- En primer lugar, es preciso confiar en la solidez económica subyacente de un país o una región. Este tipo de confianza incentiva el gasto, lo que a su vez impulsa la contratación y la riqueza, y termina por infundir aún más confianza.
- En segundo lugar, es preciso confiar en los precios de los activos. Los mercados deben confiar en que los activos tienen valoraciones atractivas o catalizadores estructurales de la demanda. Este tipo de confianza impulsa los precios de los activos, reduce los costos de financiamiento de las empresas y establece las condiciones para la formación de un círculo virtuoso.
- En tercer lugar, es preciso confiar en el entorno político. Sin una dirección clara de la política fiscal o monetaria, las empresas tienen menos interés en invertir, y los mercados financieros pueden verse fácilmente afectados por la amenaza de focos exógenos de conmoción.
Los tres pilares de la confianza
¿Hay condiciones para generar la confianza necesaria para que los mercados financieros sigan repuntando? Para responder a esta pregunta, es necesario evaluar los tres elementos que contribuyen a infundir confianza en el mercado.
La confianza en el entorno empresarial, político y financiero está en aumento; así pues, el interrogante que se plantea ahora es si se dan las condiciones para generar la confianza necesaria para que los mercados financieros sigan repuntando. Para responder a esta pregunta es necesario evaluar los elementos que contribuyen a infundir confianza en el mercado. Existen tres clases de confianza: