La 78 edición de la Convención Bancaria comenzó resaltando la solidez del sector, pero (como en toda luna de miel) al final acabaron saliendo las advertencias matrimoniales.   Por Enrique Díaz-Infante Chapa La 78 edición de la Convención Bancaria fue un evento de enamorados. Todo fue apapachos y reconocimientos mutuos. Como bien señaló Alicia Salgado en su columna del viernes en Excélsior, no hubo “ni regaños ni reclamos”, y la reunión previa del secretario de Hacienda con los directivos de los bancos fue reconocida como “inusual, extraordinaria y positiva”. La convención se centró en los temas bancarios y se “logró alejar(la) de la agenda anticorrupción”. Tocar temas de conflicto de interés, como pudieran ser la adquisición de la Casa Blanca o la de Malinalco provocaban muecas de disgusto a quien se le preguntaba, y acabó siendo un tema de “¡ocupémonos de crecer, no de cómo lo(s) hacemos pomada!” Sin embargo, como en todo matrimonio que arranca, las advertencias de buena conducta hacia adelante no faltaron. Consistente con el lema de la convención, “La banca: preparada ante una gran oportunidad de desarrollo”, las ponencias giraron en torno de resaltar la solidez de la banca (5.26 puntos porcentuales por encima del índice de capitalización requerido por Basilea III), lo positivo de la regulación vigente generada por la reforma financiera (34 leyes modificadas) que permitirá dar más crédito y más barato, y de las facultades fortalecidas de regulación y supervisión de la CNBV. Jaime González Aguadé, presidente de la CNBV, arrancó el evento revisando comparativamente con el sexenio anterior, los avances en esa materia y acotando su responsabilidad en el caso Ficrea, sin hacer mención expresa al mismo. Le siguió el doctor Carstens, gobernador de Banco México, quien resaltó que el banco central seguirá interviniendo en los mercados para darle estabilidad al peso. Posteriormente habló el secretario de Hacienda, quien destacó que el crédito a las pymes ha tenido una “reducción en promedio de 8 puntos porcentuales en las tasas de interés”. A decir del gobierno, todo lo anterior permitirá cumplir con el objetivo de alcanzar la meta de 40% de penetración de crédito a los particulares para finales de sexenio. Sin embargo, en opinión de la calificadora de riesgo Fitch, el promedio de crecimiento del PIB debe de ser de 3.5% a lo largo del sexenio, para lograr el objetivo. Aquí también cabe destacar que varios estudiosos del financiamiento a pymes hemos alertado del riesgo que existe de pretender lograr esa meta descansando en las garantías de la banca de desarrollo y que, con fines electoreros, se acabe financiando a empresas inviables¹. El titular de las finanzas también habló del entorno internacional complejo ante la caída de los precios del petróleo y la normalización de la política monetaria de Estados Unidos. Ante esta situación se señaló lo conveniente de haber hecho un recorte al gasto fiscal, en vez de recurrir a más endeudamiento o mayores impuestos. Asimismo destacó la revisión integral que se va a hacer del presupuesto de egresos. Ambas medidas y el “timing” lucen adecuados. Es más fácil quitar recursos a clientelas políticas después de las elecciones que antes de éstas. Las intervenciones de Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal; de Alejandro Werner, del Fondo Monetario Internacional, y del subsecretario del ramo, fueron del mayor interés ante la expectativa del próximo aumento de tasas de interés por parte de la Fed y los efectos que esto ya está teniendo en la depreciación del peso. Bernanke reconoció que la normalización de la política de la Fed continuará generando volatilidad, aunque resaltó la fortaleza de México frente a otras economías. Alejandro Werner destacó que la apreciación del dólar en términos generales es positiva para el crecimiento de la economía mundial –por favorecer el consumo estadounidense–, pero con efectos negativos para los corporativos y países que se endeudaron en dólares. En línea con lo anterior, Aportela señaló que la depreciación del peso es baja frente a la sufrida por las monedas de otras economías emergentes. Como dijera mi abuela, “mal de muchos, consuelo de tontos”. Stephen Haber, autor del libro Los buenos tiempos son éstos, ganador del premio MEY 2012, trajo perspectiva histórica al encuentro, pues resaltó la situación favorable que, como nunca antes, goza la banca mexicana. La mezcla de un Estado democrático, con una banca capitalizada y con acreditados sanos que operan en el marco de una regulación prudencial reconocida internacionalmente, es inédita en México. Sin embargo, aclaró, hacia adelante el gran reto de México es fortalecer su Estado de derecho. Y como en toda luna de miel, al final acaban saliendo las advertencias matrimoniales. Robles Miaja cerró hablando de la necesidad de “resolver la violencia del crimen organizado, la falta de vigencia del Estado de derecho, la corrupción, la impunidad… y la deficiente transparencia y rendición de cuentas”. También llamó a resolver, entre otras cuestiones, la pobreza, el desequilibrio regional, la deficiente educación y la baja productividad que todo esto genera. Coincidimos plenamente. En fin, que fue una luna de miel pero con advertencias matrimoniales.   ¹Enrique Díaz-Infante (2013), “La Reforma Financiera y el Riesgo del Crédito”.   Enrique Díaz-Infante Chapa es licenciado en derecho por la UNAM y maestro en políticas comparadas y en política social, ambas por la London School of Economics and Political Science. Actualmente es Investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias y doctorando en el IIJ de la UNAM. Las opiniones de Enrique Díaz-Infante son a título personal y no representan necesariamente el criterio o los valores del CEEY.   Contacto: Twitter: @ceeymx Twitter: @ediazinfante Facebook: ceeymx Página web: CEEY   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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