El bloque monetario sigue mostrando contracción, pero su lectura es cada vez mejor.   Reuters LONDRES – La economía de la zona euro parece encaminarse a una salida de la recesión en el segundo semestre del año, según mostraron sondeos publicados el miércoles, justo cuando nuevas tensiones en la crisis de deuda de la región vuelven a poner todo en riesgo. El índice PMI compuesto de Markit subió en junio a su máximo nivel desde marzo 2012, a 48.7 desde 47.7 en mayo, aunque se revisó a la baja desde el anuncio preliminar de 48.9. El índice siguió por debajo de los 50 puntos que dividen el crecimiento de la contracción, pero implicó un marcado progreso respecto a las bajas del otoño boreal pasado. En general, los datos PMI fueron consistentes con la contracción de 0.2% que la Eurozona vivió entre abril y junio. Aunque esto sugirió que la extensa recesión de la región podría finalizar pronto, una ola de inestabilidad política en Portugal y un nuevo aluvión de preocupaciones por Grecia recordaron lo fácil que la crisis de deuda, que se mantuvo latente en los últimos 10 meses, puede despertarse. La renuncia de dos importantes ministros en Portugal generó una enorme liquidación de los bonos gubernamentales del país, lo que llevó a los costos de créditos a 10 años a superar el 8.1% por primera vez desde noviembre. Además, impulsó hacia arriba los rendimientos en España e Italia. Por su parte, Grecia recibió unos días más de parte de los prestamistas internacionales para cumplir con las condiciones adjuntas a su rescate, para poder obtener el siguiente tramo de ayuda. Los PMI indicaron que las empresas alemanas se las arreglaron para lograr un leve crecimiento en junio, pero mostraron que las economías periféricas de la región, como España e Italia, siguen sufriendo un peligroso ritmo de declive. “Las economías periféricas tienen una muy difícil batalla para retornar al crecimiento económico saludable”, dijo Jonathan Loynes, economista sobre Europa en Capital Economics. “En ese contexto, no creo que sea del todo sorpresivo ver inestabilidad política en esos países”, agregó. Todos estos temas estarán en las mentes de los diseñadores de políticas del Banco Central Europeo, que se reúnen el jueves. Aunque los economistas no esperan que anuncien ningún cambio importante, cualquier señal de un nuevo brote en la crisis de deuda podría forzar al banco a entrar en acción en los próximos meses.

 

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