Ella heredó un país en plena crisis económica, política y social. En casi doce años fue capaz de revertir esa decadencia con políticas que dieron mayor libertad e impulsaron el crecimiento de la economía británica de manera significativa.   Pocas veces en la historia se encuentran personajes de la estatura moral, intelectual y política de la ex Primer Ministro Margaret Thatcher. En el Reino Unido son dos los líderes que dejaron una huella muy profunda en el siglo XX, Winston Churchill en tiempos de guerra y Margaret Thatcher en tiempos de paz. El 11 de junio de 2009 tuve el gran honor de entregarle la Legión de la Libertad a la Dama de Hierro. El premio que otorga nuestro think tank, Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA) fue una gran ocasión para agradecer y reconocer a una de las estadistas más valientes que enfrentó el status quo con absoluta determinación. Como todo gran personaje, su vida fue muy polémica pero nadie puede negar el impacto y la trascendencia de su legado. Algunos libros se atreven a hablar de una era Thatcher y del Thatcherismo como una época distintiva en la historia del Reino Unido. En perspectiva, a más de 30 años de su llegada al poder, es evidente que ante el momento de crisis por el que atravesaba su país y el mundo occidental, sólo personajes de su tamaño podían dar solución a tantos y tan complejos problemas. Las decisiones de un buen gobernante deberían medirse en función de su capacidad para generar las condiciones que permitan mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. En una sociedad democrática, cuando los electores van a las urnas, lo que buscan es que aquel servidor público a quien van a dar su voto, no solamente cumpla sus promesas sino que desde el poder, utilice los mecanismos a su alcance para que los ciudadanos tengan las herramientas que les permitan  autodeterminarse y vivir dignamente. Si con este criterio se mide el legado de Margaret Thatcher entonces ella cumplió exitosamente su función como Primer Ministro. Aunque como todo ser humano tuvo aciertos y errores, es imposible menospreciar su legado. Ella heredó un país en plena crisis económica, política y social. Los paros de los sindicatos habían afectado de manera significativa la economía. La mayoría de las empresas pertenecían al gobierno y su ineficiencia generaba un costo muy elevado para el país. En casi doce años fue capaz de revertir esa decadencia implementando políticas que dieron mayor libertad a los ciudadanos y que impulsaron el crecimiento de la economía británica de manera significativa. Durante mi mensaje de agradecimiento a Margaret Thatcher recordé las palabras que pronunció aquel 4 de mayo de 1979 tras su llegada por primera vez al número 10 de Downing Street como Primer Ministro. “Donde haya discordia traeremos armonía, donde haya error traeremos verdad, donde haya duda traeremos fe, donde haya desesperación traeremos esperanza”. Estas palabras de San Francisco de Asís siguen y seguirán vigentes tanto como el gran legado de Margaret Thatcher a quien siempre recordaremos con enorme gratitud y profunda admiración. Contacto Twitter: @armando_regil

 

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