Un juez en California determinó que una conductora de Uber es, de hecho, empleada de la compañía; no obstante, la noticia no es tan mala para la empresa como podría pensarse.   By Ellen Huet ¿Podría el mundo despertar una mañana y descubrir que Uber ha sido herido de muerte, encadenado a cientos de miles de conductores que de pronto han sido considerados costosos empleados? A raíz de la sentencia de un comisionado laboral de California el miércoles pasado, la cual dijo que la conductora de Uber Barbara Berwick es empleada de la compañía, el apocalíptico escenario sonaría plausible. El fallo ha sido denominado “la peor pesadilla” de Uber, un mal augurio que “debería asustar” y “una explosión que dejó un boquete en explosiones de un gran agujero en” todos los negocios en el contratista. Un reportero preguntó en Twitter si la valuación de 50,000 millones de dólares (mdd) de Uber podría “vaporizarse inmediatamente”, y dijo que alguien le había contado que las demandas legales eran “una amenaza existencial” para la compañía y otras como ella. Bueno, no del todo. Una decisión judicial que podría sacar del mercado al instante a Uber tomaría años y probablemente sólo aplicaría a una parte de sus operaciones; mientras tanto, Uber tendría tiempo para presionar por nuevas regulaciones o modificar su modelo de negocio para mantenerse a flote, dicen los expertos legales. “Nada sucede rápidamente en la ley”, dijo la abogada Beth Ross. El fallo Berwick no luce bien para Uber, pero en realidad no establece ningún precedente para otros casos; sólo se aplica a Berwick, y ya ha sido apelado. Cuando se vuelva a analizar en la Corte Superior de San Francisco, será escuchado como un caso recién llegado –de novo, en términos legales–, es decir, la nueva decisión no tomará en cuenta la decisión del comisionado laboral.   ¿Qué sigue en el caso? Tanto los tribunales estatales como los federales tienen tres niveles: tribunales de primera instancia, tribunales de apelación y un tribunal supremo. Sólo las decisiones tomadas en los tribunales de apelaciones o en los supremos son “vinculantes”, es decir, que otros tribunales de esa jurisdicción tienen que seguirlas cuando se enfrenten a casos similares. El caso Berwick pasará ahora a través de tribunal de primera instancia de San Francisco, y luego, si la decisión es apelada, pasará por el tribunal de apelaciones, un proceso que podría tomar un año y medio a dos años en total, dijo el abogado David Rosenfeld. Uber también ha apelado una decisión de una agencia en Florida, que dijo que un conductor es su empleado. Mientras tanto, en la corte puede avanzar un caso presentado por Shannon Liss-Rordan, el cual ha llamado la atención porque se espera que se vuelva colectivo en breve y porque los jueces han hecho primeros fallos que parecen apoyar el argumento de empleado. Tendrá una audiencia colectiva en agosto y está listo para ir a un juicio con jurado después de eso, pero “los tribunales federales toman aún más tiempo”, advierte el profesor de derecho de la Universidad de California Hastings Reuel Schiller. Si el caso se convierte en una demanda colectiva, las apuestas se elevan, y podrían representar un riesgo financiero real para Uber. Otra limitación: los resultados, tanto en el caso estatal de Berwick y el federal se limitarían a California, aunque fueron confirmados en los más altos niveles de la corte. El caso federal fue presentado originalmente como una demanda a nivel nacional, pero un juez lo limitó a los conductores de California el año pasado. Uber se apresura a señalar que no todos los miembros de la comisión de trabajo sienten que sus conductores son empleados. En 2012, un comisionado de trabajo de California dictaminó que un conductor era un contratista independiente. Comisionados laborales o departamentos de trabajo en otros seis estados (Georgia, Pennsylvania, Colorado, Texas, Illinois y Nueva York) han llegado a la misma conclusión. Si Berwick gana a nivel de apelación, podría abrir las puertas a otros demandantes que quieran reclamar su estatus de empleados y recibir el pago de prestaciones. (Berwick aseguró más de 4,000 dólares por dos meses de trabajo como conductora de Uber.) “Sería entonces cuando el infierno se desatara porque todo el mundo podría ir con el comisionado de trabajo y determinar cuánto se le adeuda”, dijo Rosenfeld. “Los abogados