¿Porque no hay más mujeres empresarias exitosas? Están consistentemente sub-representadas en términos de roles de liderazgo, pero las razones son más profundas.   Por Susana García-Robles*   Algunas barreras son mas fáciles de ver que otras.  Los obstáculos que las mujeres enfrentan son evidentes cuando se comparan distintas culturas y partes del mundo –leyes por las cuales las mujeres no pueden conducir o ser propietarias, regulaciones que no las dejan participar o ser miembros de determinadas entidades– mientras que otras son más sutiles. No existen reglas que prevengan a las mujeres en América Latina de comenzar su propio negocio. En realidad, con compañías medianas a grandes muchas veces reacias a contratar a mujeres calificadas por una serie de razones pobremente sustentadas, los pequeños negocios parecerían ser la plataforma de lanzamiento para las más emprendedoras entre nosotras. Entonces, ¿porque no hay más mujeres empresarias exitosas? Un equipo de trabajo que lidero ha explorado el rol de las mujeres en América Latina tanto en pequeñas, medianas como grandes empresas, y lo que encontró es que están consistentemente sub-representadas en términos de roles de liderazgo. Pero las razones para esto no son fáciles de argumentar mediante una sola respuesta.  En varios países en América Latina, las mujeres que buscan comenzar su propia empresa deben ante todo superar obstáculos culturales muy arraigados, como el estigma de que el rol de la mujer se encuentra en la casa y el prejuicio de que las mujeres no pueden negociar o jugar duro. En otros países más sofisticados de la región, las mujeres pueden enfrentar una desventaja debido a que el ambiente de negocios no está preparado para aceptar la manera en  que las mujeres hacen negocios. Los ejemplos abundan.  Tomemos el golf por ejemplo. Para la elite del ámbito de los negocios, el golf ha servido tradicionalmente como el deporte favorito para entretenimiento —un lugar para relajarse—. Pero tanto para los capitanes de la industria como para los ambiciosos, no existe una distinción clara entre negocios y placer.  Fusiones, adquisiciones y takeovers se cierran entre el hoyo uno y nueve.  Estas interacciones si bien “relacionales” son en ultima instancia también “transaccionales”. Cuando las mujeres juegan golf … bueno, juegan golf. La interacción permanece al nivel relacional.  Si las mujeres están viendo a sus hijos jugar, lo mas probable es que estén hablando con otras mujeres que pueden tener profesiones interesantes, pero no están utilizando esos encuentros para hacer negocios.  Las mujeres tienden a ser más “compartamentales”: los negocios son los negocios y el resto es el resto: disfrutar de amigos, practicar un deporte, etc… A las mujeres muchas veces les faltan fuentes alternativas de fondeo más allá de su grupo inmediato de familia y amigos, ya que los bancos financian menos de un 20% de sus necesidades de negocios. La ironía de la situación es el hecho de que las mujeres tienen más probabilidad de fundar empresas por las que sienten pasión, en vez de empresas que sólo generan dinero. Los negocios que surgen de una real pasión tienen más probabilidades de crecer y tener éxito. Estos son, en realidad, las mejores inversiones, pero enfrentan los mayores desafíos a la hora de obtener capital semilla. Todavía las mujeres encuentran desafíos por conceptos erróneos en los negocios.  Hay una noción prevalente de que por naturaleza las mujeres son más adversas al riesgo —una noción que encuentro patentemente absurda—. Ser un líder dinámico en los negocios es uno de los factores clave que pueden conducir al éxito. Encontramos que ser un líder dinámico está directamente correlacionado con cómo se inter-relaciona y cuán activo/a, el/ella es, y es también un vaticinador relativamente sólido de éxito.  Un emprendedor dinámico tiende a resolver los problemas a fin de mejorar sus oportunidades de éxito, en vez de culpar al medioambiente por su falta de éxito.  También encontramos que las mujeres que se tornan emprendedoras dinámicas muchas veces provienen de familias en las cuales un padre, un hermano o una pareja es también un emprendedor.  Debido a la crisis económica, hoy en día existen muchas parejas que deciden comenzar juntas su empresa como una forma de combatir el desempleo. Se necesita un enfoque regional que también tenga en cuenta las diferencias culturales entre los países para hacer frente a estas deficiencias sistémicas. En una encuesta realizada en Uruguay, las mujeres parecerían ponerse en segundo lugar cuando se trata de habilidades empresariales. Esto puede estar relacionado con que no se les ofrezcan cursos de entrenamiento armados para responder a sus necesidades y perfiles específicos. El Fondo de Inversión Multilateral (MIF por sus siglas en inglés), parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se asoció recientemente con Endeavor y OMEU para satisfacer las necesidades de estas mujeres y ayudarlas a alcanzar el próximo nivel. Mientras tanto, en una encuesta realizada en Argentina, las conclusiones fueron diferentes. Muchas mujeres vieron el hecho de ser una mujer como algo positivo para sus aspiraciones de ser emprendedoras. Aquellas que son menos dinámicas, vieron su falta de éxito correlacionada con las dificultades en los negocios, mientras que las dinámicas vieron sus problemas como otro de los obstáculos en su camino al éxito. A principios de este año, el MIF brindó apoyo a una aceleradora regional, NXTP Labs, que está teniendo éxito nutriendo equipos compuestos por mujeres fundadoras. En un proyecto recientemente aprobado para consolidar redes de inversionistas ángeles en la región, el MIF creará iniciativas para ayudar que redes de inversionistas ángeles incluyan a mujeres en roles de liderazgo, como inversionistas o como objeto de inversión. Los resultados obtenidos de los últimos trabajos realizados, tanto en Uruguay y Argentina, junto con otros resultados en el ámbito de lo que podría ayudar a impulsar a las mujeres empresarias de éxito en las próximas generaciones, servirá de escenario para WeXchange, la primera conferencia en América Latina centrada en el fortalecimiento de las redes de contactos para este grupo demográfico. Allí, vamos a ofrecer una plataforma que reúna a las  mujeres empresarias más prometedoras de América Latina, los inversionistas clave y expertos internacionales. En conjunto, estas mentes y voces pueden cambiar la realidad e incluso nivelar el campo de juego. Los pequeños negocios son una escalera, un acelerador, una manera de destacarse y hacer dinero fuera del típico ambiente corporativo.  La ecoesfera de las startups es donde se ve realizada la innovación. ¿Cómo puede el motor económico ser efectivo si se excluye a la mitad de la población para que participe en él?   *Susana García-Robles es la Oficial Principal de Inversiones a cargo del grupo de Financiamiento en Etapas Tempranas del Fondo Multilateral de Inversiones/FOMIN (Early Stage Equity Group, MIF). Desde 1999, Susana ha creado y dirigido las inversiones de capital emprendedor del FOMIN en América Latina y el Caribe, así como la estrategia de desarrollo empresarial.   — Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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