Cuando vemos los números que llevan a las arcas de la industria, ni Gaga ni Bieber, ni Adele ni Justin logran destacar lo suficiente.   El mundo del espectáculo actual es una de las industrias más pujantes y tiene a grandes exponentes. Muchos de ellos han alcanzado la fama impulsados con la fuerza de la internet. Un caso más claro es el del cantante surcoreano PSY, intérprete de la canción machacona “Gangnam Style”.

Casos similares el del canadiense Justin Bieber o la norteamericana Lady Gaga. Ambos, es cierto, son líderes en número de followers en twitter: 37.7 millones de followers el primero y 36.2 millones de followers la segunda. Es decir, son más famosos a nivel mundial que el mismo presidente norteamericano Barack Obama, quien se tiene que conformar con 30 millones de seguidores en la red social de pajarito azul.

Pero cuando vemos los números que llevan a las arcas de la industria, ni Gaga ni Bieber logran destacar lo suficiente. No estoy diciendo que no sean negocio. Sí lo son y mucho, si no no seguirían vigentes en la industria. A lo que me refiero es que su éxito, su fama y su fortuna parece que van en sentido contrario a como están quedando parados en la historia musical.

Veo un ranking (otro más, a final de cuentas la opinión de los consumidores es la que cuenta) de los veinte artistas más populares y ricos de la historia. Entre los más destacados no se encuentran ni Lady Gaga ni Justin Bieber. Vamos, ni sus luces de una Adele o de un Justin Timberlake. ¿Más sorpresas? No están Los Beatles.

El sitio Pop Dust realizó su propio ranking de los artistas de la industria musical más adinerados y populares. La lista de veinte personajes es tan diversa como sorprendente. Tal vez los editores del portal de internet quisieron ser justos y no quedar mal con unas u otras generaciones, asi que decidieron incluir tanto  artistas medianamente contemporáneos como cantantes o músicos de la “vieja guardia”.

Empecemos por el primer sitio (siempre tan envidiado). Lo ocupa nada más y nada menos que el productor musical Andrew Lloyd Webber. El compositor y productor de musicales y obras de teatro ha amasado una fortuna de 1,200 millones de dólares.

Lloyd Webber ha sabido diversificar su negocio -y su talento-. Sus obras se presentan en los teatros más importantes del mundo. Podemos simplificarlo de esta forma: ha monetizado industrias tan diversas como el teatro, la música, los espectáculos y hasta la composición de temas musicales para Juegos Olímpicos.

El segundo lugar, según Pop Dust, lo ocupa Paul McCartney. Uno de los sobrevivientes más destacados de The Beatles, decidió tomar el camino como solista y tomar influencia más allá de las fronteras europeas.

Ya conocido por sus espectaculares conciertos, McCartney emprendió su propio negocio como productor musical independiente con “MPL Communications” que cuenta, como mero dato, con los derechos de autor de más de tres mil canciones que abarcan unos 100 años de historia musical. El guitarrista inglés tiene una fortuna de 800 millones de dólares.

Bono, del grupo U2, alcanzó el tercer lugar y una fortuna de 600 millones de billetes verdes. Le sigue Bing Crosby, en el cuarto lugar y 550 millones de dólares. Puff Daddy y Maria Carey, se ubicaron en el quinto y sexto sitio, con fortunas de 550 millones y 500 millones, respectivamente.

Considerado uno de los artistas hip-hop más exitosos, Jay-Z con sus 475 millones de dólares, le alcanzó para el séptimo escaño, para ser seguido por la productora, conductora y actriz Dolly Parton, quien amasó una fortuna de 450 millones.

Para el noveno sitio el artista de música country Jimmy Buffett, que con sus dos cadenas de restaurantes y su larga carrera  musical, es considerado de los más populares y ricos, con 400 millones de dólares.

La lista no puede quedar completa sin el “inmortal” Michael Jackson. Innovador en la industria musical, vanguardista en la moda y las tendencias, Jackson -fallecido en 2009- en su punto más alto de fama llegó a facturar hasta 50 millones de dólares anuales. Después, por sus “caprichos”, su fortuna disminuyó. Hasta el año de su muerte su fortuna rondaba, según Pop Dust, los 350 millones de dólares, pero el portal de internet cree que de seguir con vida se hubiera colocado más arriba del ranking por sus ingresos en regalías y conciertos.

Me ahorraré, por cuestiones de espacio, la enumeración minuciosa del resto de la veintena de celebridades y pondré el nombre del artista y el dinero aproximado que ha obtenido con su talento y visión.

Garth Brooks (325 Mdd); Gene Autry (320 Mdd); Mick Jagger (305 Mdd); Gene Simmons, Beyonce, Elton John y Ringo Starr, cada uno de ellos con 300 Mdd. Se unen los últimos de la lista: Sting (290 mdd); Dr. Dre -rapero y productor musical- (250 mdd) y 50 Cent (250 Mdd).

¿Sorprendidos por el ranking? Seguramente más de uno de ustedes, lectores, sí, y yo me uno a su sorpresa. Tal vez ni Lady Gaga ni Justin Bieber son considerados populares o ricos porque no han logrado romper la barrera del tiempo. Al igual que Adele o Justin Timberlake, son músicos con carreras más o menos recientes, de una década a la fecha, si mi memoria no me engaña.

A diferencia de los 20 artistas más influyentes que enlisté anteriormente, lo que les falta a nuestras estrellas del mainstream actual es ir más allá de la interpretación musical e involucrarse en proyectos que les permita una mayor permanencia en la historia de la música.

Tal vez, sólo así, en unas dos o tres décadas, puedan colarse en un listado como el de Pop Dust. De lo contrario, y hasta que eso no suceda, seguirán siendo productos encadenados a los caprichos de los consumidores y del iTunes. Y los consumidores, ya lo sabemos, no tienen buena memoria.

Aquí puedes checar el ranking completo y detallados de ‘Los 20 músicos más ricos de toda la historia’.

Contacto: @miguelcolunga1

 

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