México presenta cifras alegres en materia de consumo, rubro que aporta más de 50% del crecimiento del país. Pero el próximo año las cosas no serán iguales: hay cuatro riesgos que complicarán su crecimiento en 2016. Conócelos aquí.   El consumo, uno de los motores del crecimiento de México, está presentando mejor desempeño que toda la economía mexicana en su conjunto. En agosto pasado, el consumo privado total subió 4.3% respecto al mismo mes del año anterior, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), mientras que el gobierno federal estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá sólo entre 2.2% y 3.2% en 2015. Inclusive, en su serie desestacionalizada, el consumo ha mostrado una trayectoria al alza: 113.2 puntos en mayo de 2014 hasta 118.5 del mismo mes de 2015. El consumo privado aporta alrededor de 53% del PIB del país, de acuerdo con un análisis de Banco Base. El Inegi reportó hoy viernes que el PIB creció 2.6% en el tercer trimestre a tasa anual, dos décima por encima de lo estimado, gracias al impulso que dio el consumo en dicho periodo. “La aceleración se debe al fortalecimiento del mercado interno, la estabilización de la plataforma petrolera y del crecimiento esperado de la economía de Estados Unidos”, dijo por su parte Fernando Aportela, subsecretario de Hacienda, horas después de conocerse el dato. Sin embargo, estos datos contrastan con el sentimiento de los consumidores. En septiembre pasado, el Índice de Confianza del Consumidor cayó 1.4%, su peor nivel en lo que va del año. El descenso, de acuerdo con el Inegi, respondió a la peor percepción de los mexicanos sobre la posibilidad de comprar inmuebles y otros bienes duraderos. Este fenómeno contradictorio inclusive ha sido objeto de estudio en la prensa extranjera. El 7 de noviembre, el semanario The Economist resaltó en un reporte las cifras de consumo contra el clima pesimista que se percibe. “El estado de ánimo es sombrío, pero las cajas (registradoras) siguen sonando”, destaca el semanario inglés. ¿A qué se debe esto? Algunos indicadores sugieren un consumo más dinámico por diversos factores, pero éstos pueden ser coyunturales. Bank of America Merrill Lynch habla inclusive de un “espejismo” en el consumo. En un reporte, el banco de inversión señala que este crecimiento no será igual en 2016. Una de las razones es que el aumento de los salarios reales se mantendrá limitado el próximo año. Por otra parte, las remesas hacia México, que se veían beneficiadas por un dólar fuerte, ya no serán un motor para el consumo el próximo año, según BofA Merrill Lynch, ya que no se espera otra fuerte depreciación de la moneda mexicana frente al billete verde. También hay otros factores que pueden afectar el crecimiento del consumo. Rafael Camarena, economista de Santander México, dice que la incertidumbre de las familias sobre sus ingresos en los próximos 12 meses, reflejado en el último dato de confianza del consumidor del Inegi, es un determinante. Otro riesgo en el horizonte es la inminente alza de tasas de la Reserva Federal (Fed) de EU, la cual puede darse en diciembre. El Banco de México (Banxico) actuará en consecuencia y también subirá las tasas en el país, lo que provocará que adquirir crédito sea más caro. Carlos Capistrán, economista en jefe para México de BofA, señala en el reporte que las menores tasas reales son un factor detrás de las fuertes ventas de autos y un aumento en la confianza del consumidor en la compra de bienes duraderos. Cuando éstas suban podrían inhibir el consumo.   ¿Compras felices? El desempeño de las ventas de automóviles aumentó casi 20% desde enero de 2015, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). En promedio, seis de cada 10 de las ventas vehiculares que se hacen en México son a través de créditos, es decir, endeudamiento, señala la firma Fitch Ratings en un análisis. Otro sector que muestra avances son las ventas iguales (con más de un año de operación) de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), que crecieron 9.8% interanual en octubre. También hay productos y servicios cuyos precios han tenido menor presión inflacionaria en 2015. Por ejemplo, la disminución en los costos de la electricidad, el único aumento de los precios de la gasolina y los servicios de telecomunicaciones que siguen bajando, explica en entrevista el economista de Santander México, Rafael Camarena. “(Este escenario) ha abierto un ingreso disponible para ver buenos resultados en ventas de la ANTAD”, agrega. El tipo de cambio también ha beneficiado al consumo a través de las remesas. Los envíos de dólares desde el extranjero llevan ocho meses al alza, de acuerdo con el Banco de México. En septiembre, las remesas crecieron 4.8% hasta 2,060 millones de dólares.   