La falta de integración de la industria de aluminio provoca que este  negocio no alcance su máximo potencial en el mercado mexicano, mientras que la satisfacción de la demanda del metal se encuentra a expensas de las importaciones.   Envases, latas de refresco, piezas automotrices y cables conductores de electricidad son algunos de los productos que conforman la industria del aluminio, un negocio que en México podría crecer exponencialmente en los próximos años. Sin embargo, la falta de integración de la cadena productiva de este metal doblega su fortaleza frente a otros países. “México es un país en donde la recolección y reciclaje de aluminio es relativamente eficiente comparado con otros países, pero mucha de la chatarra se va fuera,  y se procesa en Estados Unidos u otros países que después lo exportan de regreso al país… esto es algo que le quita el valor agregado al producto”, asegura Roberto Margáin Santos, director general de Arzyz. A pesar de que el país no es un productor de aluminio, el reciclaje del metal ha permitido que la industria se desarrolle y busque dar el siguiente paso que le permita a las empresas beneficiarse de la comercialización de un producto terminado que demandan el sector automotriz y el aeroespacial. El empresario calcula que anualmente el país importa cerca de un millón de toneladas de lámina y planchón de aluminio. Pero la valía del metal en el mercado mexicano despierta el interés de industriales dispuestos a posicionar el negocio sólo para ellos: durante 2012, el valor total de la producción en la industria del aluminio alcanzaba los 15,768 millones de pesos (mdp), lo cual se traduce en un incremento de 13.6% respecto a 2011, cuando alcanzó un monto superior a los 13,879 mdp, de acuerdo con datos anualizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre la industria siderúrgica en México. El valor total de las ventas de este metal alcanzó los 15,684 mdp, monto superior al registrado durante 2011, cuando obtuvo 13,387 mdp. Arzyz cree que en México puede consolidarse el imperio del aluminio y ya ejecuta la estrategia para aprovechar las oportunidades del mercado y demostrar que el negocio del aluminio no se ‘dobla’ en el país.   Encienden el horno Arzyz es una empresa con cerca de 34 años de existencia en el mercado nacional. Después de permanecer dependiente de la tecnología de otros países, hoy enciende los hornos para forjar su crecimiento en la coyuntura favorable que prevé para el  mercado del aluminio. La empresa regiomontana anunció en agosto del año pasado una inversión por el orden de los 50 millones de dólares (mdp) en la adquisición de tecnología avanzada para procesar el aluminio, y crear una fuente de suministro del metal a partir de su reciclado. Las inversiones equipos y espacios de acopio para material secundario, permitirán que la compañía tenga una capacidad recicladora de 120 toneladas de aluminio al año, a partir, principalmente, de latas, rines y perfiles. Para 2015, el Instituto Internacional del Aluminio (IAI, por sus siglas en inglés) espera que se reciclen 75% del aluminio a nivel mundial, en un mercado del reciclaje de las latas de aluminio que es dominado por Brasil. “Sería muy atractivo que el valor agregado del aluminio y los empleos, así como las inversiones se hicieran aquí”, asegura Margáin.   Funden oportunidades Las características del mercado del reciclaje se funden con una demanda nacional de aluminio que podría crecer dentro de poco: en los últimos 3 años, México ha escalado en las primeras 10 posiciones de los países productores de automotores ligeros y pesados a nivel mundial. La demanda de Estados Unidos y Canadá hicieron que la fabricación de autos durante en 2013 alcanzara 2 millones 933,465 unidades, es decir, 1.7% más que en 2012, además, las exportaciones tuvieron un incremento de 2.9%, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) presentadas a inicios de este año. El brillo de la industria automotriz ha hecho que las grandes marcas pongan al país en el mapa de su estrategia: empresas como Audi han inversiones iniciales por más de 1,300 mdd para establecer su nueva planta de producción en Puebla. Para Margáin Santos esta noticia resulta favorable para impulsar su negocio, ya que, considera, el uso de aluminio en la manufactura de los automotores favorecerá su demanda entre las empresas nacionales, quienes cuentan con la facilidad para transportar en menores tiempos el metal hasta las plantas de las automotrices asentadas en la República Mexicana. Asimismo, el desarrollo de la industria aeroespacial será un factor decisivo en el desarrollo del negocio de aluminio entre las empresas mexicanas, dice el director general de Arzyz. “Nos anima el crecimiento que estamos viendo en los sectores en los que estamos, y en los sectores en los que podemos estar”, asegura Roberto Margáin. De acuerdo con el directivo, la empresa habría cerrado 2013 con un incremento del 20% en las ventas a sus clientes con más de una año de antigüedad, mientras que los nuevos habrían crecido en un 100%, en comparación con 2012. Roberto Margáin reconoce que el camino para consolidar una industria fuerte del aluminio podría requerir tiempo e inversiones, pero está seguro que hay alicientes en el mercado: “Vemos con mucho optimismo el desempeño de la economía mexicana y de nuestros sectores clave”.    

 

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