En las licitaciones petroleras, el camino pinta bien para el gobierno y oscuro para Pemex. Once licitantes mexicanos, ya sea en consorcio o de manera individual, se distribuyeron la mayoría de los contratos, en un proceso en que ya se vaticinaba el dominio de capital nacional.   Por Xavier Ginebra Serrabou La Agencia Internacional de Energía ha dicho en su reporte mensual que los mercados mundiales del petróleo tendrán un exceso de suministros, al menos hasta fines del 2016, debido a una menor demanda y un auge en la producción de la OPEP, lo que presionará aún más los precios. La excesiva oferta mundial de petróleo aumentaría en los próximos meses, cuando unos suministros adicionales de Irán –si se eliminan las sanciones de Occidente– llevarían más petróleo a los almacenes. Pero ha añadido que el ritmo récord de acumulación global de inventarios se desaceleraría en 2016. En las licitaciones petroleras, el camino pinta bien para el gobierno y oscuro para Pemex. Once licitantes mexicanos, ya sea en consorcio o de manera individual, se distribuyeron la mayoría de los contratos, en un proceso en que ya se vaticinaba el dominio de capital nacional ante su predominio en la lista de 40 competidores finales. La primera fase colocó sólo 2 de 14 áreas, un 14.3% de éxito en julio, mientras que en la segunda fase se colocaron 3 de 5, es decir, el 60% de adjudicación. La primera área contractual, Tajón, en la zona sur, y con el mayor remanente de reservas, se le adjudicó a Perseus, que dirige Steven Meheen, y que ha presentado en foros internacionales a los empresarios Tomás Milmo (hasta hace poco principal directivo de la telefónica regiomontana Axtel) y Alberto Garza Santos, entre sus filas. La compañía se llevó, además, el área de Fortuna Nacional de la segunda etapa de campos menores. Los ganadores para la segunda etapa fueron: Renaissance Oil (3); el consorcio Roma Energy, GX Geoscience y Tubular Technology; Diavaz Offshore; Strata Campos Maduros (3); Grupo Diarqco (2); el consorcio Sistemas Integrales de Compresión, Nuvoil y Constructora Marusa; Consorcio Manufacturero Mexicano (2); el consorcio Geoestratos Mxoil Exploración y Producción y Geostratos (4); Compañía Petrolera Perseus; Construcciones y Servicios Industriales Globales; el consorcio Grupo R Exploración y Producción y Constructora y Arrendadora México, y Sarreal. La tercera fase de la Ronda fue la más exitosa en adjudicaciones con 25 áreas contractuales, 100% de lo que presentaba para firmas que en su mayoría fueron mexicanas o con capital mexicano en consorcios. Entre los grandes ganadores se ubicaron la mexicana Perseus, con la mayoría de las áreas licitadas; el consorcio mexicano GeoEstratos, con cuatro; la canadiense Renaissance Oil, con tres, y la mexicana Strata Campos Maduros, también con tres. En la Cuarta Convocatoria de la Ronda 1 serán licitados 13 bloques con un volumen de 654 millones de barriles de petróleo equivalente y una superficie de 9,584 kilómetros cuadrados, para los cuales se esperan ofertas de más de 200 millones de dólares por cada campo. Por su parte, la Ley de Transición Energética amenaza con frenar el empleo que genera la industria, y con esto el crecimiento económico, advierten analistas e industriales, ya que pretende que la industria reduzca las emisiones de carbono mediante el uso de energías renovables; de lo contrario, las empresas tendrán que pagar para emitir certificados de emisión o recibir multas. “Es un balazo en el pie de la propia reforma energética. Financiar esta transición le pasará factura a la industria”, dijo José Luis de la Cruz. Se busca que las emisiones de gases de efecto invernadero bajen en 25% para 2030, por medio del uso de energías limpias. Estados Unidos buscará una reducción de 26%, pese a que su intensidad energética es cuatro veces superior a la de México. El objetivo de México sería pasar de 3.9 a 2.9 toneladas. “Se quiere penalizar el uso del gas natural en la generación de energía eléctrica. Asumir un porcentaje de energías renovables aumentará el precio de la electricidad entre 2,000 millones de pesos y 18,000 millones al año”, dijo Raúl Gutiérrez. Las penalizaciones por incumplir la obligación de consumir energías limpias implicarán multas de entre seis a 50 salarios mínimos (de 26 a 218 dólares) por MWh para consumidores que no cumplan sus compromisos de adquirir Certificados de Energías Limpias, según Canacero. Intentar adoptar energías limpias en poco tiempo tendrá una afectación en la generación de empleos, debido a los costos que deberán asumir las empresas. Quizás hubiera sido mejor hacer más extenso el plazo para la reforma hacia las energías limpias, pues a las ya de por sí dificultades que enfrentan las empresas por los bajos precios del petróleo y la caída de las materias primas, el costo de la transición a las energías limpias –necesario– les disminuirá aún más su margen de explotación.
Xavier Ginebra Serrabou es socio del área de Competencia, Protección de Datos y Consumidores del despacho Jalife & Caballero.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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