Por Alejandro Medina El emprendimiento social tiene asegurado el podio de la edición 2017 de Las 30 promesas de negocios Forbes. Y es que, por primera vez en la historia de este especial, los proyectos de corte social dominaron en prácticamente todos los rubros. La convocatoria recibió un total de 234 propuestas, de las cuales 89 pertenecieron a esa categoría. Algo similar ocurrió con la lista final, en la cual quedaron incorporadas 10 compañías de este tipo, es decir, un tercio exacto del listado de 30. La nota relevante la dio un joven de 36 años, de nombre Allan Cherem, seguidor de las ideas de Muhammad Yunus y fundador de Contigo, una financiera enfocada a dar créditos a mujeres que viven en zonas de escasos recursos. Contigo tuvo una facturación de 712 millones de pesos (mdp) en 2016, la más elevada de la edición de este año, por encima, incluso, de los proyectos relacionados con el ámbito social de los listados de años anteriores. También puedes leer: Emprendedores mexicanos sin temor a Donald Trump El valor de la facturación Al lograr esos números, Cherem rompió un mito que ha rodeado históricamente a este tipo de empresas, debido a que los emprendimientos sociales nunca llegan a tener los montos de facturación que logran compañías orientadas a las ganancias. El hecho sienta un precedente favorable para el presente y futuro de las compañías relacionadas con este nicho, indica Benjamín Villaseñor, especialista en emprendimiento social y fundador de la empresa Uhma Salud. “Debemos reconciliarnos con el hecho de que se puede tener una empresa enfocada al bienestar social sin sacrificar de ninguna manera los temas económicos, los cuales son esenciales y nunca se deben perder de vista”, explica en entrevista quien fuera una de las Promesas 2016. Siempre debe existir, en las empresas sociales, un personaje que cubra el rol de Chief Financial Officer (CFO) y que impulse el fortalecimiento de la capacidad económica de la compañía, coincide María José Céspedes Pesqueira, directora general de Ashoka México. “Nosotros estamos conscientes de que, si una empresa social no es financieramente sostenible, su impacto en las comunidades o áreas en las que pretende generar una transformación siempre será menor, además de que corre el riesgo de perderse muy rápidamente”, dice.   Prioridad social Es una realidad que la escalabilidad de las empresas sociales depende de conseguir la rentabilidad; sin embargo, Céspedes Pesqueira pide a las compañías de este nicho nunca olvidar la razón por la cual decidieron iniciar su proyecto: conseguir un cambio positivo. “La facturación es siempre un tema crucial y las empresas sociales necesitan estar conscientes de ello, pero tampoco deben olvidar que su principal objetivo es resolver una problemática social”, advierte. La experta alerta sobre el riesgo de que los emprendedores de este nicho puedan verse tentados a cambiar, en algún momento, su enfoque, por querer conseguir mayores ganancias. “Lo que sí nos importa mucho en Ashoka es que, si el emprendedor se ve en la necesidad de tomar una decisión entre el impacto o la ganancia, él siempre apueste por seguir trabajando con la gente”, sostiene la ejecutiva. Mientras más puedan complementar los emprendedores su pasión por generar cambios en la sociedad con su capacidad para hacer crecer a su empresa, mejores serán los resultados, complementa Villaseñor. Esta prioridad de la que habla el fundador de Uhma Salud debe verse reflejada en un informe integral de resultados que, en el caso de las empresas sociales, tiene que contar con mucha más información que el que realizan las compañías de otras características. Además de detallar muy claramente su estatus financiero, justificando bien sus ingresos, egresos y demás componentes de esta área, es de enorme relevancia que también incluyan los avances que están obteniendo con su proyecto, detalla Villaseñor. No se trata únicamente de señalar el alcance del impacto social que está teniendo la compañía social, sino de aportar otros datos secundarios que normalmente no se muestran y que son relevantes para entender mejor su papel, aclara. “Las métricas clave estándar deben de estar [presentes], como [lo] son los aspectos de contabilidad, pero es básico que, dependiendo del área en la que estén trabajando, traten de mostrar sus avances. Por ejemplo, si están ayudando a que se reduzcan problemas de obesidad, que muestren información sobre sus programas, sobre la reducción de enfermedades o cosas alternas que fortalezcan sus reportes”, detalla. Esto les ayudará a que, en caso de que lo necesiten, puedan obtener financiamiento de manera más sencilla, complementa la directora de Ashoka México. Su recomendación es que traten de actualizar este tipo de reportes como mínimo cada seis meses.   Valor al emprendedor social Adicionalmente, Villaseñor pide a estos emprendedores no ser víctimas de la fama. “Los emprendedores sociales hacen un gran trabajo, pero deben tener cuidado con [no] engolosinarse con el reconocimiento, ya que los aplausos pueden hacer que pierdan la perspectiva de las cosas y quedarse estancados”, advierte. Finalmente, ambos expertos llaman a valorar más el trabajo de este grupo de emprendedores, quienes, paso a paso, coinciden, están consiguiendo mejorar a México. “Tenemos que hacer que escalen los negocios sociales; valorémoslos y dejemos de pensar que estos emprendedores deben ser como Gandhi o la madre Teresa de Calcuta, porque, para hacer [el] bien, también se necesita dinero”, concluye el empresario médico.

 

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