El espejismo Estas señales están creando espejismos de que el consumo se acelera, “pero no es así”, dice el economista en jefe para México de Bank of América Merrill Lynch Global Research, en un reporte de mercados emergentes. Aunque las ventas al menudeo han crecido 5% desde el principio de 2015, las estadísticas del consumo total muestran que el consumo sólo creció 3% a inicios del tercer trimestre de 2015, según Carlos Capistrán, autor del reporte. Por otra parte, los bienes importados han sido un componente importante dentro del consumo privado del país. En agosto de este año, el consumo en este rubro subió 7.5% respecto al mismo mes de 2014 y 2.4% respecto a julio de este año, según cifras del Inegi. Los datos más actualizados de la balanza comercial, según el documento de BoFA, muestran que los bienes importados para consumo se han contraído 16% mensual, ajustados por estacionalidad en septiembre, a pesar de que los bienes importados no petroleros solamente tuvieron una contracción de 0.1% mensual. La analista del banco Ve por Más, Pamela Díaz Loubet, reconoce que la debilidad del peso frente al dólar debería afectar al consumo de importaciones, pero todavía no se ve reflejado. “Es un fenómeno muy extraño. Como libro de texto, tu consumo de bienes nacionales debería verse favorecido sobre los de importación por el abaratamiento.”   Panorama sombrío A pesar del buen momento que pasa el consumo en México, existen otros factores que nublan la creciente trayectoria del consumo. Los salarios reales se están desacelerando después de un “fuerte aumento durante el primer semestre de 2015”, según Capistrán. Asimismo, el economista de BofA señala que el crecimiento real de los salarios se mantendrá limitado en 2016, cuando la inflación se acelere encima del 3%. El salario contractual real, que considera el incremento nominal frente a la expectativa de inflación en los próximos 12 meses, tuvo una caída de 0.02% durante octubre, según datos de Banxico. Uno de los riesgos para el empleo sería una desaceleración en los sectores de manufactura y construcción, que es donde se ha generado buena parte del empleo, comenta Camarena, de Santander. La industria manufacturera, un sector clave para la economía mexicana en materia de empleos, disminuyó 0.2% en septiembre de 2015 frente al mes previo, según el Inegi. Por otra parte, las remesas, que crecieron 4.8% en septiembre, de acuerdo con la expectativa de BofA, aumentarán menos el próximo año. “La razón es que no prevemos otra depreciación fuerte del peso”, dice Capistrán. BofA prevé que el peso promedie 16.8 pesos por dólar en 2016, y 16.1 pesos por dólar al cierre de 2015.  Por su parte, Santander estima que el dólar cierre el año en 15.90 pesos, y un promedio de 16.70 pesos para 2016. También existe desconfianza del consumidor ante la evolución futura de la economía, dice Camarena. En este caso, cuando se observa una depreciación del tipo de cambio. Otro factor que puede mermar la confianza es si los consumidores ven un repunte en la inflación, “pero no es el caso”. Sin embargo, Banxico no descarta un aumento de precios. En la primera mitad de noviembre, la junta de gobierno del banco central mexicano mencionó que el principal riesgo de inflación es un peso depreciado, derivado de un nuevo deterioro en las condiciones de los mercados financieros. Este desgaste del peso frente al dólar, que afectaría al consumo, dependerá de uno de los cambios más importantes en la política económica del mundo, que se centra en el esperado aumento de la tasa de interés de la Reserva Federal en diciembre de 2015, que influirá directamente en la decisión de Banxico. BofA prevé que el banco central mexicano aumente sus tasas hasta 75 puntos base en 2016, mayor al incremento que el banco estadounidense espera para la inflación. Al final,  lo que ocurrirá con el consumo en 2016 aún está por verse. Lo que sí es un hecho es que muchos de los factores favorables para su crecimiento este año ya no existirán.

 

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