Aunque las aplicaciones y las herramientas digitales ya son parte de nuestra cotidianeidad, ¿qué se ha hecho en México para fomentar, no sólo la lectura, sino la producción de una literatura que no surja de los “círculos convencionales” y tome en cuenta a una sociedad que cada vez tiene mayor participación gracias a las redes digitales? Novelistik parece tener la respuesta.   Aunque las aplicaciones y las herramientas digitales ya son parte de nuestra cotidianeidad, ¿qué se ha hecho en México para fomentar, no sólo la lectura, sino la producción de una literatura que no surja de los “círculos convencionales” y tome en cuenta a una sociedad que cada vez tiene mayor participación gracias a las redes digitales? Novelistik parece tener la respuesta. En diciembre de 2013 asistí a un foro —organizado por César Cortés Vega— en el Centro Cultural de España, sobre el papel del editor en la llamada era digital. Uno de los exponentes fue Alberto Lujambio (Ciudad de México, 1985), quien presentó una aplicación web que permitiría la publicación de cualquier texto literario —cuento, ensayo, poesía, crónica, novela, etcétera— con sólo abrir una “cuenta” —como en cualquier red social—, con la posibilidad de añadirle material multimedia —audio, video e imágenes—. Sería compatible con cualquier plataforma, red social y sistema operativo, y, por si fuera poco, con la posibilidad de recibir al instante notificaciones, comentarios, estadísticas y críticas de cada lectura “en tiempo real”: un editor en potencia por cada lector. Tal maravilla no era parte de un relato de ciencia ficción, sino de un proyecto en que Lujambio, junto con José David Aroesti, venían trabajando y que han afinado durante casi tres años: Novelistik. Ahora, esta aplicación —completamente funcional y que apenas convocó a un exitoso concurso de narrativa erótica—, con más de 60,000 visitas únicas mensuales, se perfila como la gran opción para publicar cualquier material literario en un entorno tan libre como el internet mismo: sin la intervención —o la censura— de editoriales ni mesas de redacción. He aquí la conversación que tuve con parte del equipo de Novelistik: Julieta Cardona (@hartatedemi), Camila Colina (@camcolina) y Alberto Lujambio (@lujambioalberto), sobre cómo se desarrolló esta aplicación que ya está rompiendo los esquemas de la producción literaria en habla hispana. Alberto Lujambio: Te presento a una fracción de quienes hacen posible todo en Novelistik: Julieta Cardona se encarga de las estrategias de comunicación en internet, además de las redes sociales. Ella es una mujer que entiende el fenómeno porque lo vivió desde su origen. Llegó a tiempo a Twitter y entendió lo que implicaba ser un personaje relevante. Además, tiene una columna con mucha resonancia. “Camila es parte del equipo editorial. Ella encuentra los mejores textos de la plataforma y le da sugerencias a los autores, pero con una nueva perspectiva: convertir una historia en un sofisticado producto digital. Tiene muchas expectativas porque es joven, como Novelistik. Entró a nuestro programa de verano, pero ya es imprescindible. “Yo soy el director de Operaciones. Mi único encargo relevante es convencer a personas, como ellas, que trabajen por esta visión. “Fundé Novelistik al lado de José David Aroesti, un abogado que, como yo, se dio cuenta de que se había equivocado de carrera. Entramos al mundo del emprendimiento sin ningún conocimiento previo y cometimos los errores más obvios. Después de tres años y de aprender muchas lecciones, llegamos al momento en el que estamos ahora: somos un equipo que trabaja con datos, objetivos y métodos de ejecución. “Un día le dije a David que hiciéramos una aplicación para ligar: una especie de Tinder para la comunidad LGBTTI. Sensato como es él, me sugirió hacer algo relacionado con libros electrónicos, pues ambos entendíamos mejor el asunto —ya teníamos una experiencia previa como editores. “Eventualmente, lo dejamos todo. Contratamos programadores, fuimos con un notario público, dimos de alta la empresa y nos propusimos, como muchos otros, ser una especie de Netflix pero de los libros. El 12 de diciembre de 2012 lanzamos nuestra versión 1.0, que fue un completo desastre: nada funcionaba. José David y yo habíamos invertido todos nuestro ahorros en un proyecto que se desmoronó.
