Usar movimientos ilimitados, no planificar la exposición, hablar muy rápido y presentar demasiada información son algunos de los problemas más recurrentes que tienen los novatos cuando realizan presentaciones. A continuación te decimos cómo evitarlos.       Hablar en público ya sea frente a conocidos o desconocidos puede resultar complicado, ya sea porque no se planifica lo suficiente o se carece de dominio del tema. Prezi cita a Terry Gault, accionista gerente y vicepresidente de Henderson Group quien revela cómo ser mejor presentador al evitar algunos de los errores más comunes. A continuación te presentamos los 10 errores más comunes que se cometen en presentaciones en público, según Terry Gault. 1.-  Usar movimientos y gestos limitados. La mayoría de los presentadores novatos tienen miedo de ocupar demasiado espacio. Al hacer eso, el público entiende esta seguridad como una disculpa. 2.- Hablar con poca energía. Entre el 80 y 90% de los oradores no invierten suficiente energía en sus presentaciones, lo que provoca en el público la sensación de falta de entusiasmo e interés. Al agregar energía a tus presentaciones lograrás mayor atención y proyectarás más confianza, así como carisma. 3.- No planificar lo suficiente. Los presentadores expertos realizan una investigación exhaustiva para sentirse en confianza con el material que van a utilizar y así tener la capacidad suficiente para responder cualquier pregunta que el público les plantee. Se recomienda realizar varios borradores del material que se va a emplear, revisar, editar y corregir hasta que la exposición alcance la forma más completa. 4.- No practicar lo suficiente. Los oradores experimentados suelen hacer un ensayo general frente a un público de confianza con amigos, familiares y colegas. Durante el ensayo realizan movimientos y gestos que aumenta extraordinariamente su capacidad para recordar el material. Reconocen las áreas que pueden suponer un desafío y elaboran trucos y tácticas que les ayudan a que todo fluya a la perfección. 5.- Presentaciones centradas exclusivamente en los datos. Muchas veces el problema es que el orador se centra más en la exposición de datos en vez de la narración de una historia intensa y humana. Al respecto, Leslie Bradshaw, directora de operaciones de Guide señala: “El arte consiste en preparar el contenido para un consumo humano óptimo. Los datos no te hablan. Tú los recopilas, los analizas y cuentas historias con ellos”. 6.- Jugar sobre seguro. No correr un riesgo también es un riesgo. Si el contenido de la presentación es demasiado seguro, es muy probable que resulte aburrido para el público. Si la capacidad más importante de un orador es atraer la atención, ¿puedes permitirte no correr ningún riesgo? 7.-  Evitar la vulnerabilidad. Si los oradores quieren ser creíbles tienen que mostrase vulnerables. Esforzarse mucho por parecer perfecto generará desconfianza en un público experto. La investigadora Brene Brown en su charla TED sobre la vulnerabilidad expresa: “La palabra ‘coraje’ procede del latín ‘cor’, que significa ‘corazón’, y su definición original era contar la historia de quién eres, con todo tu corazón… es decir, tener el coraje de ser imperfecto”. 8.- Tomarse a uno mismo demasiado en serio. La mayoría de los presentadores tiende a ser demasiado formal y serio. Si en sus presentaciones se comportaran de una manera más natural e informal, serían mucho más auténticos e interesantes. Es importante respetar el profesionalismo del público, pero también es necesario establecer una relación humana e informal con ellos. Al hablar en un tono más distendido, se proyecta la imagen de que se es iguala  ellos. Terry Gault afirma: “Si no te lo estás pasando bien, no lo estás haciendo bien”. 9.- Presentar demasiado material. Se recomienda practicar una y otra vez con cronómetro si se desea calcular el tiempo que llevará realizar la presentación frente al público. En la práctica, la exposición durará aproximadamente entre un 25 y 50% más. 10.- Precipitarse. Precipitarse empeora cualquier problema o incidencia que se pueda tener. Por el contrario, si se lleva un ritmo más lento se transmitirá mucha más seguridad, confianza y experiencia. Al usar más pausas, además de aumentar la percepción del público, se incrementará la sensación de confianza y tranquilidad, se da tiempo a que el público asimile los puntos clave y los oradores cuentan con más tiempo para formular lo que piensan en frases más resumidas y concisas.    

 

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