México ha ido creciendo en número de usuarios de Internet, no lo ha hecho en el grado de preparación de las tecnologías de la información; para contrarrestar la brecha digital se ha creado esta propuesta.   En 2011, la ONU incluyó el libre acceso a Internet como parte de los derechos fundamentales de los seres humanos. Esta acción iba dirigida contra algunos países que controlan de manera sistemática el acceso de los ciudadanos a la carretera de la información, como China o Irán,  y que limitan los contenidos y medios de comunicación a los que se puede acceder. En esta promulgación se indicaba que era derecho fundamental de los seres humanos acceder y compartir la información a través de cualquier soporte digital, sin que ningún gobierno o autoridad pudiera restringirlo. En México, en abril de este año, se incluyó en la reforma a la Constitución un párrafo donde se garantiza el acceso a la banda ancha y a Internet como parte de los derechos humanos de los mexicanos. Esto implica que ningún gobierno o entidad puede limitar el acceso a la red por ninguna circunstancia. En ese sentido, cualquier persona que tenga la tecnología suficiente para accesar a la red, podrá hacerlo sin que nadie se lo impida. Ya es parte del artículo 6º constitucional. No obstante, aquí cabría preguntarse qué hacer con esa gran parte de la población que no cuenta ni con la tecnología, ni con los recusros necesarios para acceder a Internet. Si bien implica un gran paso que la iniciativa que empujó el Senado de la República se aprobara en abril pasado, aun existe una gran desigualdad entre quienes pueden gozar de estas tecnologías o se mantienen como marginados digitales. Al mismo tiempo, el senado reconoció que Internet debe ser un sitio abierto para todos y que el estado debe garantizar la apertura y el acceso, pero no habló de gratuidad. Y es que hay que distinguir libre de gratuito. Una cosa es que el Estado garantice el libre acceso sin que nadie lo pueda evitar y otra es que construya la infraestructura necesaria para que todos puedan entrar a Internet de forma gratuita. Ya lo explicaba el Senador Armando Ríos Piter, si se busca un desarrollo integral de los pueblos marginados en el territorio nacional, no hay que darles a escoger entre alimentación, educación, trabajo digno, seguridad o acceso a la red. Debe construirse una estrategia integral, pues al sólo resolver una carencia, la desilgualdad se volverá perpetua. Basta con echar un ojo al estudio que realizó Parametría, en donde indica que si bien México ha ido creciendo en número de usuarios de Internet, no lo ha hecho en el grado de preparación de las tecnologías de la información, ocupando el lugar 63 de 144.   Internet libre y también gratuito No obstante, el proyecto de hacer que el acceso a Internet se vuelva público y gratuito se busca desde varios frentes. La propuesta Internet para todos es una iniciativa de 17 ONGs que plantea que el Estado debe garantizar y proporcionar el acceso libre y gratuito a Internet para todos los mexicanos sin excepción. Para lograr acceso gratuito a la red,  el proyecto Internet para Todos plantea la solución. Por una parte, se encuentra la red de fibra óptica de la CFE que podría convertir a todos los edificios públicos en hot spots, es decir en lugares que cuenten con tecnología WiFi y que puedan proporcionar acceso gratuito a la red. Por otra parte, explica el proyecto Internet para Todos, se puede aprovechar el apagón analógico al utilizar los llamados espacios blancos, que son las los canales que separaban una frecuencia de televisión de la otra, para transmitir datos. A través del súper WiFi se pueden transmitir datos utilizando los espacios blancos, ya que serán inútiles una vez que la televisión convierta su señal a digital. Se calcula una inversión de 30,000 millones de pesos, poco menos de lo que costaría tener una Estela de Luz en cada uno de los estados. Sin embargo advierte Gabriel Gómez-Ortigoza, autor del libro electrónico gratuito  La Raza Digital (disponible en este link) que debe tenerse cuidado con la planeación de dicho proyecto, pues no se están considerando factores como la orografía o geografía de las comunidades, que o bien pueden disparar los costos del proyecto o bien llevarlos al fracaso. Las razones y justificaciones para un proyecto de tal envergadura quedan fuera de toda discusión. Tiene que ver con la educación, la información, el trabajo, el entretenimiento, la comunicación y, por supuesto, el desarrollo e integración de comunidades que durante bastante tiempo han estado rezagadas de la agenda digital del país. Si el proyecto de Internet de acceso libre y gratuito puede concretarse, pondrá a México en un lugar competitivo y destacado en el panorama internacional. Contacto: Twitter: @sincreatividad

 

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