- La junta fue convocada a primera hora de la mañana e inició media hora tarde. La directora del área apareció una vez arrancada la junta. Al llegar interrumpió la presentación y en reiteradas ocasiones elevaba la voz para contradecir. Se exigió a la gente guardar todos los dispositivos móviles y ella no dejó de chatear en toda la junta.
- En la reunión se abordaron los mismos temas de siempre, los problemas de toda la vida. Sin embargo, ni se plantearon líneas de solución ni se escucharon las sugerencias de los asistentes.
- Se dejó de lado la orden del día, y una reunión que debió durar dos horas, se alargó cuatro horas más.
- Se desestimaron todos los logros y los avances alcanzados, y se concentraron en todo lo que hizo falta y en cada uno de los detalles que no se habían conseguido.
Desmotivación. Es uno de los comportamientos más tóxicos para una empresa y una sensación que se extiende como la humedad de las paredes: llega un momento en que es muy difícil contrarrestarla y los paliativos pueden hacer creer que ya se venció, pero con el tiempo vuelve a aparecer.
Insatisfacción. Tiene como secuela la pérdida de rendimiento, falta de interés en el trabajo, retrocesos, distracciones, apatía e incumplimiento de las funciones habituales.
La grave consecuencia de una junta desastrosa es que puede ser el caldo de cultivo de una desmotivación grupal. Cuando un conjunto de personas se siente subvalorado se pueden generar rumores acerca de la situación de la empresa, del punto de vista de los directivos, del maltrato laboral, de bullying empresarial. También se dificulta la comunicación organizacional. Y en grados extremos se generan costos derivados de la baja productividad, abstencionismo, mala imagen y golpes a la reputación. Cuando un integrante del equipo siente que su trabajo está mal percibido a pesar de la entrega y de los esfuerzos realizados, se generan motivos para el resentimiento. El enfoque: aquí, éstas son las reglas y si no te gustan ahí está la puerta trae riesgos inmediatos: la pérdida de talento que la empresa debió retener, el decaimiento del personal y la retención de gente que no se va porque no le queda más que apechugar. Un empleado triste será un triste empleado, y así serán los resultados que entregará. La forma inteligente de obtener resultados En general, establecer un resultado ideal usualmente inspira a los participantes, que, si son abordados en una forma adecuada, adoptan como suyos los retos y entonces se generan los resultados esperados. Por ello, una junta de trabajo no debe ser un foro de regaños, menos un espacio para ridiculizar a la gente ni un centro de egolatría para los jefes. Esto no significa que en una junta no se deban abordar los aspectos que están mal o que deben mejorarse; significa que se debe cuidar la forma de plantear las cosas, porque, finalmente, en la forma de pedir está el dar. Una manera inteligente de lograr resultados es buscar motivar a los integrantes del equipo poniéndoles una zanahoria enfrente, en vez de sacar el látigo y azotarles el lomo. Esas prácticas generan descontento y pergeñan pésimas reacciones. Insisto, no debemos ser ingenuos y desestimar las posibilidades de una reunión desastrosa. Las probabilidades de obtener un resultado adverso después de una mala junta de trabajo son altísimas y los efectos dañinos suelen ser de amplio espectro. Por lo mismo, hay que poner especial atención en la forma en que se hará el planteamiento, sobre todo si se pretende mejorar el desempeño del equipo de trabajo. Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @CecyDuranMena Blog: Las ventanas de Cecilia Durán Mena Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.