La revolución de los medicamentos genéricos
La llegada al mercado de estos medicamentos fue la inyección de competencia que necesitaba el mercado mexicano, y Víctor González Torres, el Doctor Simi, fue el primero en aplicarla.
Por Eduardo García
Hace casi dos décadas comenzó una revolución en México. Con la apertura de los primeros establecimientos de la cadena Farmacias Similares, propiedad del empresario Víctor González Torres, lo que hasta entonces había sido un mercado principalmente controlado por multinacionales europeas y estadounidenses, empezó a vivir una transformación que ha dado como resultado cambios inesperados que han trastocado a fondo la industria farmacéutica mexicana.
A finales del siglo XX, González Torres, al percatarse de que la ley en México tenía ciertas lagunas en torno al uso de fármacos similares y genéricos, y que éstos sólo se vendían al gobierno, decidió comenzar a producir y vender este tipo de medicinas. La visión y el arrojo del empresario provocaron conmoción entre los antiguos miembros de la industria, a quienes sorprendió la capacidad de producción, distribución y venta del Doctor Simi.
Prácticamente de la noche a la mañana, las transnacionales comenzaron a sufrir caídas en sus ventas y participación de mercado, y los cambios que el empresario trajo a la industria generaron ataques en su contra por quienes habían controlado el mercado por décadas, acusándolo de vender productos de mala calidad y en un elemento tan relevante como la salud.
Esa polémica y los cambios al mercado provocaron también que las autoridades tuvieran que intervenir para regular mejor la venta de medicamentos genéricos y asegurar su bioequivalencia y biodisponibilidad. Hoy, las regulaciones se han endurecido, y si bien aún existen ciertos cuestionamientos sobre las bondades de los medicamentos genéricos, tanto los que ofrece Farmacias Similares como los de otras empresas que han surgido y que se dedican también a fabricar medicinas genéricas, su calidad ha mejorado.
Pero más allá de la polémica y de la intervención gubernamental positiva que generó González Torres, la llegada de los productos similares y de la cadena de Farmacias Similares trastocó la industria y elevó los niveles de competencia.
El cambio
Como ejemplo un botón. Hoy, Farmacias Similares cuenta con más de 4,000 establecimientos, un número superior a las farmacias que tienen, aun si se combinaran, las empresas Farmacias Guadalajara, Farmacias Benavides y Farmacias del Ahorro, las tres que le siguen en tamaño y algunas con muchos más años en el mercado que similares.
Los cambios que desató la llegada de los productos genéricos, que encabezó González Torres, junto con nuevos sistemas de logística y distribución que han implementado muchas empresas farmacéuticas, han provocado que, por ejemplo, dos de las tres principales empresas distribuidoras de medicinas, Grupo Casa Saba y Marzam, estén en total recomposición ante las modificaciones que ha vivido la industria.
Tanto Casa Saba como Marzam cuentan hoy con nuevos accionistas que esperan puedan encontrar de nuevo una forma rentable de hacer negocios.
En el caso de la primera empresa está en proceso de ser adquirida por la compañía internacional Alliance Boots, mientras que la mitad de Marzam es hoy ya propiedad de Genomma Lab, un fabricante y distribuidor de medicamentos y productos para el cuidado de la salud.
Los cambios, tanto en la producción de medicamentos como en los sistemas de distribución y venta, han tornado a esta industria más compleja de medir, ya que han surgido nuevos métodos de ventas que hasta hace poco no existían. Además del canal tradicional privado, que incluye las cadenas de farmacias, en las que también ya participan las cadenas de supermercados al abrir sus propios espacios farmacéuticos en sus establecimientos, ha surgido un mercado mayorista, también llamado alterno, que se encuentra en las centrales de abasto y al que atienden de manera directa las compañías productoras de medicamentos.
También existe el mercado gubernamental para abastecer los hospitales públicos y el mercado de los hospitales privados, que también ha crecido de manera importante en los últimos años.
Ante este panorama, Forbes México decidió buscar las 10 empresas farmacéuticas más grandes por ventas en el país, pero acotándolo al mercado privado, es decir, a las ventas que se realizan en las cadenas de farmacias, en las farmacias individuales y en los supermercados, que es sólo una porción de una industria valuada en cerca de 10,500 millones de dólares.
De acuerdo con los datos de la empresa especializada en el sector IMS Health, las 10 empresas más grandes por ventas en México, en orden de importancia, son: Pfizer, Sanofi, Bayer HealthCare, Schering Plough, Boehringer Ingelheim, Pisa Farmacéutica, Novartis, Johnson & Johnson, Merck y Sanfer. De las cuales tres son multinacionales estadounidenses (Pfizer, Schering Plough y Johnson & Johnson), una es francesa (Sanofi), tres alemanas (Bayer HealthCare, Boehringer Ingelheim y Merk), dos mexicanas (Pisa Farmacéutica y Sanfer), y una es suiza (Novartis).
De todas estas empresas, sólo Novartis no cuenta con una planta productiva. En 2010, la empresa suiza optó por cerrar la que tenía a fin de importar desde otros países los productos que vende en México.
Las empresas con más plantas en el país son las mexicanas Pisa Farmacéutica y Sanfer, cada una con tres centros de trabajo en la República.
En total, las 10 empresas farmacéuticas más grandes por ventas en territorio nacional dan empleo a cerca de 26,000 personas, siendo la mexicana Pisa la que cuenta con más puestos de trabajo.
La participación de mercado de las 10 más grandes suma menos de la mitad del total, lo que refleja la gran competencia que esta industria vive hoy en México y que es también espejo de los cambios regulatorios que se han implementado para que más y mejores compañías vendan sus medicamentos en el país, al menor precio posible, en beneficio de los consumidores.
Para ver más detalles de cada una de estas 10 empresas, ver las fichas individuales que proporcionamos en este artículo.