materializar un sueño largamente anhelado: ofrecer un teléfono con piezas intercambiables que pueda ser configurado a capricho y necesidad de los usuarios, algo así como cons­truir un dispositivo con bloques de Lego. No obstante, el concepto que ha capturado la imaginación del mundo tecnológico es el Project Ara, uno de los experimentos de Google. Sin embargo, Iqbal Arshad, senior VP de Ingeniería de Motorola, y el encargado del desarrollo del Moto Z, se muestra escéptico de la viabilidad del proyecto Ara. En una charla con medios, Arshad, quien también dirigió el desarrollo del Nexus 4, el Moto 360, el primer Droid de Moto y la pantalla irrom­pible del Moto Force, aseguró que la idea de tener un equipo en el que cualquier usuario pueda simplemente intercambiar los módulos a su antojo es poco viable. En su lugar propuso el sistema de pins magnéticos, que aunque reducen el nivel de personalización del equipo, eliminan buena parte de la fricción que podría darse en la interacción del usuario con el hardware. Así, de las dos alternativas de telé­fonos que han sido presentadas, la de Motorola es la más eficiente, ya que sólo implica empatar el módulo con el smartphone, y éste reconocerá auto­máticamente de qué MotoMod se trata. Esa solución es más simple que la ideada por LG, cuyo G5 tiene módulos intercambiables, pero implica la apertura del aparato, el desmontaje de la batería y una serie de pasos para configurar el software. Ése es el logro que enorgullece a Arshad: haber creado un sistema simple, rápido y eficiente en el que cualquiera puede añadir módulos a su teléfono sin necesidad de configurar una app, abrir el teléfono o usar una herramienta. Para De Lencquesaing, la clave re­side en la ejecución. Ésta, dice, “tiene que ser elegante, porque si resulta ser un obstáculo pierdes tu oportunidad. Por eso estamos tan orgullosos de lo que hemos logrado, tanto del lado del software como del hardware. Este concepto ocurre en un segundo, reco­noce automáticamente los módulos, es magnético, funciona, no tienes que hacer prácticamente nada”. motorola_foto_2_buena Un nuevo moto Desde el lanzamiento de la primera generación del Moto X, hace tres años, Motorola se ha promocionado como una compañía que ofrece una experiencia premium accesible para todos. Lo que empezó con el Moto X se convirtió en un portafolio que hoy incluye dos modelos del Moto Z, tres modelos del Moto X, tres modelos del Moto G (la línea más vendida en América Latina) y el Moto E. De Lencquesaing espera que esos ocho modelos atiendan todos los segmentos del mercado y apelen a distintos tipos de usuarios: “Tratamos de tener una cartera de productos tan simple como sea posible.” Pero, ¿tiene sentido mantener la línea X cuando hay un nuevo y sexy Moto Z? El presidente de Motorola asegura que sí: “La línea Z es un animal comple­tamente distinto. Creemos que por un tiempo tendrá sentido mantener la línea X. Hay espacio en el mercado para todas las líneas. Lo que sí sabe­mos es que todos nuestros esfuerzos continuarán bajo la máxima del ‘premium asequible’, una expe­riencia premium sin importar el segmento en el que estés, a un precio que sea más bajo de lo que el mercado espera.” Es en la extensión de esa línea de productos que se pone de ma­nifiesto el valor del matrimonio entre Lenovo y Motorola. La adquisición de Motorola resulta fundamental para Lenovo, porque aunque ésta tenía una marca sólida en varios mercados asiáticos, carecía de contundencia en muchos otros territorios donde el slogan “Hello Moto” era bien conocido, y los teléfonos con las alas de mur­ciélago se encontraban entre las favoritas del público. “Motorola tenía fuerza en ciertos territorios, pero Lenovo tenía un know how tremendo en ser efi­ciente, en el control de la cadena de suministro y de los procesos de producción, y además tiene sus pro­pias plantas. Cuando casas un diseño e I+D excelentes tienes un mecanis­mo supersólido para ser eficiente, y entonces tienes la receta para el éxito”, explica De Lencquesaing. La palabras del directivo, aunque son pronunciadas con la suavidad característica de su tono de voz parsimonioso, están cargadas de se­guridad: “Usamos esa receta para otros dispositivos, lo que nos ha permitido ser el número uno en el mercado de las PC desde hace mucho y creemos que podemos repetir ese éxito en el segmento de la telefonía hoy.”   Paciencia, la clave Que “el cómputo personal se está volviendo obsoleto” es una frase que carecería de contundencia de no ser porque fue pronunciada por el CEO del principal vendedor de PC en el mundo. Ésas fueron las palabras de Yuanquing sobre el escenario del Masonic Center, al explicar la visión de Lenovo sobre las computadoras personales. El CEO cree que la PC ya no es suficiente, y que el teléfono móvil se ha convertido en el nuevo centro del universo de los usuarios. A pesar de ello, éste tampoco podría ser un gran momento para el smartphone. La firma de análisis Gartner pronosticó que 2016 será el primer año en que las ventas de telé­fonos inteligentes crecerán a un ritmo de un solo dígito, lo que habla de la madurez del mercado y de las limita­ciones que éste pone a los fabricantes. De Lencquesaing no le presta importancia al hecho: “Si tienes experiencia en el mercado de la PC, sabes que puedes crecer en un mercado que no crece. Ahora mismo el mercado de PC se contrae año tras año, pero Lenovo sigue creciendo. Lo único que sé después de 35 años en la industria es que los consumidores son inteligentes y lo son cada vez más gracias a internet. “Este es un mercado de 425,000 mdd al año; hoy tenemos 10,000 mi­llones de él, así que haz los cálculos. Tengo mucho espacio para crecer.” Lenovo, que se convirtió en el principal vendedor de PC tras com­prar la división de cómputo personal a IBM hace una década, se ha hecho de una reputación de volver reditua­bles los negocios que otros considera­ban agotados. Hace un año, Yuanquing afirmó que la meta de Lenovo era ser núme­ro uno en PC, dos en servidores y tres en smartphones. Las dos primeras se han cumplido, pero la tercera, a pesar de haber unido los esfuerzos de Lenovo y Motorola, luce distante. Ninguno de los dos nombres figura entre los primeros cinco sitios en participación de mercado, según Gartner, que lidera Samsung, seguido de Apple, Huawei, Oppo y Xiaomi. Ésa es otra de las cosas que no le quitan el sueño a De Lencquesaing. Con toda tranquilidad responde: “La PC fue inventada en 1981. En 2005 compramos la división de PC de IBM, en ese entonces teníamos 4% del mercado, no éramos nada. Hoy, 10 años más tarde, somos el número uno en ese segmento. Creemos que pode­mos repetir eso con el smartphone. Éste es un juego largo, no pasará de la noche a la mañana, pero está bien, somos pacientes.”

 

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