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  La determinanción de la CFC para restringir los contratos de exclusividad de las dos principales cerveceras en el país abre la oportunidad de que los productores artesanales coronen su producto como la única cerveza nacional en el mundo.   México puede convertirse en el próximo rey de la cerveza artesanal. Esa es la idea que ocupa en este momento la mente de algunos productores y comercializadores de esta bebida en el país. La reciente determinación de la Comisión Federal de Competencia (CFC) de restringir los contratos de exclusividad de las dos principales cerveceras en el país, Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma, para distribuir sus productos en los establecimientos, abre la puerta para que las cervezas artesanales se lancen a una competencia abierta contra las dos gigantes. “La resolución de la CFC no es perfecta, no es suficiente, pero sí es un gran paso, es la gran batalla que hemos ganado”, dice Jesús Briseño, director y fundador de Cerveza Minerva. Alcanzar una rebanada del mercado podría resultar un buen negocio para las cervezas artesanales: en 2012, el mercado de la cerveza en México alcanzó un valor de 21,795 millones de dólares (mdd), según datos de la firma Euromonitor Internacional. Actualmente, las cervezas artesanales sólo alcanzan el 0.05% del mercado nacional, porcentaje que podría escalar hasta un 3% o 5% en los próximos años impulsados por la reciente resolución, según analistas. Sin embargo, la guerra entre los cerveceros artesanales y los grandes consorcios no ha terminado. El capítulo de una nueva lucha podría abrirse frente a la entrada de marcas de cerveza artesanal que lancen las grandes empresas, como ya es el caso de Grupo Modelo. El impulso a una Norma Oficial Mexicana (NOM) que establezca las características artesanales de la bebida de cebada es una de las próximas apuestas de los productores para proteger su mercado en la competencia, que creen, puede convertirlos en los próximos reyes de la cerveza como representación del producto a nivel mundial.

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  Una batalla ganada En agosto de 2010, la apertura de una indagatoria por parte de la CFC frente supuestas prácticas monopólicas en la distribución de cerveza, después de una denuncia presentada por SabMiller, marcó la oportunidad para que los cerveceros artesanales pusieran en el centro del debate su lucha por entrar al mercado. Casi tres años después, la CFC concluyó su investigación por prácticas monopólicas y limitó los contratos de exclusividad de Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma en tiendas de abarrotes, así como en restaurantes hasta en un 25% del total de puntos de venta, que irá reduciéndose en los próximos años hasta llegar a un 20%. Esta noticia fue celebrada por los cerveceros artesanales que ahora podrán tener un mayor acceso con sus productos a los restaurantes, bares y cantinas del país. Durante 2012, Jaime Abreu, presidente de la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex), refirió que de cada 20,000 cervezas que se consumen en el país, una es artesanal, por lo que ve oportunidades de crecer en la industria. Asimismo, dijo en aquél momento que el segmento artesanal de la industria de la cerveza podría tener crecimientos que alcanzarían hasta un 200% anual, sin las prácticas monopólicas por parte de las grandes empresas. Para Jesús Briseño, de Cerveza Minerva, la resolución podría representar el incrementar su producción en casi 50% y traerle un aumento del 25% en sus ventas. Y aunque la perspectiva resulta positiva para el mercado de la cerveza artesanal después de la resolución de la CFC, el camino aún parece lejano para que las empresas artesanales suban como la espuma en el negocio. “Con esta resolución que se está dando tal vez pueda crecer el mercado de la cerveza artesanal, pero no creo que sea de la noche a la mañana y que alcancen más del 5% de participación en los próximos años”, dice Marisol Huerta, analista de Casa de Bolsa Banorte. La presencia de marca y el porcentaje que ocupan los grandes jugadores en el mercado no serán una tarea sencilla de afrontar por los pequeños productores: durante 2012, Grupo Modelo ostentaba el 55.9% del negocio, seguida de Heineken México que posee el 43% y Miller Trading con el 0.3%. Pero los datos no desaniman a los jugadores del segmento artesanal. Felipe Medina, director de The Beer Company, empresa mexicana que distribuye y vende cerveza artesanal, opina que el negocio es prometedor. “Cada día hemos observado como el número de consumidores de cerveza artesanal se ha ido incrementando”, dice el empresario, quien ha hecho que su negocio pase de ingresos anuales de un millón 300,000 pesos, en 2010, a 28 millones de pesos que espera lograr este año. Briseño ve también otras oportunidades: “las cervezas artesanales pueden convertirse la próxima cerveza que represente a México en el mundo como producto 100% nacional”. Por ahora, el consumo nacional de cerveza en México se ha mantenido en 62 litros de cerveza por persona al año. En el mundo, el principal consumidor de cerveza es la República Checa con 189 litros per cápita anual, seguido de Alemania con 131 litros,Inglaterra con 103, Estados Unidos con 85, España con 66, Japón con 57, dice la Cámara Nacional de Industria de la Cerveza y de la Malta (Canicerm). “Estamos en pañales en el negocio de la cerveza, la demanda del mercado da para que siga creciendo la oferta”, asegura Medina.   Trago amargo Pero la alegría por la buena nueva en el mercado puede durar poco, y hacerle pasar un trago amargo a los productores de cerveza artesanal. La falta de definición en el país para catalogar a una cerveza artesanal abre la oportunidad a que las grandes empresas también ingresen a la competencia en el segmento, como es el caso de Grupo Modelo, quien ya comercializa sus marcas artesanales Azabache y As de Oros. “En México no existe una NOM que determine qué es una cerveza artesanal”, dice Jesús Briseño. La Asociación de Cerveceros en este momento se encuentra apegada a la definición que brinda la Asociación Americana de Cerveza Artesanal que establece los siguientes criterios para denominar a una cerveza de este tipo: * La cerveza artesanal debe de provenir de una cervecería independiente, la cual sólo puede contar con el 25% de capital accionario de un grupo dominante en el mercado. * Son cervecerías pequeñas, es decir, no puede producir más de cinco millones de hectolitros al año. * Y como tercer punto, su elaboración debe de ser tradicional, lo cual puede determinarse en el hecho de que no ocupen cereales como arroz y maíz para abaratar la producción, mientras que la cerveza artesanal se manufactura con 100% malta y sólo puede utilizar los ingredientes mencionados para enaltecer las características del producto. “Una NOM siempre es positiva para los productores por la certeza que les puede dar, como ha resultado en el caso del tequila y los insumos con los que se prepara”, comenta Marisol Huerta de Banorte. Ese es el próximo paso que la cerveza artesanal intentará lograr, aunque aún no existe un tiempo establecido para lograrlo, la opción ya se encuentra en análisis dentro del sector para que en su momento sea presentada a las autoridades de la Secretaría de Economía. Mientras tanto, el mercado no pierde el buen sabor de boca por la resolución de la CFC y las expectativas positivas, pero saben que el camino por recorrer aún es largo para incrementar su participación en el mercado.  

 

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