Por Eduardo Gutiérrez* Cada día se generan 2.5 mil millones de gigabytes en el mundo, lo que equivale a 170 mil de periódicos distribuidos a cada persona y en 2020, este número será aún más agresivo. Los datos son los verdaderos agentes de transformación digital en nuestra sociedad. No sólo producimos datos en nuestras actividades cotidianas, sino compartimos el uso de esta información con otros a través de nuestros dispositivos móviles, redes sociales y diferentes aplicaciones sobre estilo de vida, preferencias, gustos u opiniones. Pero, ¿qué importancia le estamos dando a lo que compartimos? Somos testigos de los grandes avances tecnológicos que han existido en los últimos años, pero en lo referente a los datos parece que no todo es tan fácil como creíamos, porque hablar de datos implica hablar de responsabilidad. El riesgo de que se robe información personal y colectiva parece aumentar y por ello debemos velar por el cuidado de los derechos de los propietarios de los datos y el uso de estos. Los desafíos de esta nueva economía de datos están captando la atención mundial y planteando interrogantes sobre cómo podemos aprovechar todas sus ventajas al tiempo que limitamos los riesgos. En un mundo transformado por la información, resulta urgente generar transparencia y principios que garanticen la privacidad y resguardo de los beneficios que se generan al momento de procesar o analizar una gran cantidad de datos. ¿Qué deben hacer las empresas en esta lucha para asegurar la privacidad y brindar confianza? Antes que nada, garantizar un compromiso con quienes son dueños de los datos y guiarse por principios sólidos, y eso sólo puede suceder a través de un amplio compromiso entre todas las organizaciones que obtienen, almacenan, administran, procesan o transmiten información. Ante el surgimiento de fugas masivas de datos, es importante que los clientes tengan conocimiento de las acciones que se toman para proteger sus datos. Con esto hablamos también de impulsar esquemas colaborativos que involucran al sector público y privado para atender las nuevas amenazas cibernéticas. En este punto es importante voltear a ver la inteligencia artificial, que cobra un rol protagónico al momento de generar nuevos conocimientos al procesar grandes cantidades de datos. Esta tecnología debe ser aliada de las organizaciones para trabajar en un aprendizaje exponencial, interpretando y correlacionando información de cualquier fuente y en cualquier formato. A través de la adopción de nuevas tecnologías y arquitecturas de negocios basadas en Inteligencia Artificial y cómputo en la nube, las organizaciones podrán aprender, pronosticar, recomendar y apoyar la toma de decisiones con certeza. Esto hará posible la transformación de los negocios y de la sociedad. Recordemos que tenemos la responsabilidad pública y privada de instalar prácticas que equilibren el libre flujo de datos en esta nueva economía; además de asegurar la privacidad, seguridad y flexibilidad necesaria resolver desafíos que hasta hace poco parecían insuperables. Es la era de las empresas cognitivas, y tanto la responsabilidad como la transparencia son el precio mínimo que deben pagar las organizaciones que desean extraer valor de la información. *Gerente General de IBM México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

espia-hacker
¡SOS, actualmente todos hemos sido hackeados!
Por

Hay una realidad, si tu información está en línea, está en riesgo. Eso no quiere decir que vayamos mañana a regresar al...