La actriz, que cambió la pantalla grande por el puesto de CEO en The Honest Company, habla sobre sus retos profesionales en la cumbre anual Mujeres Forbes.   Por Clare O’Connor Puede que Jessica Alba esté en la portada del último número de la revista Forbes, pero le tomó mucho tiempo sentirse cómoda con la idea de ser empresaria y dejar de sobrecompensar los conceptos equivocados del público. “La gente me veía como una chica en bikini en el cine, quizá no como la más brillante. Me tomó tres años y medio de gestos condescendientes y palmadas en la espalda, de escuchar cosas como ‘buena suerte’, o ‘regresa a anunciar cosas o vende un perfume’”, dice. Alba habló de su transición de la pantalla grande a los estantes de los supermercados en la tercera cumbre anual de la Mujer Forbes, una reunión de cientos de mujeres empresarias y líderes en Nueva York, con el objetivo de cambiar el desequilibrio de poder en el mundo de los negocios. Como editora de Forbes Woman, Moira Forbes dijo a un auditorio lleno en Chelsea Piers de Manhattan, que Alba ha dirigido el crecimiento de su startup de productos para el hogar no tóxicos The Honest Company, cuyos ingresos pasaron de 10 millones de dólares (mdd) en 2012 a 150 millones en 2014. Alba describe el impulso detrás de su decisión de emprender Honest: una erupción en la piel de los brazos después de usar un detergente convencional para bebés durante su primer embarazo, hace siete años. Ella comenzó a considerar el contenido de los productos bajo el fregadero de su cocina por primera vez. “Leí la etiqueta y yo no podía entenderla”, recuerda. “Investigué en internet y descubrí que ese detergente en particular era muy diferente en 1981, cuando mi madre me tuvo.” Su preocupación por la opacidad de las etiquetas de ingredientes pronto fue agravada por el conocimiento de cuán estancada se encuentra la legislación estadounidense en lo que respecta a experimentos químicos. Alba experimentó particular frustración con la Ley de Control de sustancias tóxicas de 1976, que ha permitido que más de 80,000 productos químicos no probados sigan siendo usados en productos para el hogar. Sólo cinco son regulados por la Agencia de Protección del Medio Ambiente y sólo 11 tienen prohibido su uso en bienes de consumo. (En Europa la cifra es de más de 1,300.) “Llevar estos artículos en nuestros hogares, ponerlos junto a tu hijo recién nacido es algo tan íntimo”, dijo. “Mi madre tuvo cáncer de cuello uterino a los 23. Mi abuela murió de cáncer de estómago. Crecí con gente enferma. Esto tiene que parar. Mis amigas en sus 20 años no deberían tener dificultades para quedar embarazada.” Alba también habló de los primeros reveses durante el lanzamiento de The Honest Company. “Lanzamos una versión beta del sitio web que podrían haber colapsado en cualquier momento”, dijo. En las primeras cinco semanas, la compañía envió sus icónicos paquetes de pañales y toallitas húmedas para bebés sin cargar el precio a ninguna tarjeta de crédito. “Quiero decir, eso es suficiente para sacar del negocio a cualquier empresa”, bromeó. Ella también se mostró libre de todo arrepentimiento por las decisiones que tomó como actriz de Hollywood antes de lanzar Honest –buena parte de esas ganancias fueron invertidas en la ronda semilla de la compañía. “Hice mucho dinero en el mundo del entretenimiento a una edad temprana y lo ahorré”, dijo, añadiendo que los papeles aceptados durante sus veintes tenían una motivación más financiera que creativa. “Sólo tenía que hacer tanto dinero tan rápidamente como fuera posible, sabía que dejaría de ganarlo en algún momento. Yo estaba muy consciente de ello.” Alba habló de su infancia, la que pasó frente a sus padres que tenían tres empleos cada uno, recortaban cupones de descuento, vivían con un presupuesto ajustado y como resultado todo el tiempo enfrentaban la estrechez financiero. “Ellos simplemente no sabían cómo iban a mantener las luces encendidas”, dijo. “Yo no quería vivir así.” Ahora que The Honest Company tiene tres años (y una valuación de 1,000 mdd), Alba se concentra en el futuro a pesar de su increíble y rápido éxito. “Mil millones se sienten como una cifra pequeña ante la oportunidad de lo que es posible”, dijo. “Para mí, como persona en casa con mis hijos, es una locura. Es impresionante.”

 

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