Novelistik fue la primera aplicación mexicana que se preocupó por erradicar el problema de la promoción de lectura.
“Necesito seis meses para aprender a programar y hacer Novelistik de nuevo”, me dijo José David Aroesti. Pasó el doble del tiempo, pero cumplió su promesa. Y eso no lo hace menos impresionante, pues antes de ser empresario y abogado, fue atleta de alto rendimiento: si alguien sabe de plantearse metas y cumplirlas, es él. “Lanzamos la versión 2.0. Se trataba de un prototipo sofisticadísimo. Se publicaban libros electrónicos en un par de clics, se construían timelines y se manejaban miles de solicitudes por mes. “Gracias a eso, entramos a la tercera generación de 500 Startups Ciudad de México. Este programa nos ayudó a entender el mercado, a descifrar a la competencia y a sofisticarnos como emprendedores. Cuando terminó el programa de aceleración nos enfrentamos con la realidad: tener que convencer a inversionistas de que nuestra intuición estaba validada y que seríamos capaces de convertirnos en una empresa de tecnología. Conseguimos dinero de dos jugadores distinguidísimos: Librerías Gandhi y el fondo de inversión Ideas y Capital. “Nuestro primer acierto fue integrar a Juan Carlos Helu (@HeluJC) y a Julieta en el equipo. Eso generó un balance muy interesante y comenzamos a consolidar una dinámica de trabajo muy eficaz. “Basamos parte de nuestra arquitectura laboral en la metodología Agile, un sistema de trabajo en donde los equipos de ejecución son diferentes a los de decisión. La toma de decisiones es completamente transparente, y el trabajo se distribuye con base en los resultados registrados de iteraciones previas. “Luego dimos un giro que nos definió como empresa: la autopublicación es un fenómeno sumamente abundante en internet. Twitter, Facebook y Medium hacen lo mismo que Novelistik: conectan a los autores con su audiencia en un formato específico. Luego nos preguntamos qué podíamos hacer, y como respuesta nos vino transformar el mercado de las lecturas largas: su publicación, su edición y su consumo. “Por eso creamos la Inteligencia Editorial. Novelistik no es sólo una herramienta de autopublicación y lectura de libros electrónicos, sino que es una máquina de recolección y despliegue de datos sobre la lectura.
Novelistik sabe cuántas visitas tuvo un libro y, sobre todo, identificar qué engancha a cada lector. Las métricas permiten definir quién, cómo, cuándo y dónde: todos los detalles de cada lectura —hasta ahora inéditos en la industria editorial.
“Hoy en día, Novelistik está realizando algo nuevo: un ecosistema social abierto que ayuda a definir el futuro editorial de un libro gracias a la Inteligencia Editorial. Con esto puedo saber estadísticas de quién, cómo, por qué, de dónde y cuándo se leen qué libros: qué género, qué edades tiene cada lector e incluso qué segmentos fueron los más ‘repasados’ o llamativos. “Nuestro objetivo es generar un modelo de negocio centrado en esos datos. Ya tenemos varios convenios con editoriales y gente de la industria que entiende lo valioso que es saber aquello que les oculta su único vendedor de libros electrónicos: Amazon. El gigante te reparte regalías pero te priva de lo más relevante: los datos. En cambio, nosotros podemos decirles de dónde vienen los lectores: de qué red social o de qué medio de prensa, página web, etcétera. En una palabra: por qué llegaron a su libro. “Después viene el cómo. Y eso se trata de definir el comportamiento de los lectores dentro de su libro y cuánta gente lo hojea. Esta máquina de datos es, además, una sorprendente herramienta de autopublicación. “Lo interesante de Novelistik es que no solamente captamos la voz activa del lector, sino también la pasiva –que se refiere a la lectura silenciosa–. Yo puedo pensar que un libro es muy bueno, pero no sé hasta dónde lo leyó la gente. Ésos son datos distintos, y Novelistik puede entender y comparar ambos. Ahí está la posibilidad que tienen los autores para ser mejores cada vez: entender a su audiencia. Sólo así un autor puede convertirse en un fenómeno editorial. Y vivir de escribir.”

Continuará…

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