American Express y Edenred quieren encender un buen negocio en México a través de dos factores: las gasolineras y las Pymes del país.   No sólo la reforma energética abrió nuevas oportunidades de negocio para las empresas relacionadas con la venta de combustibles en México. Los ordenamientos fiscales que entraron en vigor en 2014, para que las empresas puedan deducir su consumo de combustible, le hacen un guiño a American Express, que no desea instalar gasolineras, pero sí convertirse, junto con Edenred, en el sistema de pago preferido de las compañías mexicanas. La Miscelánea Fiscal 2014 expresa que “las personas físicas y morales que adquieran combustibles para vehículos marítimos, aéreos y terrestres, a través de los monederos electrónicos que al efecto autorice el SAT (Servicio de Administración Tributaria), podrán deducir el pago por la adquisición de combustibles con el CFDI que contenga el complemento del estado de cuenta de combustibles para monederos electrónicos”, lo cual sólo permite la deducción al 100% de esta forma. Frente a este panorama, la institución financiera con sede en Nueva York decidió aliarse en México con la empresa francesa Edenred, y ofrecer una opción de pago que a los ojos de las autoridades permite deducir impuestos y generar ahorros para los usuarios de su servicio. Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que no cuentan con un sistema de gestión de pagos para gasolina son el combustible que alimenta los planes de las dos compañías. “El crecimiento vendrá mucho por el lado de las medianas empresas. Si bien el negocio con las grandes compañías continúa y se refuerza, éste será un segmento con grandes crecimientos”, asegura Alejandra Calatayud, vicepresidenta y gerente general en Latinoamérica de Pagos Corporativos Globales de American Express. Son más de 300,000 empresas las que contabilizan los dos aliados como susceptibles de contratar el servicio que ofertan con la alianza, mientras que hoy Edenred cuenta con 7,000 empresas como clientes, las cuales representan alrededor de 250,000 vehículos con el servicio de Ticket Car. Los directivos de las dos empresas se sentaron con Forbes México para conversar sobre sus planes y expectativas para un negocio que apenas se enciende en el país.   La unión hace la fuerza Unir y no separar es una idea que no se encuentra alejada de la visión de American Express y Edenred. La fortaleza de la primera es el financiamiento para las empresas, mientras que el segundo posee la experiencia para administrar un sistema de control de combustibles. Eso los llevó a unirse a principios de este año. Edenred se encuentra presente en 41 países y ofrece sus servicios a 650,000 empresas a nivel mundial, lo que se traduce en más 40 millones de usuarios que hacen uso de sus sistemas de pago. Desde hace 33 años, la empresa llegó a México con su oferta de vales de despensa y tickets de restaurantes, y hace 15 iniciaron con el sistema de pagos en gasolineras “El gran impulso que tuvo este negocio fue a partir de esta reforma donde con el producto orientado a la comercialización de vales de gasolina y, a partir de 2005, despegó el sistema gracias a que era de los únicos sistemas que permitían deducir la compra de combustibles en las flotas”, explica Diego Frutos, director general de Edenred México. Hoy, ocho de cada 10 flotas de las empresas más grandes del país, dice la empresa, se encuentra dentro de la cartera de clientes con los que cuenta en México, y actualmente la venta de vales de despensas y de combustibles es de proporciones casi equivalentes dentro del negocio operado por Edenred. Sin embargo, el servicio de la compañía francesa se limitaba a ser un sistema de prepago para las empresas, mientras que la necesidad de los clientes es también contar con una forma de financiamiento que permita al mismo tiempo la deducción de impuestos. Ahí fue donde la estadounidense reconoció su fortaleza. American Express tiene 163 años de existencia y es uno de los jugadores que otorga créditos a nivel mundial a empresas, así como a clientes de alto poder adquisitivo. A través de la alianza entre las dos firmas crearon un producto que cuenta con el financiamiento de la estadounidense y los beneficios de la tarjeta aprobada por el SAT para deducir el consumo de gasolina. Al unir los servicios de las dos compañías buscan definir ante los consumidores una oferta ya no de tarjetas corporativas, sino sistemas de pagos corporativos que se apoyan en la innovación de plataformas en Internet, reconoce Calatayud.   Claroscuros La alianza entre las dos empresas se encuentra en su fase inicial, y los resultados serán medidos este año, el cual ha sido de claros para American Express y de oscuros para Edenred. Alejandra Calatayud reconoce que la institución financiera prevé continuar con crecimientos de doble dígito, frente a la necesidad de crédito que tienen sus clientes en México y el mundo. “Estamos justo en el momento en que la gente nos necesita para mantener las inversiones mientras la crisis pasa”, dice la vicepresidenta y gerente general en Latinoamérica de Pagos Corporativos Globales. Durante el último trimestre que reportó la compañía, las utilidades netas de su operación global crecieron 1,530 millones de dólares (mdd), lo que se traduce en un alza de 9%, debido al incremento en el uso de tarjetas de crédito. Mientras tanto, la empresa de Diego Frutos enfrentó un panorama complejo en el primer semestre del año, ya que se vieron perjudicados en el negocio de vales de despensa, que palideció por la reforma fiscal que inhibió el gasto de los mexicanos. “El segundo semestre estará marcado por un gran esfuerzo de hacer de esta alianza tan exitosa como la podamos hacer”, dice el directivo. En Hispanoamérica, México es el país más importante en la operación de Edenred y la tercera más importante a nivel mundial, tan sólo detrás de Brasil y Francia. Tanto Alejandra como Diego coinciden en que tienen en este negocio un largo camino por recorrer, pero también reconocen que el reto principal será subir a las Pymes a su producto a través de la educación.

 

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