El gobierno federal busca abrir la llave del crédito al sector productivo para que las empresas cuenten con alternativas de fondeo, sin embargo, aún no queda clara la estrategia para incentivar (o presionar) a los bancos.     Alrededor del 30% de los activos productivos líquidos en el sistema bancario está invertido en instrumentos de deuda gubernamental, esto quiere decir que hay potencial para que los bancos aumenten su cartera de crédito, sin embargo, también hay áreas de oportunidad para generar incentivos. Cifras del Banco de México arrojan que sólo 27 de cada 100 adultos cuenta con una cuenta de depósito bancario y sólo tres de cada 10 empresas que inician tienen acceso al crédito formal. Esto indica que la reforma financiera, que el gobierno federal promoverá debe contener una ecuación para generar una mayor inclusión financiera, mayor oferta de crédito, menores costos y todo, sin poner en riesgo al sistema bancario, una tarea que luce complicada. En opinión de David Olivares, Senior Credit Officer de instituciones financieras de Moody’s, en México ya están dadas las condiciones para una mayor actividad bancaria pues las instituciones están bien capitalizadas, cuentan con liquidez y en general el país presenta un entorno macroeconómico positivo. El experto explica que existen factores para que haya una mayor actividad bancaria, sin embargo hay también aspectos que históricamente influyen en el otorgamiento a los diferentes sectores, como la falta de cultura financiera y la falta de un marco legal óptimo para ejecutar garantías más rápidamente. Aunque al final, afirma, el otorgamiento del crédito es una decisión de estrategia empresarial de cada banco, y eso es algo que siempre ha sido así. Por su parte, Standard and Poor’s, adelantó que las expectativas para una reforma financiera son favorables, sin embargo, también previó que sus efectos no se verán en el corto plazo. “Hay muchos desafíos que el gobierno afrontará para aumentar el financiamiento a un menor costo, y debe ser cauteloso con las medidas que adopte, ya que la estabilidad financiera es crucial para el desarrollo económico. Al mismo tiempo en nuestra opinión un avance sustancial exigirá un cambio sistémico de largo plazo en los organismos financieros y mecanismos legales de México”, explicó la firma en un comentario de análisis. Los bancos coinciden: en el mismo evento que Luis Videgaray anunció que habría una reforma, el director general de Grupo Financiero Banorte, Alejandro Valenzuela, dijo que el sector daría la bienvenida a una reforma que ayudara a los bancos a dar más crédito, pero que ésta tendría que acompañarse de medidas jurídicas que los permitieran adjudicar de manera más ágil las garantías de los créditos en caso de impago.   ¿Cuestión de garantías? De acuerdo con el Informe de la comisión de crédito de la Asociación de Bancos de México (ABM), en 2012, con los esquemas de garantías gubernamentales se logró otorgar 20,125 millones de pesos en créditos a 40,000 negocios. Pero Mario Di Costanzo afirma que no se trata de una cuestión de garantías “El tema de la ejecución de garantías puede ser un gran debate, pero no creo que sea eso lo que frena al crédito. En 1995 cuando salimos de la crisis bancaria se creó la ley de garantías del crédito y precisamente se decía que se iba a aumentar el crédito y eso no ocurrió. Yo no creo que el tema de la ejecución de garantías sea definitivo en el caso del financiamiento productivo. Hay otro tipo de créditos sin garantía que han pululado, como los de nómina, consumo y de tarjeta de crédito, esos no van garantizados y tienen gran peso en los bancos, entonces no entiendo porque para los otros créditos se exigen tantas garantías”, explica. Los datos de Condusef arrojan que la cartera de créditos de nómina ya rebasa los 100,000 millones de pesos y sólo durante 2012 presentó un incremento de 16,529 millones. Di Costanzo es de la idea de que los bancos podrían invertir menos en papel gubernamental y prestar más. David Olivares, de Moody’s, explica que las tasas de interés del Banco Central han fungido siempre como un mecanismo que apoya al desempeño crediticio. Prueba de ello son los efectos de las más recientes medidas de política monetaria, pues al reducir la tasa en cincuenta puntos base, el Banco de México genera que los bancos busquen un rendimiento mayor al prestar en un mayor volumen. Sin embargo, afirma que este fenómeno sólo obedece a condiciones del mercado. La calificadora Standard and Poor’s coincide en este punto e incluso advierte: “En este sentido, consideramos que las tasas de interés actuales reflejan adecuadamente los riesgos asociados con el otorgamiento de crédito en México, por lo que cualquier restricción sobre las mismas o el surgimiento de crédito direccionado por el gobierno que cause distorsiones serían negativos para el marco regulatorio”.   Educación, la clave Quizá el balance adecuado de la reforma financiera encuentre su origen en las cuestiones más básicas, aquellas relacionadas con la educación financiera. En México sólo dos de cada 100 adultos tiene una cuenta bancaria de negocios, esto, de acuerdo con el Banco de México, evidencia el rezago que existe en la bancarización de las pymes en México, pues el indicador se ubica muy por debajo de los 5 de cada 100 que reporta América Latina, y 8 de cada 100 de la media mundial. “Los usuarios tienen que conocer claramente y transparentemente sus derechos, confiamos en que la reforma implique mayores esfuerzos para que no sólo haya más crédito, sino también haya una mejor noción de cómo usarlo a favor de los intereses”, afirma Di Costanzo.   Una Convención Bancaria retadora En la antesala de la 76 Convención Bancaria de la ABM los grandes empresarios del sector se enfrentan al reto de una reforma, pero también, de encontrar solución a los otros desafíos que ya enfrentaban de antes las instituciones. Uno de esos desafíos es el otorgamiento de los créditos de nómina, que han tenido incrementos significativos y donde las calificadoras de riesgo y la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores han insistido en que los bancos deben mejorar sus prácticas de originación. Otra de las cuestiones sobre la mesa es la concentración que algunos bancos presentan en cuanto a la cartera de crédito a estados y municipios. En febrero, estos financiamientos aumentaron 28.3% , con lo cual, la cartera de este rubro alcanzó 273,000 millones de pesos. Los más grandes prestamistas a entidades son Bancomer, Banorte e Interacciones. “Los créditos a Estados y Municipios en realidad tienen mecanismos seguros de repago. Donde los bancos deben poner atención es en los altos niveles que algunas instituciones han alcanzado, pues en algunos casos incluso se han reestructurado las deudas y las instituciones se quedan entonces con un préstamo a muy largo plazo”, explica David Olivares. Así, de anunciarse la reforma y de lograr acuerdos en los temas desafiantes, esta semana podría ser decisiva en el papel que los bancos jugarán de ahora en adelante en el impulso al desarrollo económico, la moneda está en el aire, pero en esta ocasión no hay oportunidad de perder.

 

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