presentarían más demandas.” Pero esos juicios se limitarían a los conductores con los recursos y la energía para seguir la demanda en tribunales, no es una decisión que tendría consecuencias radicales para todos los conductores. Y muchos conductores que disfrutan de la flexibilidad de un programa de contratistas (73% de los conductores, de acuerdo con una encuesta de Uber) podrían no desear entrar en un juicio en absoluto. “No hay ninguna ley que requiera que Uber o cualquier otra empresa que diga, ‘Oh, bueno, Schiller ganó, por lo tanto, tenemos que cambiar nuestras prácticas de empleo”, dijo Schiller. “Si Uber quisiera, podría impugnar todos los casos. Podrían argumentar que los hechos son que Schiller conduce menos horas que tú, o cualquier número de diferencias entre su caso y el tuyo.” “¿A Uber le preocupa el pago de 4,000 dólares un par de veces al mes a conductores que tienen los recursos y el tiempo para llevar esos casos individuales a la corte?”, añadió. “No lo sé, pero ambos saben que tienen esa cantidad de dinero… El mecanismo de acción colectiva es un mucho más potente para generar una respuesta.”   ¿Podría Uber cambiar proactivamente su modelo de negocio? Podría. Ross una vez litigó un caso laboral contra Carey Limousine, una compañía grande de limusinas, en nombre de algunos de sus empleados, pero no una demanda colectiva. En la víspera del juicio –“Yo estaba escribiendo mi discurso de apertura”, recuerda ella– la empresa de repente dijo que cambiaría a todos sus conductores de contratistas independientes a empleados. (Una subsidiaria regional de la compañía ya se ha declarado en bancarrota, por cierto.) No parece probable que Uber tome una medida similar para todos sus conductores, pero Uber y Airbnb tienen una historia de hacer adaptaciones para cumplir con la ley. Airbnb, tras resistirse inicialmente a la regulación en San Francisco y Nueva York, ahora tiene regulaciones vigentes en esos ámbitos, aunque continúa operando sin regulación en casi todas partes. Lo mismo con Uber: ha añadido un seguro para los conductores, pero sólo cuando la legislación –la que cabildearon duro para mantener sus costos bajos– estaba a punto de pasar o entrar en vigor. Uber podría extender estas batallas legales el tiempo suficiente para alcanzar algún tipo de resolución a través de otros canales, dijo Schiller. “Si tuviera que adivinar el futuro, la estrategia de Uber no será capitular y declarar a todos sus conductores empleados, ni tampoco creo que vaya a jugar con los contratos que tienen con los conductores”, dijo Schiller. “Probablemente tratarán de dar forma al marco regulatorio.” Pero al final, Uber puede ver el mensaje –especialmente con el peso de una demanda colectiva– y optar por hacer algunos cambios en la clasificación de sus conductores o sus contratos. “Esas opiniones (legales) no auguran nada bueno para Uber”, dijo Schiller.   ¿Qué pasa con otras empresas On-Demand? Otro temor es que todas las demás startups que usan contratistas independientes, como Postmates, Instacart, Handy y Luxe, estén pendientes del destino de casos como el de Berwick para ver si su modelo de negocio tiene las mismas vulnerabilidades. Pero George Grellas, un abogado especializado en emprendimientos, dice que por lo general no está en la mente de sus fundadores y que mucho menos los desalienta a echar a andar una empresa nueva. “Cuando veo a fundadores arrancando empresas de este tipo, están enfocados casi exclusivamente de los tremendos cambios que puede generar el nuevo modelo”, dijo Grellas. “Saben que hay potenciales obstáculos regulatorios y legales, pero la actitud que siempre he visto es, ‘Nos ocuparemos de los que sea necesario’.  Su premisa fundamental es la ley tenderá a evolucionar y permitir nuevos modelos.” Grellas dijo que sería “totalmente sorprendente” si una sola decisión legal afectara gravemente a Uber o a negocios similares. Las leyes reflejan a los cambiante principios sociales, que pueden crecer para incluir a los trabajadores que quieran flexibilidad más que la seguridad de una relación laboral. “Creo que son una empresa inteligente y que harán lo que sea necesario”, dijo sobre Uber. “Incluso si eso significa la adaptación de algunas de sus prácticas para protegerse a sí misma un poco para que su modelo no se vea afectado.”

 

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