El caos inunda los mercados tras el referéndum del Reino Unido: caídas entre 5 y 10% en las bolsas europeas y la libra se ha depreciado hasta 8%. No obstante, la salida del bloque europeo no será el fin del mundo en el largo plazo. “El daño final será más pequeño que algunas de las más pesimistas proyecciones”, comenta la firma inglesa Capital Economics. ¿Por qué piensa eso? Reino Unido seguirá dentro de la Unión Europea al menos dos años y posiblemente un poco más. “Esto le dará tiempo para aclarar algunas incertidumbres, no menos importantes, sobre la futura relación comercial entre Reino Unido, la UE y el resto del mundo”. La caída de la libra esterlina no debería afectar a la economía global en su conjunto. Después de todo, los mercados accionarios en economías avanzadas cayeron más de 20% en las primeras seis semanas del 2016 pero no detonaron una recesión y esos movimientos se revirtieron pronto. Además, a pesar de que la caída de la libra esterlina elevará la inflación (aunque desde un nivel muy bajo), la salida también debe ayudar a proteger al sector de exportaciones. Capital Economics también indica que el impacto económico directo sobre el resto de la Unión Europea también debe ser pequeño. Incluso si el golpe para Gran Bretaña resulta más grande de lo anticipado, las consecuencias para las economías europeas no deben mayores porque las exportaciones al Reino Unido regularmente contabilizan menos de 3% de su Producto Interno Bruto (PIB). Además, “hay un paralelismo con la salida del Reino Unido de la ERM en 1992”. La firma se refiere al episodio financiero del 16 de septiembre de 1992, conocido como Miércoles Negro, cuando la nación británica decidió salir del Mecanismo Europeo de Cambio (ERM, por sus siglas en inglés) tras ser incapaces del mantenerse encima del límite inferior pactado.   ¿Miedo a la globalización? La firma inglesa advirtió que el resultado del referéndum va a exacerbar las preocupaciones del apoyo a movimientos populistas en otros lugares, que seguirán creciendo. “El referéndum podría evitar nuevos avances en acuerdos comerciales como el TTIP (Tratado Transatlántico de comercio e inversión, UE-EU), TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación) y potencialmente revertir algo de la liberalización financiera que ha ocurrido las últimas décadas”. La razón detrás de la salida en Reino Unido y por Donald Trump en Estados Unidos se nutre de las mismas preocupaciones sobre el impacto de la globalización y la creciente desigualdad económica, añade Capital Economics. Pero los paralelismos entre ambos movimientos no son cercanos como supone Trump, pues los defensores del Brexit han argumentado a favor de más libre comercio y no menos. “Por ahora, al menos, los temores de una inversión mayor a través de la globalización parecen incorrectas”, añadió la firma.

 

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