Desde la época de los escribanos hasta la era del streaming digital, la música ha tenido diversos canales y plataformas. ¿Cuál sobrevivirá y cuál quedará sólo como un recuerdo?

  El año pasado, el servicio de música en streaming (transmisión continua) con sede en Estocolmo, Spotify, registró 435 millones de euros (mde) en ganancias, gracias a sus poco más de 20 millones de usuarios activos y cinco millones de usuarios de paga, cerca del doble registrado en 2011. En contraste, de acuerdo con el reporte Nielsen SoundScan, el de mayor referencia dentro de la industria discográfica global, las ventas por concepto de música digital cayeron 2.3% en el primer semestre del año en comparación con el semestre anterior, llegando a 682.2 millones de unidades de las 698 millones del primer semestre de 2012. Mientras tanto, el hundimiento en las ventas de discos continúa avanzando. El formato experimentó una disminución de 5.6%, llegando a 142 millones de unidades vendidas, frente a las 150.5 millones de unidades registradas a mediados de 2012. Esto nos habla de un nuevo panorama, en el que el streaming está acaparando notablemente el consumo de la industria discográfica. ¿Estaremos ante la muerte del CD y la compra digital de música? Forbes México platicó con Julián Woodside, investigador, catedrático y periodista musical, para obtener un panorama equilibrado sobre lo que hay detrás de los hábitos y tendencias de consumo musical. ¿Muerte lenta? Las señales de desfallecimiento de la industria discográfica tienen años. La tienda HMV cerró definitivamente en 2004, Tower Records se declaró en quiebra en 2009, ese mismo año la última tienda Virgin fue cerrada y Mixup cada vez diversifica más su esquema de venta a sólo discos físicos. Woodside, estudioso y escucha especializado, comenta que son muchos factores los que se encuentran detrás del consumo de música en el mundo y de la aparente crisis que parece acompañarla. “De repente se tiende a creer que hay una crisis en la industria musical, cuando la que está en crisis es la industria discográfica, que es distinto. La industria musical pertenece a una más grande, la del entretenimiento, que es una de las más rentables”. Para Julián, el éxito de canales (de distribución) por el que están pasando servicios como Spotify (20 millones de usuarios), Sirius XM (23.4 millones) o Pandora (13 miles de millones de horas reproducidas) tiene que ver más con dos aspectos: la sonoridad y la practicidad para escuchar una canción. El repunte notable de 33.5% en las ventas del acetato o vinil, y el regreso discreto pero cada vez más notorio que han tenido plataformas como el casete, no dicen gran cosa, pues son sólo algunos los que desean poseer la música (como objeto). Lado A y lado B ¿Llegó la hora de decirle adiós al CD?  Julián Woodside nos explica los pros y contras que hoy tienen cada uno de los formatos para escuchar música. El CD. “En cuanto a sentido práctico, hoy en día traer tu música en CD no es práctico, no puedes andar de aquí para allá con una pila de CD. Quienes lo dicen, lo argumentan a partir de la pérdida de ciertas frecuencias de las cuales no nos damos cuenta, pero sí percibimos; un mp3 arriba de los 192 kbps ya podría decirse que es calidad de CD. Hay quienes sí notan la diferencia, pero se trata de calidad. Actualmente puedes bajar un archivo FLAC o algún otro de alta calidad y listo. La nostalgia por el CD y su calidad es parecida a lo que se decía sobre el vinil en su momento. Pero bueno, no despreciemos a las próximas generaciones, puede que venga precisamente una revaloración del formato CD”. En vivo. “Uno como escucha curioso siempre está buscando buenas experiencias para escuchar música. El en vivo nunca se va a comparar con algún formato. A mí me gusta ir al concierto de una banda y comprar el disco que ellos están vendiendo, sobre todo con una banda que me gusta y que voy preparado para comprar el álbum. Claro, siempre y cuando no me lo quieran vender en 200 pesos”. El vinil. “… Yo tengo dos viniles y son más de recuerdo, para mí son bultosos. Claro está que me gusta sentir cuando pongo una aguja, me trae nostalgia y me genera placer, pero en el día a día no es práctico, ocupan mucho espacio y no es tan fácil transportarlos. Hay gente a la que le gusta ‘distinguirse’ a partir de si se tiene la edición importada, limitada, etc., pero eso es accesorio, porque al final es un fetichismo. Con el vinil siento que ahora no se valora la música, sino el objeto”. David Bakula, vicepresidente de desarrollo y percepciones del cliente de Nielsen SoundScan, dice que se detectaron 4.6 millones de viniles vendidos tan sólo en Estados Unidos, un aumento de 18% respecto a 2011, pero ese porcentaje representa sólo el 1.4% del mercado total, el cual está comandado hoy en día por el consumo digital. Compra digital. “La gente empezó a descargar mp3 no porque detestara el CD, sino más por una cuestión de practicidad. Pero luego no encuentras todo en mp3 o es enredado pagar por escuchar discos, además de que, en lo personal, me sigue generando ruido el dejar abiertos mis datos bancarios para programas como iTunes”. Streaming. “A la gente le importa poco el formato; se fija en las canciones. Spotify te da la oportunidad de armar tus listas y compartirlas con tus cuates. Por eso suelen ser tan exitosos estos discos de ‘Lo mejor del verano, etc.’ Puedes tener todas las canciones del momento y punto, pero a final de cuentas, la gente no prefiere el disco o el mp3, lo que quiere es escuchar la canción. “Todos pueden llegar a descubrir nuevos grupos en Spotify, pero si alguien se dice investigador musical o curioso amante de la música, sólo usando Spotify es igual a quienes hacen activismo de escritorio. A mí en lo personal, lo que no me gusta de Spotify y el streaming es que como archivista no tengo un empoderamiento total del archivo. En México los archivos digitales públicos son nulos. Sería genial tener una Fonoteca que tuviera acceso a todo este material digital, pero que no estuviera supeditada a que si una disquera descataloga ciertos discos de su archivo se pierda el control del mismo, pues eso de los catálogos en nube  puede ser un problema”. Futuro: el próximo disco Julián asegura que el streaming va a seguir un buen rato, y que en un futuro podríamos ver nuevos sitios de streaming o algunos más especializados dentro de la competencia del streaming de paga”. Pero sí enfatiza que el streaming es sólo un canal de ingresos más, uno que hace 5 años no tenían”. Lo que dice Woodside se puede ver en  el panorama actual: la industria musical está pasando por su mejor momento en 13 años,  gracias a servicios como  Deezer, iTunes, Mixup Digital, Xbox Music o Youtube, los cuales han venido impulsando el crecimiento de la industria. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por su sigla en inglés), en su Reporte de Música Digital 2013, reveló que las ventas globales de la industria musical crecieron 0.3% anuales para alcanzar 16,500 mdd, el primer crecimiento en ingresos desde 1999, del cual el 34% corresponde sólo a los medios digitales que lograron ingresos anuales por 5,600 mdd. De cara al futuro, parece que con las plataformas sucede lo que ocurrió en su momento con la televisión y la radio. Según Woodside, “un medio no sustituye al otro, son complementarios; unos tienden a desaparecer, pero otros se mantienen sutilmente y vuelven a renacer o a reperfilarse de otra manera. Estamos saliendo de una época en la que se romantizó la venta del disco. La mayoría de los grupos viven de presentaciones en vivo, venta de parafernalia, dar clases, tocar en fiestas e infinidad de cosas más”. Mientras sólo a algunas personas les interesa realmente poseer la música, lo que importará siempre será escuchar la canción. Por eso, asegura Woodside, “la música existirá siempre”.  

 

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