El 9 de septiembre, el gobierno de Enrique Peña Nieto entregó el proyecto de Presupuesto 2017 al Congreso mexicano para su aprobación. Éste busca un superávit presupuestario primario del 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB)  para el 2017, el primer0 desde 2008. Para la calificadora Moody’s, las proyecciones del gobierno son conservadoras, sin embargo, los ingresos potencialmente menores de lo previsto, flotabilidad y desafíos de implementar una limitación en el gasto en medio de un crecimiento más lento, plantean riesgos fiscales durante la implementación del gasto. “El presupuesto refleja el compromiso de las autoridades con la consolidación fiscal adicional y se basa en la restricción del gasto, un impuesto sobre la renta mejor de lo esperado. Ya que es probable reducir el déficit primario del gobierno federal a 0.5% este año desde el 1.0% en 2015”, dice la calificadora de riesgo  en un comunicado. El presupuesto supone un crecimiento real del PIB de 2.0% a 3.0% en 2017, en línea con el pronóstico de Moody’s para un  crecimiento del 2.5%. La inflación propuesta por el Banco de México se proyecta en 3%. El presupuesto estima un precio de 42 dólares por barril (dpb) para la mezcla mexicana. Asume que la producción de petróleo se reducirá a 1.9 millones de barriles por día para 2017, de un estimado 2.1 millones en 2016. La previsión presupuestaria para el tipo de cambio del próximo año es 18.20 pesos por dólar. Hace dos meses, Moody’s bajó su perspectiva para el sistema bancario mexicano a “negativa” desde “estable”, debido a las expectativas de que el riesgo de activos aumente con la expansión de su cartera de crédito, aun cuando el crecimiento económico se mantiene deprimido. También puedes leer: Crecimiento económico, principal riesgo para la nota de México: Moody’s     

 

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